La posible asociación con casos muy infrecuentes de trombosis ha obligado a retrasar la vacunación de COVID-19 con la segunda dosis AstraZeneca para aquellos que ya recibieron la primera, así que ahora se valora la posibilidad de utilizar vacunas de otro fabricante para esa segunda dosis.
La capacidad de mezclar y combinar vacunas también podría facilitar que los programas de vacunación fueran más flexibles, lo que aceleraría el proceso y reduciría el impacto de cualquier interrupción de la cadena de suministro.
Fiebre como principal efecto secundario
Los estudios en animales sugieren que es posible una respuesta inmunitaria reforzada a la hora de mezclar vacunas, pero en lo que se refiere a las vacunas para combatir el COVID-19 en humanos estamos aún en el terreno de lo teórico.
Por ello, en España se está realizando un ensayo a este respecto, el CombiVacs, el estudio analizará la protección y seguridad de suministrar una dosis de la vacuna de Pfizer a personas que ya han recibido una primera dosis de la de AstraZeneca.
A la espera de sus resultados, nos han llegado ya los resultados preliminares del ensayo británico Com-Cov, sugiriéndose que combinar AstraZeneca con Pfizer puede llegar a triplicar los efectos secundarios, aunque todos sigan siendo de leves a moderados y de corta duración y pueden aliviarse con paracetamol. Estamos hablando de casos de fiebre, dolores musculares o articulares y fatiga generalizada.
El efecto secundario más frecuente fue el de la fiebre: entre los 110 voluntarios que recibieron en primer lugar AstraZeneca y, más tarde, Pfizer, el 34% sufrió este efecto secundario (que no alcanzó más de los 39º), el triple de casos de quienes recibieron dos dosis de AstraZeneca (10 % de los casos). Los que primero recibieron una dosis de Pfizer seguida de otra AstraZeneca, tuvieron fiebre el 41% de los casos, frente al 21% de los que recibieron dos dosis de Pfizer.
Esas diferencias se mantienen en el resto de reacciones adversas más habituales. Donde no hay variación es en el dolor local en la zona del pinchazo, como tampoco en la incidencia de náuseas o diarreas. Según declaraciones de Matthew Snape, catedrático asociado de pediatría y vacunación de la Universidad de Oxford, e investigador principal del ensayo:
Los resultados de este estudio sugieren que los esquemas de dosis mixtas podrían dar lugar a un aumento de las ausencias laborales al día siguiente de la inmunización, y esto es importante tenerlo en cuenta a la hora de planificar la inmunización de los trabajadores sanitarios.
La mayoría de los casos fueron de leves y moderados y ninguno requirió hospitalización, y además desaparecieron en su mayoría a las 48 horas. Con todo, estos resultados fueron en mayores de 50 años. Los autores sugieren que en personas más jóvenes las reacciones adversas por combinar vacunas podrían ser más frecuentes.
Los resultados definitivos sobre la eficacia o seguridad de este ensayo en el que participa un total de 830 voluntarios no llegarán hasta junio. Los primeros resultados del CombiVacs, sin embargo, se publicarán la semana que viene.
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