La inflación que se muerde la cola: la energía está tan cara que su coste de almacenamiento se ha disparado

La inflación que se muerde la cola: la energía está tan cara que su coste de almacenamiento se ha disparado
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El mercado eléctrico puede enfrentarse a una gran paradoja en los siguientes meses: pese al aumento en el precio de la electricidad y pese al buen año en términos de generación eléctrica que ha tenido la energía solar, la fabricación de baterías y paneles fotovoltaicos podría acabar cayendo.

El coste de producción. La consultora Rystad Energy ha alertado de que el aumento en los precios de la energía en Europa podría afectar a la producción en dos áreas, la de las baterías eléctricas y la fabricación en instalación de paneles fotovoltaicos. Ambos sectores son intensivos en el uso de energía, lo que los hace especialmente sensibles ante la escalada de precios.

Paneles y baterías. Para alcanzar los objetivos de generación eléctrica solar, la Unión Europea depende en buena medida de 35 GW de producción en proyectos en fase de planificación. Proyectos que, teme la consultora, podrían dejarse de lado ante la menor rentabilidad causada por en crecimiento en los costes. La paradoja es considerable teniendo en cuenta que el aumento en los costes fijos también implica un aumento de la rentabilidad a largo plazo.

Aún más sangrante puede ser el caso de las baterías eléctricas por la mayor intensidad energética requerida en su fabricación. Europa cuenta hoy por hoy con 550 GWh de capacidad de almacenamiento instalada, pero los proyectos aún en fases preliminares deberían añadir otros 2,7 TWh.

Un impacto desigual. Un ejemplo que menciona Rystad es el de la fábrica de baterías de Britishvolt en Blyth, la costa nororiental del Reino Unido. La futura fábrica inglesa debería ser capaz de producir baterías para vehículos eléctricos a gran escala. El proyecto ha sido retrasado hasta 2025 ante necesidad de mayor financiación.

No está claro hasta qué punto esta circunstancia puede afectar a España. Durante el foro sectorial organizado por la patronal UNEF se anunció un nuevo proyecto “de interés comunitario” para la fabricación de placas solares en nuestro país. Una respuesta probablemente esperada por el sector que días antes mostraba su preocupación por la dependencia externa en materia de fabricación de estos componentes.

Baterías “made in Spain”. En cuanto a la fabricación de baterías, el punto de partida de España no era el mejor, pero continúa el proyecto de SEAT para su planta de Sagunto. La capacidad anual anunciada para esta planta es de 40 GWh. Esto representa una mayor capacidad que los 30GWh de la planta de Blyth y los 8 GWh de la planta de Northvolt en Italia, aunque se trata de la mitad de capacidad de la que se espera ésta última alcance a pleno rendimiento.

Más allá de los vehículos. Pese a todo no parece que la industria automovilística tenga muchas alternativas. La electrificación del parque automovilístico avanza inexorable. Los nuevos vehículos requerirán baterías eléctricas por lo que parece que el coste deberá ser asumido en cualquier caso.

No es así el caso del almacenamiento energético de la red eléctrica. Las baterías creadas con este fin empiezan a ganar tracción, si bien aún no han alcanzado fases de producción masiva. La mayor demanda de baterías en el sector automovilístico y la existencia de sistemas de almacenamiento eléctrico más eficientes como las centrales hidroeléctricas de bombeo ejercen de barreras de entrada para este mercado.

De ahí, de la pequeña magnitud de este mercado, que no sea del todo evidente cómo los altos precios de la electricidad puedan afectar a la producción de este tipo de baterías.

Dependencia energética. La competencia internacional marca los ritmos en la fabricación de paneles solares, y la energía más barata en lugares como China implica menores costes de producción en el extranjero. Esto puede afectar tanto a la industria de la fabricación de paneles como a la de las baterías al ser ambos sectores incipientes de los que depende la capacidad europea para descarbonizar nuestra economía.

Imagen | sterlinglanier Lanier

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