El máximo responsable de Samsung ha sido condenado a prisión. La justicia surcoreana ha condenado a Lee Jae-yong, vicepresidente y heredero de Samsung Group, a cinco años de cárcel por su participación en la trama "Rasputina", un escándalo de soborno y corrupción por el que se ordenó su arresto a principios de año.
Inicialmente la fiscalía que lleva el caso pedía para Lee una pena de 12 años en prisión, los cuales al final han quedado en menos de la mitad. En el caso se le han relacionado a él y a la expresidenta surcoreana Park Geun-hye, que tuvo que dimitir a causa del escándalo, con una trama de tratos de favor hacia la empresa por parte de las autoridades.
La sentencia ha sido emitida por la sala 417 del tribunal de Distrito Central de Seúl, el cual ha considerado probado que Lee ofrecíó sobornos a Park Geun-hye, expresidenta surcoreana. Estos sobornos los realizó según la sentencia para que el Gobierno le ayudase a consolidarse como líder del grupo Samsung.
En Corea del Sur, los medios llevan tiempo refiriéndose a este como “el juicio del siglo”. No sólo por la importancia de los acusados, sino también por las repercusiones que pudiera tener en la imagen de Samsung, el mayor conglomerado del país. De hecho, los 30 asientos disponibles en la última sesión del proceso se han tenido que sortear entre 450 personas, y se le ha prohibido la entrada a fotógrafos y cámaras de televisión.
Sobornos para fortalecer su posición
Lee lleva detenido desde mediados de febrero, cuando la fiscalía le acusó de los cargos. Concretamente, está acusado por autorizar el desvío de 43.000 millones de wones, el equivalente a 32,3 millones de euros, a asociaciones pertenecientes a Choi Soon-sil, a quien se conoce como “Rasputina” por su amistad con la expresidenta Park. También se realizaron presuntas transacciones para financiar la formación ecuestre de la hija de Choi.
A cambio de estos pagos, el grupo habría obtenido favores a su empresa, como el lograr que el Servicio Nacional de Pensiones surcoreano aprobara la fusión entre dos subsidiarias del grupo, Samsung C&T y Cheil Industries.
Lee confirmó desde el principio que las transacciones eran reales, pero aseguró que no tenían nada que ver con favores hacia Samsung. Pero ahora el tribunal ha considerado probados que estos favores eran reales, y que gracias a ellos Lee consiguió un mayor control sobre el conglomerado, el cual aporta la quinta parte del PIB nacional de Corea del Sur.
Además de estas acusaciones por soborno, la fiscalía también acusa al vicepresidente y heredero de Samsung Group de malversación de fondos, de ocultar activos en el extranjero, de encubrimiento de acciones criminales y de perjurio. Esto último se debe a que durante el proceso Lee ha dado varias versiones de los hechos. Sobre este elenco de últimos cargos Lee mantiene su inocencia
El veredicto supone un duro golpe para la imagen de Samsung en la misma semana en la que ha lanzado al mercado su último buque insignia, el Galaxy Note 8. Además, su perspectivas de futuro quedan en el aire ante un inminente vacío en los puestos de liderazgo de la empresa.
Más allá de eso, esta sentencia también podría afectar a los otros juicios paralelos que se están celebrando en Corea del Sur contra su expresidenta y la "Rasputina". Y es que Choi permanece detenida desde octubre al considerarse que, junto a Park, creó una red de corrupción en la que están presuntamente implicadas la propia expresidenta, varios miembros del gobierno y las principales empresas del país.
El heredero
Lee Jae-yong, de 48 años, asumió el cargo de vicepresidente y las riendas de la empresa en 2014 después de que su padre sufriera un infarto que le dejó incapacitado. Su padre no es otro que Lee Kun-hee, dueño de Samsung y el hombre más rico de todo Corea del Sur. De hecho, este mismo tribunal ya juzgó y condenó a prisión suspendida en 2008 a Lee Kun-hee.
El joven heredero también es conocido como Jay Y. Lee, tiene dos hijos y su divorcio fue el más caro del país. Su intención era la de transformar Samsung para que deje de ser un conglomerado familiar, aunque los accionistas de la empresa quieren que asuma el cargo de Presidente, algo que no tenía pensado hacer hasta que su padre fallezca.
Sin embargo ahora todo esto queda en el aire. Lee fue apartado de su cargo al mando de Samsung por el Parlamento de Seúl el pasado diciembre, justo después de aparecer su implicación en el caso. Por lo tanto, ahora Samsung verá entrar en la cárcel a quien estaba destinado a dirigir y transformar la empresa en los próximos años.
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