Durante esta madrugada, una magistrada de Estados Unidos le ordenó a Apple desbloquear y permitir acceder a un iPhone 5C perteneciente a uno de los autores del tiroteo de San Bernardino en dicimebre. El motivo es el de ayudar al FBI en las investigaciones de uno de los peores atentados sufridos por el país en los últimos años, en el que murieron 14 personas y otras 21 resultaron heridas.
Pero esta misma mañana los de Cupertino ha emitido una cara abierta firmada por el propio Tim Cook explicando la situación, y exponiendo por qué han decidido decirle que no a la justicia estadounidense. Se han negado escudándose en que eso supondría atentar contra la privacidad de su propio sistema oeprativo, y que para conseguirlo tendrían que crear una herramienta que podría ser peligrosa de caer en malas manos.
Según ha informado el Washington Post, la orden judicial no le pide a Apple acabar con el cifrado del teléfono, sino deshabilitar la función que borra todos los datos personales después de haber ingresado una contraseña incorrecta más de 10 veces. De esta manera, el FBI podría podría pasarse días probando contraseñas hasta que consiguieran dar con la acertada.
Apple no se termina de fiar
En su carta abierta, Apple ha expresado su compromiso con salvaguardar la privacidad y los datos personales de sus clientes. Han aclarado que ha estado colaborando estrechamente con el FBI cediéndoles todos los datos sobre los asesinos que tienen en sus servidores, pero se han negado a ir más allá saltándose la seguridad del propio teléfono.
Según Cook, esto es así porque actualmente no existe una herramienta que pueda deshabilitar la función que les han pedido. Por lo tanto, y aunque dicen no dudar de las buenas intenciones del FBI, no quieren ser ellos quienes desarrollen una versión vulnerable de iOS con una puerta trasera que permita desbloquear cualquier iPhone.
La cuestión no es sólo la de que pueda caer en malas manos exponiendo la privacidad de todos sus usuarios, que también, sino que por mucho que el gobierno argumente que se trata de una medida excepcional para un caso en concreto, en Apple no creen que se pueda garantizar el control de la herramienta una vez creada. Vamos, que parecen sospechar de que el FBI pueda seguir utilizándola en otros casos una vez se hagan con ella.
Para concluir, Tim Cook asegura que oponerse a esta orden judicial no es algo que se tomen a la ligera, y que lo hacen con todo el respeto a la democracia estadounidense. Pero también cree que el gobierno se está extralimitando con esta medida, y que debería dar un paso atrás para considerar seriamente cuales serían las implicaciones de hacer algo como esto.
Vía | Washington Post
Imagen de portada | Allen Lai
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