Se acaba el Mobile World Congress 2019 y no ha sido una edición más. Llevamos muchos años viendo como en ferias de tecnología se habla de grandes tendencias de cara a futuro, pero luego pocas se materializan de forma sólida o en productos comerciales.
Sin embargo, lo que ha ocurrido este año en Barcelona ha sido distinto. Por una parte hemos conocido los primeros terminales comerciales con conectividad 5G, que llegarán este mismo año al bolsillo de los consumidores interesados, pese a que previsiblemente las redes no estarán disponibles, y cuando lo hagan será de forma muy limitada, hasta el año que viene.
En segundo lugar, el MWC 2019 ha sido la feria de lo flexible. Si en el CES 2019 y antes ya pudimos conocer el Flexpai o el prototipo de Samsung y prever que este sería el año en que la industria móvil podría platearse un cambio, en Barcelona esta semana se ha confirmado que ese cambio es real, y que los grandes buscan salir del modelo de rectángulo cuadrado que viene siendo el smartphone desde 2007. Vamos hacia un futuro incierto, pero futuro.
MWC 2019: pantallas flexibles bajo vitrinas
El domingo fue el gran día del MWC 2019, como cada año. Este año faltó Samsung, pero la semana anterior ya se había encargado de echar toda su leña al fuego, o más bien su gasolina, porque el Samsung Galaxy Fold gustó, y mucho, pese a las dudas que aún planean sobre los flexibles.
Durante la presentación del Huawei Mate X la sensación fue de estar presenciando un producto más adaptado a los usos del smartphone actual, que fácilmente podría sustituir al que llevamos en el bolsillo. Sin embargo, además de plegarse, ambos terminales comparten algo que ha traído de cabeza a muchos de los asistentes al congreso: no se han podido tocar.
El Samsung Galaxy Fold y el Huawei Mate X son vecinos. En el MWC los stands de Huawei y Samsung se encuentran enfrentados a escasos metros. Entre China y Corea del Sur hay mucha distancia, pero aquí todo se ha acortado. Y se ha acortado tanto que ambas compañías han situado bajo vitrinas a sus terminales estrella, los más esperados en años. Ni durante los eventos de presentación ni durante estos días de feria han estado expuestos libremente a la prensa general.
Incluso en un momento en que de casualidad pudimos ver un Huawei Mate X de cerca, no pudimos cogerlo y plegarlo. Los experimentos flexibles de TCL eran muy curiosos y sí vimos como máquinas las plegaban, pero tampoco pudieron ser tocados.
También están las "vitrinas ficticias", que no son de cristal, sino normas que no permiten tocar a terminales expuestos, en la mayoría de casos porque el software no es final y la sensación experimentada por el periodista puede ser negativa. La vitrina no es algo nuevo, Apple ya la puso cubriendo al iPhone en 2007, cuando lo presentó con un software que funcionó de milagro al propio Steve Jobs.
Lo que ocurre es que hasta ahora el Mobile World Congress era una feria de productos finales, y esta ocasión ha parecido algo distinto con sus productos más innovadores y futurista.
Mobile World Congress 2019, ¿una feria de prototipos?
Los smartphones flexibles se enfrentan a la situación de muchos wearables hace unos años, que no es otra que llegar a un mercado en el que los fabricantes tienen experiencia, ni en hardware ni en software. Sin embargo, la mayoría de propuestas que llegaban de wearables eran relativamente sólidas, y los fabricantes permitieron probarlas en las ferias y los lanzaron con cierta celeridad al mercado.
En el MWC 2019, que ha sido una fantástica edición y para muchos asistentes la más emocionante en años, hemos visto que quizás, lo que ha causado esa expectación sea lo mismo que da sentido a este artículo, y es que pese a que tanto Samsung como Huawei han prometido lanzamientos en los próximos meses de 2019, la sensación que queda es de estar ante una feria de prototipos, potenciada por smartphones 5G inacabados. Como esas de motor en las que se muestran muchos conceptos que no cobran vida en muchos años, si acaso la cobran finalmente.
Saber que en pocos meses podrás tocar estos dispositivos pero que en su forma actual no se exponen por determinados motivos que sólo las marcas conocen no ayuda a hacer pensar que los productos son maduros (aunque finalmente lo sean a su manera), sino todo lo contrario.
Y ni siquiera es sólo no poder tocar: con los móviles flexibles presentes aquí, salvo en algún modelo no anunciado a modo de experimento, como los de TCL, ni siquiera hemos visto en persona los pliegues, porque detrás de las vitrinas se encontraban estáticos, sin un brazo que los moviera. Tampoco había encargados de las compañías haciéndolo. Móviles flexibles, os hemos mirado, pero no os hemos conocido.
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