Cada vez más colegios utilizan reconocimiento facial para evitar tiroteos… uso que luego extienden para vigilar a los alumnos

Cada vez más colegios utilizan reconocimiento facial para evitar tiroteos… uso que luego extienden para vigilar a los alumnos

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Cada vez más colegios utilizan reconocimiento facial para evitar tiroteos… uso que luego extienden para vigilar a los alumnos

La seguridad era el objetivo principal, pero ahora es una herramienta que va más allá del simple hecho de tratar de prevenir tragedias. Y es que el reconocimiento facial es ahora mismo la tecnología que promete traer tranquilidad a los colegios en Estados Unidos evitando tiroteos, aunque en el día a día sirva más como herramienta de vigilancia para conocer todo acerca de los estudiantes.

De acuerdo a una investigación de Wired, al menos ocho colegios de Estados Unidos han instalado sistemas de reconocimiento facial en sus instalaciones, aunque se cree que hay muchos más. Lo peculiar es que esto ocurre desde instituciones en grandes regiones urbanas, hasta pequeñas zonas rurales. Pero en todos los casos ocurre lo mismo, la implementación de la tecnología llega con el objetivo de prevenir tiroteos, y posteriormente se convierte en una herramienta de control y vigilancia.

Cuando la seguridad se transforma en una forma de control

A pesar de los fallos que ha demostrado tener la tecnología de reconocimiento facial, son varios los colegios que están apostando por ella como medida de seguridad ante el riesgo de un posible ataque. En todos los casos, al menos en los que cuya información está disponible de forma pública, los sistemas se cargan de forma manual con perfiles de sospechosos, supuestos estudiantes problemáticos, visitantes no deseados y supuestos delincuentes sexuales.

El problema de esto es que estas bases de datos se basan muchas veces en corazonadas, con fotos extraídas de perfiles de Facebook e Instagram, ya que no existen expedientes policiales que avalen el porqué se añade a una persona a la lista de vigilancia de un colegio. A excepción de los delincuentes sexuales, los cuales son proporcionados por las autoridades, el resto de la lista de vigilancia es compilada por las autoridades del colegio y se basan en denuncias públicas y anónimas, así como quejas de profesores, otros estudiantes y hasta padres de familia.

Jason Nance, profesor de derecho en la Universidad de Florida, declaró a Wired que el reconocimiento facial es parte de una tendencia de vigilancia y seguridad cada vez mayor en las escuelas estadounidenses, esto a pesar de la falta de pruebas firmes de que más tecnología hace que los estudiantes estén más seguros. Nance ha documentado cómo los tiroteos escolares de alto perfil intensifican la vigilancia, donde los más afectados son los estudiantes de color, ya que los sistemas de reconocimiento facial siguen presentando fallos en aquellas personas con tez no blanca.

A pesar de todo esto, los responsables de los colegios defienden la instalación de sistemas de reconocimiento facial, ya que aseguran que se trata de "herramientas importantes para responder o incluso prevenir incidentes importantes como los tiroteos". Y ellos mismos afirman que otra de sus ventajas es que también se pueden utilizar "para hacer cumplir las reglas escolares o simplemente como una forma conveniente de monitorizar a los estudiantes".

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Algunas ciudades han logrado prohibir el uso de reconocimiento facial en menores

Ahora mismo el debate es si la vigilancia y falta de privacidad se justifica bajo el argumento de la seguridad. Algunos colegios lo tienen claro y lo aceptan, por la parte de los responsables de las instituciones y los padres de familia, mientras otros se oponen enérgicamente a este tipo de control y vigilancia.

Un ejemplo de esto fue lo ocurrido en Lockport, Nueva York, donde las autoridades autorizaron un gasto de 1,4 millones de dólares para instalar cámaras con reconocimiento facial en algunos colegios. Ante esto, los padres se organizaron para protestar y rechazar la instalación, ya que argumentaban que "era inapropiado utilizar esta tecnología potencialmente intrusiva en niños menores de edad".

Jim Shultz, padre de una estudiante de Lockport junior, declaró:

"En el momento en que encienden esas cámaras, todos los estudiantes, incluida mi hija, estarán siendo vigilados por un sistema que puede rastrear su paradero y todos sus movimientos."

Las autoridades han tratado de defender la implementación argumentando que "no tiene la intención de vigilar a los estudiantes", sino que buscan mantener fuera a los visitantes no deseados.

