Esperpento en ARM China: el CEO despedido no se va y toma el control para enfrentarse a su matriz, ARM

Wu
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En 2016 ARM desplegó su división en el gigante asiático. Aunque el nombre oficial es Anmou Technologies, todo el mundo se refirió a ella como ARM China. ARM vendió el 51% del capital de la empresa a inversores chinos, que pagaron 775 millones de dólares por esa participación.

En junio de 2020 algo pasó. El consejo de administración de ARM China —con varios directivos de ARM en él— tomó la decisión de despedir a Allen Wu, el CEO de esa empresa. Una investigación había apuntado a posibles conflictos de interés, pero eso no importó al máximo responsable de ARM China, que se negó a dejar su puesto y acabó tomando el control de la firma. La situación es caótica y hay quien califica este suceso como "el atraco del siglo a la industria de los semiconductores".

Juego de tronos en el segmento de los semiconductores

¿Cómo es posible que Wu siga teniendo el control a pesar de la decisión del consejo? La respuesta está en el hecho de que Wu mantiene ciertos derechos sobre la empresa, los llamados 'chops'.

Esta especie de 'sello oficial' permite que bajo la legislación china Wu tenga autoridad absoluta a pesar del consejo de administración. Aunque ARM no quiera Wu sigue al mando, y ahora las demandas y procesos legales no dejan claro cómo terminará esta historia.

La decisión estratégica de ARM en 2016 trató de ser el vehículo que permitiera a esta empresa vender su propiedad intelectual (sus diseños de chips) en China, pero ahora Wu afirma que ARM China está "controlada por China"  y está comenzando a promocionar su propia propiedad intelectual y servicios.

Como explican en Technode, la intención de Softbank —propietaria actual de ARM— era la de poder operar en China actuando en nombre de una empresa legal, pero ese peculiar CEO ha hecho que toda esa estrategia se tambalee. Wu ha creado la llamada "Open NPU Innovation Alliance" (ONIA) que podría acabar compitiendo a nivel global con ARM.

De momento ARM China no afirma que es independiente, pero sí que está operando de forma independiente y está controlada por China. La caótica situación ha provocado demandas legales que podrían tardar años en resolverse, y su impacto es claro para cualquier empresa que pretenda actuar como lo hizo ARM a la hora de tratar de abrir nuevas líneas de negocio en China.

En 2019 ARM descubrió que Wu había estado aprovechando su posición de privilegio para atraer inversiones para Alphatecture, su propio fondo para invertir en startups tecnológicas. El consejo se reunió un año después para despedirle por mayoría total (siete a uno), pero Wu se negó a dejar su puesto, y la citada posesión de ese 'sello oficial' le ha permitido mantenerse en el cargo e incluso plantear una singular escisión.

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El pasado 26 de agosto la posición de Wu quedaba clara: ARM China lanzaba una nueva marca comercial llamada Core Power para promocionar sus propios chips y servicios. No solo eso: además de licenciar la propiedad intelectual de ARM están desarrollando la suya propia, y en sus notas de prensa ya no usan el nombre ARM China, sino "Anmou Technologies", su nombre legal y oficial en China.

La situación plantea muchos problemas para ARM, que no solo obtenía ingentes beneficios de esta división —en 2020 el mercado chino representó el 27% de los ingresos de ARM— pero ahora todo se complica. Primero, por este suceso que algunos califican de "atraco". Segundo, por la confusa situación de la potencial compra de ARM por parte de NVIDIA (aún por decidir). Y tercero, por la otra amenaza a ARM, que viene de esa arquitectura cada vez más popular llamada RISC-V.

Los analistas sí aclaran que de momento no ha habido robo de propiedad intelectual como tal. Los responsables de ARM parecían no estar preocupados con su relación con ARM China a pesar de la situación, pero lo cierto es que la situación es mucho más compliada de lo que ARM quiere reconocer. Ahora queda por ver qué ocurre con Anmou Technologies y con un Allen Wu que parece decidido a plantar cara a quien hasta hace poco era no solo su empresa matriz, sino su gran aliada.

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