Cómo morir de éxito: Peloton tendrá que gastarse €100 millones en enviar sus bicicletas estáticas

Una mujer sobre su bicicleta estática de Peloton.
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La pandemia del Covid ha hecho estragos en la actividad física y deportiva de una sociedad acostumbrada a salir a correr o ir en bicicleta. Los confinamientos continuados, las cuarentenas y el miedo al exterior por miedo al contagio ha hecho que las ventas de bicicletas estáticas o dispositivos indoor para hacer ejercicio en casa se disparen hasta límites insospechados. Mientras, algunas marcas como Peloton, líder en ventas de este tipo de artículos, han visto cómo la suerte les sonreía por fin y se han hecho de oro durante este fenómeno de locura generalizada por obtener una de estas máquinas.

Lo que no esperaba Peloton es que fuera a vender tanto que no pudiera hacer frente a la excesiva demanda. Con miles de quejas y reclamaciones que ya se le acumulan a la espalda, no le queda otra que meter todos esos rodillos y cintas en aviones y mandarlos ellos mismos a los compradores. Crear un canal de envío propio solo les va a costar 100 millones. Solo.

Nadie lo imaginaba. Se puede decir que esta startup que apenas nadie conocía hace cuatro años ha cuadriplicado su valor durante la pandemia del coronavirus a más de 30.000 millones de euros. Más de 1.330.000 personas, casi el triple que hace doce meses, han comprado una de esas bicicletas o cintas, con la suscripción mensual correspondiente a su plataforma de entrenamiento. Estos suscriptores digitales han crecido nada más y nada menos que un 382% en el último año. Y sus bicicletas no es que sean precisamente baratas. La media ronda los 2.200 euros, valiendo la más barata 1.600 euros. La suscripción mensual: 35 euros para poder acceder a la aplicación.

Quejas y reclamaciones. Si ya el precio era una patada para los consumidores, la espera de meses para que lleguen los productos a cada casa ha desembocado en una protesta generalizada. Los clientes han recurrido a las redes sociales para expresar sus frustraciones por los retrasos de semanas y meses. Para que os hagáis una idea: una mujer había ordenado su bicicleta el 17 de octubre y su entrega se retrasó tres veces hasta el 22 de enero. Han sido miles los clientes frustrados que han acudido a grupos de Facebook, Reddit, Instagram y Twitter para expresar sus quejas no solo sobre los retrasos, sino también sobre el servicio al cliente de la compañía.

El creador y CEO, John Foley, trataba de defenderse así:

"El aumento global en el tráfico marítimo ha añadido retrasos significativos a todo tipo de mercancías que llegan a los puertos de Estados Unidos, incluidos los productos Peloton. Estos retrasos impredecibles han dado lugar a dolorosas reprogramaciones de entrega para muchas personas, ya que las bicicletas Peloton, Treads y accesorios se han retenido en el puerto hasta cinco veces más de lo habitual".

Una inversión millonaria. ¿La solución a todo esto? Invertir 85 millones de euros para acelerar el proceso de envío creando su propio canal de entrega por aire, en lugar de enviar los productos por mar. La empresa asegura que hacerlo le costará "más de diez veces su coste habitual" por bicicleta y rodillo. De hecho, la startup ha tenido que crear ya 50 centros de ensamblaje en Europa y EE.UU para saciar esa demanda. Además, la compañía pretende duplicar el tamaño de su equipo de soporte de servicio al cliente para ayudar a calmar la frustración de los compradores.

Esta inversión se suma a la escandalosa inversión Peloton de 350 millones de euros para adquirir Precor, un fabricante de productos de fitness con sede en Estados Unidos, lo que permitirá a Peloton comenzar a producir bicicletas en los Estados Unidos en la segunda mitad de 2021. Esta adquisición se traduce en casi 200.000 metros cuadrados de capacidad de fabricación en su mismo continente, lo que también reducirá los problemas de logística existentes.

Muchas de las bicicletas de Peloton provienen de fábricas en Taiwán. En Magnet hablábamos hace unas semanas sobre cómo el principal exportador del planeta, China, no cuenta con suficientes contenedores para distribuir sus productos al resto del mundo. La demanda está superando, y con mucho, a la capacidad logística del sector. Con esto, se han ralentizado los envíos y se ha provocado una escasez alarmante de contenedores para enviar todo lo que pretenden.

El boom de los rodillos. Pero Peloton no es la única compañía que está "ahogada" en este sentido. "La situación general es compleja y todas las cadenas de suministro están sufriendo", decía el reponsable de ventas de Zycle, Andrés Navarro. Desde que se produjo el confinamiento, en nuestro país se ha producido una demanda de rodillos jamás vista que ha dejado los almacenes a cero. Según el comparador de precios Idealo, entre el 15 y el 18 de marzo la demanda de rodillos creció más de un 400%.

Es un fenómeno que ha venido para quedarse, ya lo contábamos en Xataka. Y se ha podido ver en el incremento de suscripciones en las plataformas de ciclismo virtual como Rouvy o Zwift. Incluso el Tour de Francia o La Vuelta, han celebrado una serie de etapas virtuales donde pudieron participar los aficionados desde sus hogares. No es de extrañar que estas alternativas al gimnasio sigan aumentando su demanda en los meses que vienen, y que la competencia quiera hacerse con una porción del pastel. Mientras, los compradores siguen en su sofá esperando aquella bicicleta que pidieron en noviembre.

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