Los padres de familia de Lockport encontraron apoyo en la Unión de Libertades Civiles de Nueva York (NYCLU), quien lleva varios meses manifestándose en contra de los algoritmos de reconocimiento facial y la posible afectación en estudiantes afroamericanos. Y es que el NYCLU asegura que las autoridades planean incluir en su lista de vigilancia a estudiantes que hayan recibido una suspensión, y la mayoría de los estudiantes de la esa lista son precisamente de raza negra.

Tras estas manifestaciones, el Departamento de Educación del Estado de Nueva York ordenó a Lockport suspender las pruebas y la instalación del sistema de reconocimiento facial. Algo similar a los ocurrido en San Francisco y Oakland, donde se prohibió que las agencias públicas hagan uso del reconocimiento facial.

No en todas las ciudades ocurre lo mismo

Pero no todos piensan como los habitantes de Nueva York o California, y es que en colegios ubicados, por ejemplo, en Missouri o Texas, llevan estos sistemas un paso más allá, todo en colaboración entre responsables de las instituciones, autoridades locales y padres de familia. Aquí todos coinciden que las plataforma de reconocimiento facial y la vigilancia activa de los estudiantes han hecho que los colegios "sean lugares mucho más seguros".

"Tienes cámaras de vigilancia en Disney World, ¿por qué las escuelas deberían ser diferentes?"

Por ejemplo, en West Platte, Missouri, instalaron un sistema de 200.000 dólares que vigila a 600 estudiantes y profesores. Todo lo que captan las cámaras se guarda en un servidor dentro del colegio y se envía a las autoridades, donde afirman que tras 30 días es borrado.

Lo mismo ocurre en Spring Hill, un distrito escolar en el este rural de Texas, donde se mantiene vigilancia activa de 1.900 estudiantes con cámaras con reconocimiento facial. En este colegio se vigilan incluso las redes sociales, lo que llevó a que un estudiante fuera añadido a la lista de vigilancia tras publicar una supuesta amenaza, que después de confirmó que no era cierto.

Facefirst
Web de Facefirst, una de las tantas compañías que ofrecen servicios e instalación de sistemas de reconocimiento facial para colegios en Estados Unidos.

Y así hay otros casos donde las escuelas se han convertido en una especie de prisiones llenas de cámaras, con películas a prueba de balas en ventanas, puertas con pernos de seguridad y sistemas de cierre remoto. También se cuenta con software de monitorización web y redes sociales, donde las autoridades reciben alertas cada vez que surge una mención con los nombres de los colegios.

Vamos, hasta han contratado equipos a cargo de la seguridad que son liderados por ex agentes del Servicio Secreto y veteranos militares. Estos grupos de seguridad han reforzado las medidas de vigilancia, instalado cajas de seguridad con rifles AR-15 para combatir a presuntos atacantes.

Por poner otro ejemplo, en mayo pasado se montó un enorme dispositivo de seguridad similar al de una visita de un presidente. Durante la fiesta de graduación de un colegio en Texas, se contó con cuatro agentes SWAT, francotiradores en los techos de los edificios aledaños, y las ya mencionadas cajas de seguridad con rifles AR-15 listas para ser usadas en casos de emergencia. Además de una gran cantidad de cámaras con reconocimiento facial listas para detectar sospechosos y personas dentro de la lista de vigilancia.

Y los estudiantes qué opinan

Al tratarse en muchos de casos de menores de edad, los estudiantes no tienen voz ni voto en estas decisiones, pero esto no impiden que expresen su descontento. Tenemos el caso de Isabela Johnston, estudiante del último año de la escuela secundaria Texas City High School y presidenta del club de activismo político, quien escribió en el periódico del colegio que no todos los estudiantes apoyan este aumento en la seguridad.

Johnston entrevistó a 300 estudiantes de su colegio, donde la mayoría mencionaron que las cámaras con reconocimiento facial y los rifles AR-15 los hacían sentir inseguros. Y más del 40% dijeron que la atmósfera en la escuela había empeorado en comparación con años anteriores, según la encuesta de Johnston.

"No me siento necesariamente más segura o más en peligro, pero es un recordatorio constante de que algo podría pasar." Isabela Johnston.
Feliphe Schiarolli Hes6nuc1mvc Unsplash

Y esto apenas está comenzando, ya que aunque los estudiantes rechacen estás prácticas, y organizaciones civiles se manifiesten en contra de esta tecnología por ser una invasión a la privacidad y los derechos humanos, las autoridades tienen ahora mismo la presión de evitar la siguiente masacre. Por ello, siguen buscando formas de anticiparse a los movimientos de posibles atacantes e identificar los movimientos de potenciales sospechosos, aunque esto signifique aumentar la vigilancia y control sobre lo que ocurre en los colegios estadounidenses.

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