Dmitri Mendeléyev, el hombre que ordenó los elementos

Dmitri Mendeléyev, el hombre que ordenó los elementos
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Hoy, Google rinde homenaje a alguien que está presente en todas los clases de física y química del mundo. Se cumplen 182 años del nacimiento de Dmitri Mendeléyev, el químico ruso que creó - entre otras cosas - la tabla periódica de los elementos. Bronco, testarudo y malhumorado, es uno de los científicos más importantes de la historia.

Porque la importancia de Mendeléyev va más allá de las tablitas de colores con los que todos estudiamos en el instituto. La tabla periódica es mucho más que un catálogo de elementos, es un mapa que nos dice dónde buscar y cómo hacerlo. Un ejemplo de cómo los genios no son genios porque tengan razón, sino porque nos hacen mirar a todos al lugar donde había que mirar.

El hombre que creó la tabla periódica

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Mendeléyev fue un tipo con mala suerte. El hecho de ser hijo del director de colegio local y nieto de un importante fabricante de cristal, hacía presagiar que aún siendo el menor de diecisiete hermanos, su vida no iba a ser muy difícil. Pero su padre se quedó ciego, la fábrica ardió y, por si fuera poco, lo 'obligaron' a casarse con Feozva Nikítichna Leschiova, condenando a ambos a un matrimonio infeliz.

Se equivocó en sus juicios sobre la estructura de lo átomos y sobre la naturaleza de la radiactividad. Pero, no obstante, hizo algo bien: Con sus Principios de Química, Mendeléyev ganó la carrera por construir la primera tabla periódica. Su propuesta para organizar los elementos en base a sus propiedades químicas (en la masa atómica), se adelantó dos años a la de Meyer.

Un mapa más que un catálogo

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Conforme avanzaba la química, cada vez se descubrían más elementos la necesidad de ordenarlos ganaba fuerza. Ya en 1789, Antoine Lavoisier había publicado una lista de 33 de ellos ordenándolos según fueran gases, metales, no metales o tierras. En 1829, Döbereiner descubrió que podía ordenar los elementos en tríos con características similares (por ej. cloro-bromo-yodo o carbono-nitrógeno-oxígeno). Lo curioso es que en esa tríos el peso atómico del segundo era la media del primero y del tercero.

Hubo muchas más clasificaciones, la verdad. Pero lo que hizo a la tabla periódica de Mendeléyev tan exitosa es que no solo ordenaba lo que ya teníamos, sino que nos mostraba donde buscar. Con la publicación de la tabla en 1869, dejó escritas cosas como éstas "Falta un elemento en este sitio y, cuando sea encontrado, su peso atómico lo colocará antes del titanio". Y desde entonces, la tabla periódica, con los añadidos propios de nuestro mejor conocimiento del mundo químico, ha seguido guiando los pasos de los científicos. Es curioso cómo muchas de las innovaciones más importantes pasan relativamente desapercibidas por sus propios autores, pero marcan el curso de toda la humanidad. Fundamentalmente porque las grandes innovaciones no lo son tanto por los enigmas que resuelven, como por los enigmas que crean.

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