Sin cadena y sin mantenimiento: alguien cree tener la bicicleta eléctrica del futuro copiando a Toyota

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La bicicleta eléctrica ha vivido un enorme boom en los últimos años. Desde Europa hasta Estados Unidos, las ventas se han disparado a una velocidad de vértigo, especialmente desde que la pandemia de Covid-19 nos lanzara a la calle tras replantearnos si nuestra salud era la mejor.

Por el camino, muchos usuarios que desconocían este tipo de vehículos se han acercado a la tecnología. Países como Portugal han aprovechado el tirón para convertirse en referentes mundiales en la producción de bicicletas y, como era de esperar, los inventos para mejorar su eficiencia y funcionamiento no dejan de llegar.

En este último grupo destaca el proyecto de Driven, quienes buscan revolucionar el funcionamiento de las bicicletas eléctricas con un sistema de transmisión que copia a Toyota, elimina la cadena y promete un mantenimiento casi inexistente.

Una bicicleta eléctrica con corazón de Toyota

Si algo peculiar tiene Toyota en sus híbridos es el cambio CVT. Este sistema es conocido como variador continuo y es el responsable de que el coche suene de una manera muy particular. Es habitual escuchar que el sistema suena "como una motillo".

Esto es porque la transmisión automática de Toyota no tiene relaciones. Es decir, no podemos ir en quinta o sexta marcha, como está ampliamente generalizado. En su funcionamiento, mantiene el par motor y la potencia en su rango óptimo en todo momento. A cambio, se obtiene una conducción mucho más suave y fluida que, sin embargo, es criticada por parte del público porque las sensaciones entre aceleración y régimen de giro del motor no son coherentes en un primer momento. Algo en lo que Toyota trabaja intensamente.

Es decir, se demande la cantidad de potencia que se demande, la caja de cambios siempre trabajará de la manera más eficiente posible. Esto mismo es lo que quieren copiar en Driven. Un sistema para bicicleta eléctrica que aumente o disminuya la fuera ejercida por el motor eléctrico de la manera más suave posible y siempre teniendo en cuenta la fuerza ejercida en las pedaladas para mantener la velocidad constante.

Para funcionar con la mayor fluidez posible, un pequeño diferencial se encarga de gestionar la fuerza del pedaleo, la asistencia eléctrica entregada por el motor de la bicicleta y, por último, la de un segundo motor eléctrico que controla la velocidad de giro. A menor velocidad, la transmisión utiliza un desarrollo más corto. Cuanto mayor sea la velocidad, más largo será éste.

Para transmitir la fuera, el movimiento llega a la rueda trasera con una correa dentada o una cadena tradicional. Sin embargo, en el sistema de Driven se elimina la cadena tradicional. Todo está tapado y, según la compañía, es una opción más elegante y ligera. Prometen un mantenimiento mínimo en los primeros 16.000 kilómetros (10.000 millas) y una mejoría en la autonomía de un 20%.

Esto último lo consiguen porque el sistema también es capaz de recuperar parte de la energía perdida durante las frenadas. De nuevo, como haría un vehículo híbrido. Además, se puede controlar electrónicamente para simular diferentes entregas de potencia, como si de una bicicleta eléctrica tradicional se tratara.

El proyecto está en búsqueda de inversión y se puede apoyar la campaña en Wefunder.com donde aspiran a alcanzar un mínimo de 618.000 dólares para sacar adelante el sistema y poder venderlo a las empresas que lo requieran.

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Foto | Driven

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