Si buscas en Google la palabra "iceberg bajo el agua" o "icerberg underwater" en inglés, Google Imágenes devuelve infinidad de ilustraciones y montajes que recrean lo que hay debajo de estos, pero es complicado encontrar una imagen fiel a la titánica estructura helada que hay bajo el pico que realmente asoma por encima. Tobias Friedrich, un fotógrafo alemán, lo ha conseguido.
En una imagen que le ha valido el segundo premio en el concurso Coldwater Ocean Art 2019, Friedrich consigue mostrar lo que un iceberg esconde por debajo, una monstruosidad de hielo que, como salta a la vista, reduce a una persona al tamaño de una hormiga. La foto ha sido tomada en Groenlandia y para conseguirla, el fotógrafo y un buceador han necesitado dos semanas.
Lo que vemos es la punta del iceberg, como adelantó Arquímedes
Friedrich ha explicado la historia de la imagen en Wired, donde cuenta que, a pesar de que lo que vemos es un trozo de hielo afilado, angulado y recto, por debajo es como "pelotas de golf gigantes". Necesitaron tres viajes para conseguir la foto, siendo el último en marzo, cuando el fiordo de Tasiilaq, al este de Groenlandia, estaba congelado y, por lo tanto, los icebergs permanecían inmóviles.
Durante dos semanas, el fotógrafo y el buzo descendieron a 21,3 metros de profundidad todos los días hasta conseguir retratar lo que un iceberg oculta bajo el agua. No es un tarea sencilla, puesto que el agua salada a esa profundidad estaba a 27 grados Fahrenheit, que vienen a ser -2,7 grados centígrados. El agua salada tiene un punto de congelación más bajo que el agua dulce, y depende de cuál sea su concentración de sal el punto de congelación varía. Según la NOAA, el agua de los océanos se congela a -1,9ºC.
Explican en Wired que Friedrich y el buzo cortaron tres triángulos de 20 pulgadas (50,8 centímetros) cerca de la base del iceberg, uno de entrada y dos de salida, por si alguno de los dos necesitaba salir de urgencia. La imagen fue tomada con una Canon 1DX Mark II y una lente gran angular Canon de 8-15 mm. Sobra decir que estaba protegida por una carcasa, al igual que el flash. Tanto el fotógrafo como el buzo entraron aislados del frío, aunque Friedrich mantuvo su cara y labios expuestos al agua helada durante al menos cinco minutos.
Arquímedes de Siracusa, el físico y matemático griego, ya descubrió allá por el siglo III a.C. que la punta del iceberg debía ser eso, la punta del iceberg. Los icebergs flotan porque la densidad del hielo es menor que la del agua marina, por lo que el módulo de su peso debe ser igual a la fuerza que el agua del mar ejerce sobre él, o lo que es lo mismo, al peso del volumen de agua que ha sido desalojado por el iceberg.
Aplicando el Principio de Arquímedes, y teniendo en cuenta que la densidad del agua del mar es 1.030 kg por metro cúbico y que la densidad del hielo es 920 kg por metro cúbico, dividiendo la primera entre la segunda obtenemos 0,89, lo que significa que un 89% del iceberg se encuentra sumergido bajo el agua. Las matemáticas no mienten, pero la fotografía de Friedrich, tampoco.
Vía | Wired
Imagen | Tobias Friedrich
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