La misteriosa señal de radio que recibimos de Proxima Centauri no era extraterrestre: fue tan solo una interferencia, según una investigación

Proxima Centauri
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El pasado 29 de abril de 2019 un grupo de investigadores recibió, entre los datos recibidos tras observar con radiotelescopio, una extraña señal procedente de Proxima Centauri. Se puso el foco en conocer de dónde venía dicha señal, a lo que se ha tratado de responder en una nueva investigación publicada en Nature.

Según los investigadores, la extraña señal procedente de esta estrella es una interferencia generada aquí en la Tierra, descartando que la señal tenga procedencia extraterrestre, como invitaba a imaginar el extraño suceso.

Los extraterrestres no nos han dejado una "llamada perdida" (de momento)

Proxima

Proxima Centauri, en la constelación de Centaurus, es la estrella más cercana a la Tierra después del Sol, a cuatro años luz de nosotros. Su masa es aproximadamente un octavo respecto a la del sol, y creímos haber recibido una extraña señal procedente de la misma.

La señal fue detectada por el Observatorio Parkes en Australia, con un radiotelescopio de 64 metros. Esta señal no estaba modulada, ni obedecía a ningún tipo de patrón. Tan solo se dio una vez y sin repeticiones, algo poco habitual.

Según la investigación, no hay evidencia de que la señal proceda del espacio

Una nueva investigación indica que, analizando la naturaleza de dicha señal, encontraron que blc1 (el nombre con el que la han bautizado), no es más que "un producto de intermodulación a la deriva electrónica de interferentes locales y variables en el tiempo alineados con la cadencia de observación". En resumidas palabras, una interferencia generada en la Tierra, aunque no se conoce qué ni cómo la causó.

No ha sido fácil comprobar que blc1 no ha sido más que una interferencia. Ha sido necesario comprobar los registros del radiotelescopio, analizar el comportamiento de la señal, comparar su cadencia con el de otras señales, así como descartar posibles generadores de la señal, como satélites que orbitan sobre la Tierra, transmisores aéreos, terrestres y demás.

El extenso estudio concluye así que la señal fue una interferencia originada en nuestro planeta, descartando su procedencia extraterrestre.

Más información | Nature

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