Shyamalan produce esta inquietante serie donde se cruzan 'Twin Peaks' y 'Lost' para ver de una sentada en Disney+

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Antes de cualquier otra consideración, ten en cuenta esta: 'Wayward Pines', que ya puedes ver en Disney+, fue cancelada después de una segunda temporada algo errática, y parte de sus misterios quedaron sin resolver. Pero salvo que seas un neurótico de los puzles que te dan todas las piezas bien masticaditas, el viaje merece la pena aunque el rompecabezas quede incompleto.

Se trata de una producción estrenada en Fox en 2015, antes de la eclosión del streaming, y que apenas se vio fuera de Estados Unidos. Eso la convierte en una especie de producto de transición, cuando los atracones de capítulos aún no eran la norma, y que intenta acabar con una situación insólitamente tensa en cada episodio, con un referente claro: 'Lost'. Hay un misterio gigantesco que rodea a los personajes, y cada paso adelante hacia la reolución del mismo son dos pasos atrás porque no dejan de aparecer nuevos enigmas.

La serie se estrenó con el sello de M. Night Shyamalan, que dirigió un estupendo piloto y produjo la serie completa, cuyo misterio indudablemente lleva el sello del director. En ella, un agente secreto busca a dos compañeros desaparecidos. Pero sufre un accidente automovilístico  y despierta cerca de un pueblo, Wayward Pines, del que descubrirá que no puede salir por culpa de una valla electrificada. Tampoco puede comunicarse con el exterior, pero sí interactuar con un catálogo de extraños vecinos.

En la segunda temporada, sin Matt Dillon como protagonista, la serie viró de temática, pero la primera es una interesantísima pieza de suspense con un reparto soberbio (a Dillon se suman Carla Gugino, Juliette Lewis y Toby Jones) y posee una curiosa estructura que huye del tópico misterio que nunca termina de resolverse, ya que aquí en el capítulo cinco ('La verdad'), la serie se atreve a dar un tremendo volantazo temático y de tono... que no será el último. Un experimento parcialmente fallido pero muy estimulante, que vale la pena recuperar en estos tiempos en los que se castra cualquier atisbo de rareza en televisión.

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