Y si no están cerca, se las inventan. Una cosa es ganarle terreno al mar, y otra bien distinta es querer controlar la forma en la que actúan las mareas, y por lo tanto las olas. En Melbourne hay mucho trabajador con ganas de hace surf.
Lo que van a crear en la ciudad australiana es una piscina flotante sobre el mar que permitirá a los chicos de la oficina salir a coger olas en la hora del almuerzo. Una hora para llegar a una playa en condiciones es demasiado tiempo para un australiano.
A cargo del proyecto está el arquitecto Damien Rogers, que busca crear la accesibilidad para aquellos que aman la gran ciudad, pero al mismo tiempo quieren practicar su deporte favorito en el mar.
La superficie será construida en el barrio Docklands, una zona post industrial que ahora está llena de casas y oficinas, y que en su zona marítima está más usada como puerto, que como zona de baño o de deporte. También están faltos de parques en la zona, así que la iniciativa es bienvenida por muchos.
Como podéis comprobar en las imágenes, la obra gira en torno al carril que general las olas, pero es además un parque público para actividades recreativas, como paseos por lo zona.
Rogers está estudiando las diferentes tecnologías de olas que se trabajan alrededor del planeta, pretenden no solo crear el movimiento, sino que la cantidad y tamaño sea interesante para montar competiciones. La empresa elegida parece ser Arup, conocida por la +Pool de Manhattan.
Aunque el proyecto se encuentra en fase inicial, va adelante con el apoyo de gran parte de la ciudadanía, y como se puede intuir con el material promocional, un aspecto muy cuidado e integrado.
Vía | FastCompany
Ver 7 comentarios