Ahora que el otoño se ha decidido a hacer acto de presencia, AEMET ha aprovechado para poner negro sobre blanco lo que nos espera en los próximos meses. Y sí, El Niño empieza a mostrar sus efectos: por ahora solo tenemos previsiones estacionales (es decir, no hay nada seguro), pero los signos parecen claros. Veámoslo.
Calor, mucho calor. No puede sorprender a nadie. Venimos de la primera quincena de octubre más cálida de la serie histórica en España. Y lo es a un nivel poco usual: su temperatura media fue 4,8 ºC más alta de normal y un 1,5 ºC más alta de la quincena más cálida hasta el momento, la de 2017.
¿Qué significa eso? Pues que, para AEMET, es probable que se trate del episodio de altas temperaturas más anómalo desde que hay registros. Por supuesto, en un año en que hemos visto 31 récords de días cálidos y ninguno de día frío, es bastante reseñable. Lo "normal" son unos cinco récords de calor y otros cinco de frío en un año completo. 2023 no es un año normal.
Y va a ir a peor. Según las predicciones estacionales, parece que "2023 terminará, además, con temperaturas superiores a las normales". Esperamos que la temperatura media "se encuentre en el tercil cálido en toda España, con mayor probabilidad en Baleares y Canarias". De esta forma, hay muchas papeletas de que este 2023 sea uno de los años más cálidos de la serie, si no el que más. Justo lo que esperaríamos con El Niño.
¿Y la lluvia? Si recordamos lo que decíamos hace meses, El Niño tiene un efecto indefinido en nuestro país. Al estar tan lejos del Pacífico, todo es más moderado y suave. No obstante, si nos fijamos en las tendencias, veremos que junto al calor, se esperan más precipitaciones en otoño y menos precipitaciones al final del invierno-primavera.
Y eso, a priori, también aparece en las predicciones estacionales. Según los modelos de AEMET, "hay una mayor probabilidad de que la precipitación acumulada se encuentre en el tercil húmedo (de manera más acusada en la vertiente atlántica) en [casi] toda España". El modelo europeo, de hecho, parece dibujar la tendencia que encajaría en El Niño.
De hecho, según recoge EFE, AEMET espera que entre noviembre y febrero las lluvias pueden llegar a ser "casi un 50 % más abundantes de lo normal en la península". Es importante señalar, en el sureste peninsular y Canarias, no se van a ver esas anomalías positivas de precipitaciones. Al menos, no tan claramente. Las lluvias, en el mejor de los casos, parece que serán normales.
La sequía que no acaba. Pese a todo, va a ser muy difícil atajar la sequía. Como explicaba Rubén Campo, el portavoz de AEMET, para que "se superase la sequía meteorológica en los próximos meses tendrían que darse un otoño y un invierno muy lluviosos, uno de los más lluviosos de la serie histórica". No estamos en ese escenario por el momento.
No es raro. En el Guadiana, el Guadalquivir y la cuenca sur se está viviendo la sequía meteorológica más larga desde al menos 1961; una sequía que se puede rastrear desde casi 2014. Esto no se puede solucionar en un par de meses de lluvias abundantes. Lamentablemente.
Imagen | ECMWF
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