Ocho películas actuales que merece la pena ver por su fotografía espectacular

Ocho películas actuales que merece la pena ver por su fotografía espectacular
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El cine es la suma de muchas cosas. Uno de sus pilares es la fotografía. Siempre se habla de la importancia de la dirección, la interpretación y el guion, pero se considera un premio inferior la fotografía. Hoy vamos a recomendar películas de los últimos 20 años que nos dejan con la boca abierta cuando nos fijamos en la dirección cinematográfica.

No queremos elegir a las mejores, las que más premios hayan ganado (que desde luego pueden coincidir) sino las que más han arriesgado para que la fotografía sea una parte importante de la película. No es una lista de clásicos, por lo que no estarán muchas de mis favoritas ni mis directores de fotografía predilectos, como 'Días del cielo' (1978) de Néstor Almendros o esa pequeña maravilla que es 'La noche del cazador' (1955) de Stanley Cortez.

Centauros del desierto
Centauros del desierto

La buena dirección de fotografía complementa y apoya la historia. Por poner solo un ejemplo clásico, el final de 'Centauros del desierto' (1956) de Winton C. Hoch, con John Wayne atravesando esa puerta solo, con el oeste al fondo, es una de las mejores fotografías que se pueden hacer para contar la soledad del personaje a pesar de todo... No todo consiste en grandes paisajes y luces maravillosas, que en el fondo es lo que más nos gusta.

'Amelie' (2001) por Bruno Delbonnel

Es una de las películas que entra dentro de la categoría amor/odio por partes iguales. Pero si nos quedamos en la dirección de fotografía podemos afirmar que es una obra maestra plano a plano. Cada uno de los fotogramas es un canto a la composición y a la armonía del color.

Amelie
Amelie

Todo está perfectamente colocado en 'Amelie', las diferentes distancias focales y las luces elegidas nos permiten entender el estado de ánimo de los personajes. Y sobre todo el color, el uso de los rojos y verdes en todo el metraje es poco menos que asombroso.

'Roma' (2018) por Alfonso Cuarón

Estamos ante un curioso caso. El director, guionista y director de fotografía son exactamente la misma persona: Alfonso Cuarón. Y en 2018 presentó una película, distribuida por Netflix, que se llevó más de 20 premios, muchos a la espectacular fotografía en blanco y negro. 'Roma' es una joya.

Roma
Roma

El director eligió el blanco y negro porque lo que estamos viendo son sus recuerdos. No hay un toque de nostalgia, y por eso vemos la imagen sin ruido, limpia y digital. Llena de información en las luces y las sombras gracias a las cámaras utilizadas, el sistema Arri de 65 mm. Toda una lección de fotografía bajo los consejos del gran director de fotografía mexicano, Emmanuel Lubezki.

'Dune' (2021) por Greig Fraser

Es una de las últimas películas de las que más se habla por la calidad de su fotografía. Greig Fraser es el autor de la imagen de 'Rogue One' y la serie 'The Mandalorian'. Así qie está claro por qué lo eligió Denis Villeneuve. Podría haber apostado por Roger Deakins, pero decidió que sería bueno contar con alguien que rodaba bien en el desierto.

Dune
Dune

Lo mas curioso de 'Dune' es que el aspecto final se debe a que se rodó con las cámaras digitales Arri Alexa LF en formato RAW y luego todo ese material se grabó directamente en una película de 35 mm. La idea era juntar la versatilidad del formato digital con la presencia nostálgica del grano real de la película fotoquímica.

'Origen' (2010) por Wally Pfister

En esta lista tendrían que estar muchas películas de Christopher Nolan porque este director entiende como nadie la necesidad de la fotografía para dar espectáculo. No la usa para hablar del personaje ni nada parecido, sino para que los espectadores nos quedemos con la boca abierta.

Origen
Origen

Lo más curioso es que es uno de los pocos que sigue apostando por el celuloide por encima de los sistemas digitales. Está rodada en dos formatos: 35mm y 65mm ¿Por qué? Ambos querían repetir con la experiencia de la trilogía de Batman, pero al final combinaron estos dos formatos para poder rodar imágenes a mano y dejar el gran formato para las tomas generales.

