'El problema de los tres cuerpos': qué hace mejor la serie y qué hace mucho mejor el libro

La serie de Netflix basada en la novela de Liu Cixin supera en varios aspectos a su versión impresa

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La novela de ciencia ficción de Liu Cixin 'El problema de los tres cuerpos' tiene fama de inadaptable. Sin embargo, David Benioff y D.B. Weiss han puesto en marcha todo lo que aprendieron en 'Juego de tronos' para facturar una serie a la altura de su modelo. Y en muchos aspectos, han superado a un volumen de cuatrocientas páginas con fama de abrupto y denso. Hemos señalado algunas de las cosas que mejor hace la serie y en qué se queda corta.

OJO: Hay spoilers muy leves del argumento

Qué hace mejor la serie

1-Visualiza con acierto sus momentos más abstractos

Cuando leí en el libro secuencias como la de la cuenta atrás apareciendo ante los ojos de algunos personajes, me pregunté cómo harían en la serie para ponerlo en imágenes. La respuesta estaba clara: moderando su radicalidad (en el libro era casi un minirelato de terror que no desentonaría en un cómic de Junji Ito). Algo similar sucede con las explicaciones acerca de cómo afectan las dimensiones más allá de la tercera a los protones, que en la novela son largas disquisiciones (hechas por alienígenas, además) con base de física avanzada, mientras que en la serie se visualiza de forma asequible y gráfica.

2-La parte del videojuego

Otro de mis grandes temores como lector era cómo encajarían los saltos en el tiempo y los pasos de lo real a lo virtual que se dan tan a menudo en el libro. Netflix ha conseguido que en la serie, las partes del juego 'Tres cuerpos' sean tan interesantes como el resto gracias a que los personajes aprenden las características, mecánicas y elementos del juego a la misma velocidad que el espectador. El propósito del juego y su división en fases y para qué sirve cada una de ellas también está mejor explicado que en el libro.

3-Espectaculariza partes por las que el libro pasaba de puntillas

De hecho, dentro de 'Tres cuerpos' hay una escena por la que el libro se mueve tan de puntillas que casi puede pasar desapercibida: la secuencia del computador humano con millones de soldados. En la serie es una de las secuencias más divertidas por su locura conceptual y lo bien que se plasma en pantalla. También el ataque al barco de los sectarios pro-trisolarianos, levemente distinta al libro, pero que aquí aprovecha todo lo que puede dar de sí el poder devastador de las nanofibras, con una secuencia de destrucción y muerte que no desentonaría en un blockbuster apocalíptico.

4-Mayor variedad en los personajes

Aunque los conspiranoicos de rigor achaquen a la inexistente política woke de Netflix la abundancia de personajes femeninos y la diversidad de razas (que en buena medida ya estaban en la novela original), lo cierto es que la aparición de un grupo de jóvenes científicos, en su mayoría no asiáticos, brinda una bienvenida cercanía de los personajes al espectador. No por sus razas, sino por su juventud y su actitud hacia los dilemas que se les presentan: son más cercanos y empáticos que los a veces algo fríos personajes de Liu Cixin y aunque alguna de sus subtramas (la enfermedad, los enamoramientos insustanciales) sobran, otras (que no desvelaremos aquí) son sugestivas y aportan matices a las ideas del libro.

Qué hace mejor el libro

1-La ciencia pura y dura

Aunque, como bien decíamos el otro día, la serie de 'El problema de los tres cuerpos' es un bienvenido giro de Netflix hacia una ciencia ficción más seria que la de 'Stranger Things' (que no va a dejar de hacerse: por suerte, ambos enfoques pueden convivir), el libro sigue ganando en ese aspecto. Especialmente el árido (y precipitado) tramo final con los protones y las dimensiones, la subdivisión de los grupos que esperan la llegada de los trisolarianos (que no es exactamente ciencia estelar, sino más bien sociología), o las disquisiciones sobre ecología y evolucionismo están mucho mejor explicadas en el libro (como es lógico y natural).

2-Descripciones históricas más afiladas

Aunque la ideología de Liu Cixin y sus controvertidas declaraciones son un pato para comer (muy) aparte, es cierto que las descripciones que hace del régimen chino en los sesenta es bastante más afilado que las de la serie, donde es mera anécdota introductoria. Aunque no recomendaríamos 'El problema de los tres cuerpos' como un lbro de texto para aprender historia de China, literariamente es más estimulante que su contrapartida audiovisual.

3-Ametralladora de ideas

Aunque puede parecer que se contradice con lo que decíamos que es uno de los valores de la serie, la habilidad de Netflix para picotear en ideas apuntadas pero no desarrolladas para explotarlas más a fondo, lo cierto es que a veces el libro es un agradable invernadero de cientos de ideas sugerentes que se superponen entre sí. Tiene un toque de ciencia ficción clásica, donde importaba más avanzar y hacerlo deprisa que detenerse en las ideas más estimulantes, y sobre todo en su tramo final, el libro es una febril concatenación de ideas de ciencia ficción pura, y es cuando resulta más literario y más único.

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