La energía renovable está muriendo de éxito. En los últimos años la construcción de infraestructuras para producir energía renovable está empezando a convertirse en un problema y países que hasta ahora lideraban la transición energética están frenando sus inversiones.
Sí, es cierto: la energía solar está imparable y la tecnología eólica está desarrollando infraestructuras monstruosas. Pero toda esa energía está aislada allá donde se produce, casi secuestrada por un sistema energético que no puede usarla. Una solución son las esperadas baterías, pero un grupo de investigadores ha propuesto una solución muy interesante para que no dejemos escapar el tren de las renovables.
Demasiada energía
Sí, como suena: demasiada energía. Como decíamos hace unos meses, "si de verdad quieres energía renovable, deja de construir molinos y huertos solares". Invertir en renovables sin invertir en la red eléctrica no solo es una política problemática, es una pésima idea.
Países como Alemania o China tienen tanta energía renovable que no pueden manejarla. Por ejemplo, los parques eólicos del norte de Alemania generan tanta energía (solo en 2015, 4.100 gigavatios hora de más) que pagar a las empresas para que apaguen las turbinas se ha convertido en algo habitual. En China, se trabaja ya en nuevas inversiones en energía nuclear.
No es algo especialmente extraño: tenemos dificultades para almacenar la energía renovable, las redes eléctricas aguantan lo que aguantan y las infraestructuras para transportar energía de donde se produce presentan retos financieros y medioambientales descomunales.
¿Dejamos de invertir en renovables?
No. Al menos, no si queremos cumplir con los acuerdos medioambientales. Lo que necesitamos es construir redes eléctricas capaces de gestionar un escenario energético cada vez más complejo. Mientras se avanza en las grandes centrales de almacenamiento, un grupo de expertos norteamericanos han desarrollado una propuesta interesante: usar los trenes.
Estados Unidos tiene un problema con su sistema ferroviario. Pese a que mueven muchísimos trenes por el país el porcentaje de electrificación de la red es muy bajo. Esto, aunque ocurre en otros muchos lugares, es esencialmente un problema estadounidense que, por ejemplo, supone problemas para adoptar la alta velocidad.
Más allá de eso, los trenes no presentan un problema medioambiental en sí mismos. En EEUU, solo el 2% de las emisiones del transporte se deben a los trenes. No obstante, como explican los técnicos de Solutionary Rail, con algo de visión estratégica pueden convertirse en una solución.
Convertir las vías en corredores energéticos
Como hemos visto en países como Alemania, las grandes infraestructuras de transmisión de energía tienen problemas no menos grandes para llevarse a cabo. Los permisos y las exigencias para crear nuevos corredores son muy difíciles de conseguir.
Esto es lo que hace que en China los molinos permanezcan más de un 15% del tiempo apagados pese a que haya viento. La energía está lejos de donde se puede consumir. Sin embargo, las líneas ferroviarias ya están en uso y vertebran buena parte del territorio. Sencillamente habría que aprovechar su renovación para usarlas como corredores energéticos.
La red eléctrica necesita una reforma profunda, la necesita ya y si no la sufre, corremos el riesgo de llegar tarde a la gran revolución energética que ya se está viviendo. ¿Son los trenes la clave de esa revolución? No tendría por qué, es cierto. Pero cuando se piensa en los kilómetros de vía que se están haciendo para renovar la red ferroviaria, uno no deja de pensar si, de nuevo, estamos dejando pasar la oportunidad de tener una energía mejor.
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