La esperanza de vida es uno de los parámetros más utilizados para medir la calidad de vida de cualquier sociedad. Pese a que dice mucho sobre cuánto tiempo viviremos, es bastante imprecisa a la hora de explicar de qué nos moriremos. Para remediarlo, y utilizando datos ofrecidos del Gobierno de Estados Unidos, Flowing Data ha creado un estupendo gráfico interactivo en el que desgrana las causas de muerte más habituales, por porcentaje, según grupo sexual o étnico. Y hay diferencias significativas.
Primero, es importante resaltar que la esperanza de vida en Estados Unidos es bastante menor a la que tenemos en España. En rigor, casi todos los países del mundo, exceptuando Japón, cuentan con menos esperanza vida que España. Las particularidades del país norteamericano, con una alta tasa de criminalidad en centros urbanos, hacen los paralelismos complejos. Sin embargo, es interesante observar cuáles son las causas de muerte de sus habitantes a lo largo de su vida.
Ahí reside el principal mérito del gráfico: no sólo nos dice de qué se están muriendo las personas en Estados Unidos, sino cuáles son las causas más frecuentes en cada momento de su existencia. Por ejemplo, las enfermedades de diverso tipo son una causa mortal mucho más habitual durante los primeros diez años de vida que a partir de entonces y hasta el periodo tardío de su madurez. Del mismo modo, las enfermedades mortales matan a más mujeres que hombres, y el cáncer es causa de muerte ligeramente más alta entre los varones que entre las féminas.
El gráfico permite diseccionar no sólo por grupo poblacional y por sexo, sino también por enfermedad. Así, es fácil observar cómo las enfermedades del sistema circulatorio son cada vez más comunes conforme nos hacemos viejos. Sin embargo, y tras el sorprendente pico de la infancia, superados lops 70 años es más improbable morirse de cáncer que con anterioridad. Al contrario sucede con las causas externas de muerte, que engloban toda clase de incidentes (accidentes, homicidios, suicidios), y que tienen su pico, sin excepción, en la veintena de todos los grupos.
Las enfermedades congénitas son una causa de muerte más probable durante la infancia que durante el resto de la vida. Las infecciones y las enfermedades parasitarias alcanzan su pico de mortalidad entre los 30 y los 50 años tanto para hombres como para mujeres. Lo mismo se puede decir de las enfermedades relacionadas con el sistema digestivo.
A golpe de gráfico: si eres un varón blanco de unos veinte años de edad, lo más probable es que, de morir, lo hagas por una causa externa. Sin embargo, ese mismo varón con sesenta años se enfrenta al cáncer y a las enfermedades circulatorias como causas de muerte más certeras. En el caso de los americanos nativos, la situación cambia: en la recta final de su vida, otras enfermedades, como las digestivas o las endocrinas, son mucho más probables que en otros grupos de edad, reduciendo la influencia del cáncer.
También hay diferencias notables entre mujeres y hombres. Por norma general, la mortalidad de ellas está menos definida por los factores externos y más por las enfermedades de toda clase, siendo la diferencia muy notable especialmente en los primeros años de vida, alargándose hasta la veintena.