Este cargador sirve para aportar energía al móvil, pero también se conecta al dispositivo y genera multitud de datos in sentido. Navega por páginas web aleatorias, busca vídeos, se mueve por mapas y reproduce todo tipo de contenido. FANGo es "un arma de defensa contra el capitalismo de vigilancia", según asegura su creador. Con esa actividad aleatoria lo que consigue es confundir a grandes empresas que dependen de los anuncios, como pueden ser Facebook, Amazon, Netflix o Google.
Martin Nadal es un artista español que vive en Linz, Austria. En su portfolio mezcla el arte con la tecnología, creando proyectos de lo más curiosos. Es el caso de FANGo, aparentemente un cargador, aunque su propósito es otro muy diferente a cargar el móvil. Este pequeño aparato se conecta al teléfono mientras se está cargando y comienza a utilizarlo de forma aleatoria en segundo plano.
Añadiendo ruido a los datos
La misión de FANGo es sencilla: utilizar tanto el dispositivo y de forma tan aleatoria que los anunciantes simplemente no sepan generar un perfil concreto del usuario para mostrarle publicidad concreta. Martin Nadal explica que FANGo es una forma de luchar contra el capitalismo de vigilancia que supone las principales tecnológicas que generan ingresos gracias a la publicidad y en consecuencia a los datos de los usuarios. Indica que al final estas empresas intentan modificar el comportamiento humano sin que este pueda defenderse directamente.
¿La solución? En cierto sentido, si no se puede luchar contra ello, "unirse al enemigo". FANGo no impide que los anunciantes rastreen al usuario, pero sí que puede confundirlos. Una vez conectamos el teléfono al cargador modificado este comenzará a interactuar con el dispositivo mientras se carga. Puede por ejemplo abrir páginas web, navegar por un mapa buscando ubicaciones aleatorias, ver vídeos de YouTube o dar me gusta a publicaciones de Facebook. El resultado son unos datos para anunciantes llenos de ruido que no permiten generar un perfil tan preciso como la interacción humana y no aleatoria.
FANGo, a weapon against surveillance capitalism has been first shown at @RadNetworks 2019. Thanks to the organizers for such a nice conference, it is fantastic !! https://t.co/WYidQ2SykM pic.twitter.com/BZHplfT1OZ
— martin nadal (@muimota) October 20, 2019
FANGo es un experimento artístico al final. Falta ver cuál es el funcionamiento técnico exacto mediante el cual puede conectarse y controlar el teléfono con un microprocesador. En iOS al menos no es posible acceder al control del iPhone con un cable sin permiso específico del usuario. En el caso de Android, dependerá del acceso que se pueda tener.
El concepto de FANGo en realidad ya lo hemos visto anteriormente. Track THIS, un proyecto de Mozilla lanzado hace unos meses, abre 100 pestañas en el navegador relacionadas con un tema concreto para que las _cookies_ se confundan y generen un perfil diferente del usuario. Así mismo, la forma de operar de FANGo para conectarse al dispositivo también se ha hecho antes de una forma similar. Es el caso de los falsos cargadores para iPhone y dispositivos Android, que en su interior llevan un chip para conectarse y controlar el móvil. Eso sí, en tal caso el propósito es distinto.
Los otros inquietantes proyectos
Martin Nadal cuenta con otros proyectos interesantes relacionados de forma directa con la tecnología y el impacto negativo que a veces puede tener. En 2016 por ejemplo creó "la peor máquina para minar Bitcoins". Se trataba básicamente de una calculadora antigua conectada a la red. Su proceso de cálculo es tan ínfimo en comparación con los potentes ordenadores utilizados para minar Bitcoins que necesita aproximadamente unos 11 millones de años para minar un Bitcoin. Con ello Martin Nadal en colaboración con César Escudero buscaban denunciar la gran cantidad de recursos que se consumen para generar criptomonedas.
Siguiendo precisamente con las criptomonedas, en 2018 creó una exposición de lo más curiosa. Una pantalla generaba cada determinado tiempo una nueva criptomoneda con su propio nombre, icono, símbolo, precio en dólares y validez mediante tokens en Ethereum. Si alguien pulsaba un botón se llevaba una porción de esa moneda mediante un ticket que confirmaba que era poseedor de una cantidad determinada de la moneda.
Vía | Motherboard
Más información | Martin Nadal
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