Todo es espectacular en esta película y llegaron a utilizar una cámara Photosonics, a 1000 fps. Este modelo se empleó en los años 70 en la NASA para grabar los lanzamientos de los vehículos espaciales. O hicieron girar el escenario para grabar algunas de las escenas de los sueños como ya hicieron para ver bailar a Fred Aistaire por el techo.

'El árbol de la vida' (2011) por Emmanuel Lubezki

Antes hemos hablado de Emmanuel Lubezki, uno de los directores de fotografía más influyentes de los últimos años. Su forma de rodar, su luz natural, la composición con la cámara en mano, son sus marcas de estilo imposibles de imitar por cualquier otro director.

En esta película, con la venia de Terrence Malick, pudo filmar horas y más horas con la cámara en la mano, gracias a la SteadyCam, hasta convertir cada plano en algo vivo. Es un soporte de estabilización que se popularizó a raíz de 'El resplandor' de S. Kubrick. Por primera vez la cámara no parece omnisciente, sino que es un personaje más.

El Arbol De La Vida
El árbol de la vida

Es una película difícil de ver, cuenta la leyenda que en algunos cines pusieron las bobinas al revés y nadie se enteró. Pero si solo te fijas en la fotografía, tendrás un curso perfecto de cómo mirar.

'Blade Runner 2049' (2017) por Roger Deakins

No podía faltar en esta lista el trabajo del genial Roger Deakins, el director de fotografía que más nominaciones ha recibido y que llegó a ser considerado el Leonardo DiCaprio de la fotografía porque nunca recibía el ansiado premio. Hasta que llegó esta película.

Blade Runner 2049
Blade runner 2049

Roger Deakins es uno de los magos del naturalismo y todos queríamos ver cómo se enfrentaba a la ciencia ficción, encima con la obligación de igualar, al menos, el mundo que fotografió el gran Jordan Cronenweth para la película original de Ridley Scott.

En 'Blade Runner 2049' tenemos el frío que nos ofreció en 'Fargo'; los reflejos de neón de 'Skyfall' y las siluetas de 'El asesinato de Jesse James a manos del cobarde Robert Ford', quizás una de sus mejores películas.

'Mad Max: Furia en la carretera' (2015) por John Seale

Recuerdo perfectamente el día que vi esta película. Mi pareja no sabía nada. Me dio la mano desde el primer minuto y no me la soltó en todo el metraje por el puro cine que vimos. Acción 100% sin necesidad de un CGI constante. Prácticamente, todo lo que vemos es real: los coches, el guitarrista de fuego, los pertiguistas que vuelan, los saltos de las motos.

Mad Max Furia En La Carretera
Mad Max: Furia en la carretera

La fotografía de John Seale, autor de 'El club de los poetas muertos' o 'El paciente inglés' se revoluciona en esta película. Opta por generar tal cantidad de cambio de planos que lo convierte en una seña de identidad y no te sientes perdido. Para que no nos perdamos, tuvo la amabilidad de centrar siempre el encuadre.

Son dos recursos sencillos, de estudiante de fotografía, que en esta ocasión se convierten en un golpe en la mesa sobre cómo hacer las cosas y aprender que las reglas básicas pueden ser puro espectáculo.

'Joker' (2019) por Lawrence Sher

Fue una de las grandes sorpresas de aquel año. El cine de superhéroes para mayores de 18 años, con toda la crudeza de la realidad. Con sangre de verdad y dolor auténtico. Y la fotografía de Lawrence Sher nos lleva a ese nuevo mundo de locura donde los payasos se convierten en asesinos.

Joker
Joker

En primer lugar, pensaron en grabar con película de 65 mm. Pero como querían dejar camino libre a la improvisación de Joaquin Phoenix, decidieron grabar en digital con cámaras Alexa. Los objetivos fueron todos antiguos, para conseguir la estética de una referencia evidente, que no es otra que 'Taxi driver'. Y crearon un LUT para que el aspecto fuera similar a una mítica película de Kodak, la 5293.

Y lo definitivo, lo que demuestra que la fotografía debe ayudar a las películas. Si la volvéis a ver, la luz es muy brillante en la primera parte, pero poco a poco, como el personaje, cada vez se va haciendo más y más oscura. Y el hecho de abrir mucho el diafragma, reduce la profundidad de campo y nos damos cuenta de cómo el personaje cada está más solo.

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