En invierno, cuidado con el hielo: los mejores consejos para no tener sustos al volante

  • En invierno es especialmente importante estar alerta en las carreteras de montaña

  • El mantenimiento de los neumáticos, las luces o los frenos también puede ser esencial

Clay Banks Mvqukobl3ja Unsplash
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No está siendo el año que más frío está haciendo pero el final de año ha llegado cargado de temperaturas verdaderamente invernales. Días en los que se vuelven a ver los grados negativos en el termómetro y los coches aparecen cubiertos de hielo.

Malas noticias para el que tiene que desplazarse a primera hora. En primer lugar, por la inconveniencia de quitar el hielo del parabrisas. En segundo lugar, por el peligro que supone encontrarse una carretera con placas de hielo.

En otras ocasiones hemos contado cómo quitar el hielo del parabrisas de nuestro coche y, sobre todo, qué debemos evitar si queremos huir de pequeños daños en el cristal del vehículo que pueden hacer que terminemos el año con un gasto inesperado.

Pero esta vez vamos a centrarnos en la conducción, ¿qué hay que tener en cuenta si aparece hielo en la carretera?

Cuidado con el hielo, así debemos actuar

En primer lugar, lo que vamos a tratar en este artículo es cómo debemos actuar en caso de encontrarnos hielo en la carretera. No hablamos de carreteras nevadas, en las que evidentemente hay hielo en la zona inferior y en las que nos podemos ver obligados a circular con cadenas.

Esta vez vamos a tratar los bancos de hielo, pequeñas zonas resbaladizas que el sol no ha derretido y que pueden darnos un buen susto.

Los bancos de hielo en la carretera se forman igual que en el cristal del nuestro coche. La humedad de la noche se congela por las bajas temperaturas y termina por crear una capa de hielo extremadamente deslizante en la carretera. Con el paso del día, de los coches, la incidencia de los rayos del sol y las temperaturas más amables, éste puede desaparecer del todo.

Pero si la temperatura es demasiado baja, una parte de la carretera permanece en sombra la mayor parte del día y el tráfico no es denso, es posible que los bancos de hielo se encadenen durante varios días. Por eso, no sólo hay que llevar cuidado durante la noche o las primeras horas del día. En carreteras de montaña especialmente, en invierno hay que extremar las precauciones durante todo el día.

En caso de que sospechemos que la orilla de la carretera puede guardarnos una desagradable sorpresa, lo más indicado es reducir la velocidad y circular alejado de los extremos, donde es más probable que se acumule el hielo. El hielo en la carretera está especialmente presente en las zonas de sombra (umbrías) de una ladera, junto a los túneles y los ríos (donde la humedad aumenta).

Si, pese a todo, hemos perdido el control, lo primero que tenemos que hacer es levantar el pie del acelerador. La pérdida de velocidad facilitará que ganemos adeherancia. Sin embargo, en ningún caso debemos frenar de golpe. Aunque puede ser instintivo, frenar con fuerza puede hacer que nuestro coche patine con violencia, pues no encontrará tracción para moverse.

Del mismo modo, hay que evitar las maniobras bruscas. Evita contravolantear con fuerza, pues es fácil perder el control. Es mejor mantenerse firmes y, en caso de volver a acelerar, hacerlo con suavidad y que el volante esté lo más recto posible para ganar tracción lo antes posible.

Además, y en la medida de lo posible, circula con marchas largas. Las reacciones son menos violentas y más predecibles, pues contaremos con menos fuerza a golpe de pedal del acelerador.

Consejos para todo el invierno

Además de las maniobras recomendadas con hielo, hay algunos detalles que no podemos pasar por alto y que nos vendrán especialmente bien cuando circulemos por carreteras donde pueden acechar los bancos de hielo.

Estos consejos, pese a todo, son de obligado cumplimiento durante el invierno y buena parte del año, de hecho:

  • Aumenta la distancia de seguridad, pues contaremos con mayor tiempo de reacción ante un imprevisto.
  • Si las condiciones meteorológicas son malas, levanta el pie del acelerador.
  • Vigila el estado de los neumáticos, puede ser la diferencia entre acabar en la cuneta o mantenernos en el asfalto.
  • Vigila el estado de los frenos, pues de nada servirán si no funcionan correctamente.
  • Vigila el estado de las luces, pues con un simple pulido de los faros podemos ganar muchísima visibilidad.

Además, algunos coches vienen equipados con cámaras de visión nocturna por lo que pueden anticiparnos la presencia de una placa de hielo. Estos utilizan cámaras térmicas para detectar peatones o animales. En este caso, la baja temperatura del asfalto en un punto concreto nos servirá de guía.

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Foto | Clay Banks

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