La paradoja de la marihuana: en plena fiebre legalizadora, cada vez tenemos más claro que fumarla es perjudicial

La paradoja de la marihuana: en plena fiebre legalizadora, cada vez tenemos más claro que fumarla es perjudicial
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Que fumar no es bueno para la salud es algo que sabemos desde hace años. Pero cuando decimos esto generalmente hablamos del tabaco, una sustancia que no solo afecta a nuestros pulmones sino también a nuestra salud cardiovascular. Ahora un nuevo estudio ha encontrado que el principal componente activo de la marihuana, el tetrahidrocannabinol (THC), también podría estar relacionado con un mayor riesgo de padecer infartos y accidentes cerebrovasculares. También abre la vía a evitar este efecto.

Un punto de vista doble. El estudio se basa en dos análisis para llegar a esta conclusión. El primero es un estudio epidemiológico realizado utilizando datos de 500.000 participantes en el Reino Unido, de los cuales 11.000 fumaban con una frecuencia de más de una vez al mes. Este estudio permitió controlar por factores como edad, sexo y otros factores relacionados con la salud cardiovascular. Encontró una relación positiva entre consumo de cannabis y problemas cardiovasculares.

Pero correlación no implica causa. Aunque se hayan controlado otros factores, el estudio no es capaz de determinar con certeza si hay una relación directa causal, por lo que cataloga al consumo de cannabis como factor de riesgo. Una consideración a tener en cuenta es que la mayoría del consumo de esta sustancia se realiza fumándola. Esto hace que sea difícil distinguir entre los efectos de la sustancia en sí y los propios de la forma de consumo.

El secreto puede estar en las células de nuestras venas y arterias. La segunda parte del análisis fue bioquímica. El equipo descubrió que el THC causa la inflamación de las células que recubren el interior de los vasos sanguíneos, las células endoteliales; así como la acumulación de grasas y otras sustancias en las paredes de las arterias o arterosclerosis. Al menos en ratones.

Este segundo análisis es el que contiene la buena noticia, y es que la genisteína, una molécula presente en algunas legumbres como las habas o la soja, puede evitar esta inflamación. La genisteína, además, no llega a nuestro cerebro en suficientes cantidades como para evitar que el THC tenga efectos como aliviar el dolor y las náuseas o estimular el apetito.

La legalización del cannabis sigue ganando momento en España. Precisamente esos tres son factores mencionados en el párrafo anterior claves en el uso medicinal del cannabis. El Congreso de los Diputados cuenta desde mediados de 2021 con una subcomisión que busca analizar experiencias de regulación del cannabis para uso medicinal. Se trata de un tema que lleva ya tiempo en la agenda legislativa, pero el debate social va más allá y abarca también la legalización de su uso recreativo.

España no sería ni mucho menos el primer país en legalizar el uso recreativo del cannabis, y cabe recordar que su uso está hoy por hoy despenalizado. Existen argumentos socioeconómicos fuertes en favor de la legalización. En primer lugar, puesto que supondría distintos beneficios económicos, mayor recaudación de impuestos, nuevos empleos y el afloramiento de una parte de la economía ahora sumergida.

Las promesas de la legalización. En Canadá esto se tradujo en un aumento del PIB de 34.300 millones de dólares (estadounidenses) según la estimación realizada por la consultora Deloitte. El ingreso para las arcas estatales fue, también según Deloitte, de 11.900 millones de dólares. La importación del modelo canadiense es una posibilidad que implicaría unas cifras quizá un poco más modestas, ya que el PIB canadiense es alrededor del 30% superior al español, aunque existen muchos factores que afectarían a la cifra, siendo el turismo quizá uno de los más importantes.

No todo es dinero, y existen motivos sociales para la legalización del uso recreativo. Ésta implicaría, por ejemplo, más facilidad para controlar los casos en los que el uso se convierte en abuso, implicaría un menor estigma vinculado al riesgo de exclusión social en algunos individuos, y supondría la eliminación de una fuente de ingresos en bandas dedicadas al narcotráfico y una caída en la criminalidad.

Y sus inconvenientes. En cualquier caso, el cannabis no es una sustancia inocua para la salud. La legalización de la marihuana recreativa ha ido acompañada de problemas como por ejemplo un aumento temporal en los accidentes de tráfico. También cabe esperar que estas políticas tengan un efecto negativo en la salud cardiorrespiratoria a largo plazo. La tendencia liberalizadora en la marihuana contrasta con el mayor control a sustancias ya legales como el caso del alcohol y el tabaco.

¿Y en qué afecta este estudio al debate sobre la legalización del cannabis? Al considerar el uso médico del cannabis poco. Los tratamientos con cannabis no implican la necesidad de fumar el producto, por lo que parte de los efectos irritantes no se darían. En segundo lugar, debe aclararse de que el cannabis medicinal no implica tampoco de manera necesaria el uso del THC, puesto que componentes como el CBD también pueden ser utilizados en este contexto. El cannabis medicinal puede ser usado en cuidados paliativos, caso en el que los posibles efectos secundarios a largo plazo son poco relevantes.

También ha de tenerse en cuenta de que el uso del cannabis medicinal se realiza bajo supervisión médica. En este sentido puede considerarse que el estudio implica una buena noticia, puesto que ya existen suplementos alimenticios de genisteína, si bien todavía haría falta más investigación para evaluar sus efectos.

En cuanto al uso recreativo de la marihuana, las implicaciones de este estudio son más ambiguas al coexistir implicaciones sanitarias. La legalización suele venir acompañada de un producto más fuerte y por tanto más “irritante”. Además, en el uso recreativo es más habitual que la sustancia se sume, por lo que cabría esperar que los efectos negativos sean mayores. Por otra parte, cabe hacer referencia al uso del término “factor de riesgo” puesto que implica que otros muchos factores no observados estén relacionados con estos factores, incluyendo factores socioeconómicos vinculados al uso clandestino de la marihuana.

Imagen | Eduardo Verdugo/AP

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