Nos estamos acostumbrando a llevar sensores en todas las partes del cuerpo, pero en muchas ocasiones sería necesario que los mismos fueran alojados cerca de nuestros órganos, con la misión de monitorizar a un nivel más alto nuestras constantes vitales.
Sung Won Lee, de la Universidad de Ingeniería de Tokio, está desarrollando un gel que permite adherir sensores en órganos vitales. Se aplica en el lugar como si extendiéramos una compresa, y permite detectar información biométrica con una definición muy alta.
La idea es que el pequeño sensor pueda estar colocado en el mismo punto sin que se mueva, ni tampoco cause ningún perjuicio en el interior del paciente. En la imagen podemos ver el gel - estado de prototipo - en una moneda de 100 yenes adherida en la cara interna de una mano.
Como suele ocurrir en este tipo de avances, las pruebas se están realizando en ratas, donde han conseguido registrar con gran nivel de detalle la actividad eléctrica de sus pequeños corazones. La duración de los sistemas que tienen ahora mismo entre manos es de unas tres horas.
Para su demostración rápida y pública se probó el gel en balones hinchados, que luego vaciaban, y el sensor y el gel seguían manteniéndose en la misma posición.
Ahora mismo las aplicaciones lógicamente tienen más que ver con la salud y la medicina, que con la mejora deportiva, pero no se descarta que también haya camino para trabajar en esa dirección.
También hay quien considera que no está claro si realmente son necesarios este tipo de sensores en órganos cuando se está operando, pero el desarrollo puede llevar a otro tipo de investigaciones y aplicaciones. Por lo pronto se nos ocurre que podrían tener relación con los circuitos eléctricos adhesivos y flexibles.
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