Es fascinante conocer todos los avances que nos muestra la tecnología, donde muchos de ellos han sido creados para mejorar nuestra vida e interacción con otras personas, cada noticia que nos muestra un importante avance tecnológico es como una mirada al futuro, un futuro donde los robots son parte esencial de nuestra sociedad y han sido creados para servirnos.
Bajo esta idea utópica de sociedad automatizada es como muchos imaginan el futuro, pero pocos se detienen a pensar en los efectos colaterales de ese "mundo del futuro". Sí, los robots harán muchas de las labores que hacemos actualmente, esto significa más tiempo libre para otras actividades recreativas, pero también menos fuentes de trabajo. Es así como surge un corto animado, que nos muestra una interesante visión de cómo será el mundo, cuando los robots posean todos los puestos de trabajo necesarios en una sociedad.
El último trabajo en la Tierra
Alice es aparentemente como cualquier otra persona, tiene un gato robot, un espejo que la pone al día de las noticias más relevantes, así como de un rápido examen para estar al tanto de su salud. Una máquina la diagnostica y le otorga medicinas, un tratamiento para su enfermedad de forma inmediata; la publicidad es personalizada y por supuesto cuenta con un coche autónomo, pero lo que hace a Alice distinta a los demás, es que ella aún posee un trabajo tradicional, el último de la Tierra.
Esta es la premisa que nos presenta el corto 'The Last Job on Earth' creado por el estudio de animación The Moth Collective para un interesante artículo en The Guardian, donde precisamente se plantea la idea de una sociedad operada por robots, lo que traería grandes consecuencias, ya que la gente simplemente no tendría dónde trabajar ni dinero para sobrevivir.
Los investigadores Carl Benedikt Frey y Michael Osborne, de la Universidad de Oxford, presentaron en 2013 su estudio "El futuro del Empleo", donde aseguran que casi la mitad de todos los puestos de trabajo serán automatizados en un periodo de entre tres o cuarto décadas, pero Paul Mason, autor del artículo en The Guardian, dice que aunque la automatización es algo inevitable, no hay por qué temer, es una evolución inevitable que ha comenzado con el teletrabajo, un cambio en el modelo económico que se nos presentará como una tercera revolución industrial.
Por supuesto, este cambio radical afectará a unos más que a otros, pero hacia allá se dirige nuestra sociedad nos guste o no, así que sólo nos queda estar preparados.
Más información | The Guardian