Algunos científicos no creen en la computación cuántica lo más mínimo. Estas son las razones de dos de ellos

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Esta no es la primera vez que hablamos de Gil Kalai, un reputado matemático israelí que da clases en la Universidad de Yale (Estados Unidos). Y la razón por la que lo hemos mencionado en varios de los artículos dedicados a la computación cuántica que hemos publicado es que es uno de los científicos respetados que han mostrado abiertamente su nula confianza en las promesas de esta disciplina.

Según este investigador el incremento del número de estados de los sistemas cuánticos y de su complejidad provocará que acaben comportándose como los ordenadores clásicos, por lo que la superioridad de los primeros acabará evaporándose. Como cabía esperar, algunas voces autorizadas se han alzado con el propósito de mostrar su desacuerdo con la opinión de Gil Kalai, y una de ellas pertenece, ni más ni menos, a Ignacio Cirac, que es uno de los padres fundacionales de la computación cuántica.

La comunidad científica no se expresa de forma unánime, y es positivo que sea así

Durante la conversación que mantuve con él en junio de 2021, Ignacio Cirac no titubeó lo más mínimo a la hora de aceptar los titánicos desafíos que tiene por delante esta disciplina, pero, aun así, se mostró en desacuerdo expresamente con Kalai: «Desarrollar un ordenador cuántico que no tenga errores es muy complicado. No tengo ninguna duda de que va a pasar (en este ámbito no estoy de acuerdo con lo que dice Gil), pero creo que va a tardar mucho tiempo».

En cualquier caso, Gil Kalai no es el único científico que ha expresado abiertamente sus reticencias acerca de las potenciales capacidades que otros investigadores atribuyen a la computación cuántica. Nikita Gourianov, un físico experto en teoría e ingeniería cuánticas de la Universidad de Oxford, también ha mostrado sus dudas de una manera contundente: asegurando que la computación cuántica actualmente no es más que una burbuja financiera que aún tiene que demostrarlo todo.

«Muchas expectativas y poca sustancia»

Gourianov no anda con delicadezas cuando tiene la oportunidad de explicar por qué un investigador en computación cuántica muestra una postura tan poco esperanzadora al describir el estado de desarrollo de la disciplina en la que trabaja. Este es su argumento más contundente: la industria involucrada en el desarrollo de los ordenadores cuánticos todavía no ha desarrollado un solo producto que sea capaz de resolver un problema práctico real. Esta afirmación admite matices, pero, en cualquier caso, esto es lo que afirma este físico.

Según Gourianov la industria de los ordenadores cuánticos todavía no ha desarrollado un solo producto que sea capaz de resolver un problema práctico real

Sus declaraciones a Financial Times son elocuentes: «Los reducidos ingresos que está generando [la computación cuántica] a menudo proceden de los servicios de consultoría y formación a otras empresas que persiguen mostrarles qué pueden hacer los ordenadores cuánticos por su negocio, y no del aprovechamiento genuino de las ventajas que los ordenadores cuánticos tienen sobre los supercomputadores clásicos».

Para Gourianov esta coyuntura ha provocado la formación alrededor de la computación cuántica de una burbuja que podría pincharse si finalmente el hardware cuántico no consigue dejar ser ser tan sensible a los errores como lo es ahora. Curiosamente, la perspectiva de este investigador es mucho más conservadora que la que tienen algunas empresas. El roadmap que podemos ver debajo de estas líneas pone sobre la mesa las previsiones de IBM, y son ambiciosas. De hecho, esta compañía planea tener a punto en 2026 ordenadores cuánticos de más de 10 000 cúbits. Ahí queda eso.

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Imagen de portada: IBM

Vía: Financial Times

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