Las pieles ya no se llevan en la industria de la moda. Y la culpa no es sólo de los activistas

Las pieles ya no se llevan en la industria de la moda. Y la culpa no es sólo de los activistas
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Durante muchos, muchos años, el uso de pieles de animales en la industria de la moda fue sinónimo de lujo y distinción. Sin embargo, en la última década esa percepción ha cambiado y cada vez más diseñadores y marcas rechazan este material para sus prendas. En parte, por la acción de grupos de activistas contra el sufrimiento animal. Pero, sobre todo, porque estos últimos han encontrado un aliado inesperado en su lucha: los medios de comunicación especializados del sector.

El poder de los medios de comunicación. Un estudio conjunto de las universidades de California y Emory (en Atlanta) revela que, a pesar de que las reivindicaciones de los activistas contra el uso de pieles de animales puso la reclamación sobre la mesa, hasta que los medios de comunicación especializados en moda, con la revista Vogue a la cabeza, no empezaron a plantear dudas sobre la moralidad de su utilización, los fabricantes no las tomaron en serio.

El movimiento contra el uso de pieles de animales tiene un largo recorrido, y ya en 1994 consiguió que Calvin Clain dejase de usar este material en sus diseños. Sin embargo, en la primera década del siglo XXI aún eran muchas las marcas que las utilizaban e, incluso, se mostraban indiferentes a las protestas y las reivindicaciones de los activistas.

Vogue, activista inesperada. El estudio señala que, a partir de 2009, Vogue empezó a abandonar la visión de lujo y glamour con la que siempre había tratado a las prendas hechas con pieles animales, y a cuestionar cada vez más en sus artículos la moralidad de su utilización. A partir de esa misma fecha, aproximadamente, el uso de este material de confección comenzó a decaer, y poco a poco más y más marcas fueron anunciando que dejarían de utilizarlo.

La investigación señala que ese cambio de parecer de Vogue, una de las revistas de moda más influyentes del mundo, fue clave para que diseñadores y fabricantes se replanteasen el uso de pieles en sus prendas. La publicación norteamericana no fue la única en empezar a plantear dudas morales acerca de la utilización de este material, pero los autores del estudio subrayan que, dada su posición de dominio entre las publicaciones especializadas en el sector, influyó más que el de cualquier otro medio e hizo que los creadores de moda realmente decidiesen dejar de utilizarlo.

“En el mundo de la moda, Vogue tiene una posición e influencia únicas. Sus editores están bien conectados con los líderes de la industria y son expertos en traducir el complejo mundo de la moda en algo más asequible para el público en general. Por esa razón, las marcas de moda sólo comenzaron a responder a las presiones externas cuando estas voces [en contra del uso de pieles animales] fueron amplificadas por una publicación tan poderosa”, señalan los autores de la investigación.

Abandono progresivo de las pieles. Además de Calvin Clain, otras firmas que abandonaron el uso de pieles en sus prendas relativamente pronto fueron Ralph Lauren y Tommy Hilfiger, en 2006 y 2007, respectivamente. Sin embargo, la mayoría de marcas de moda relevantes no lo hicieron hasta la segunda década del siglo XXI, cuando Vogue ya había declarado la guerra a esta material: Versace en 2014, Hugo Boss en 2015, Giorgio Armani en 2016, Gucci en 2017, Prada en 2020, Balenciaga en 2021 y Dolce & Gabbana en 2022.

No sólo Vogue. A pesar de que el estudio vincula directamente el cambio editorial de Vogue y la decisión de muchas firmas de moda de abandonar el uso de pieles, sus autores subrayan que esta publicación no fue la única que influyó en que se dejasen de utilizar. La investigación revela que las estrategias de los activistas, en especial las relacionadas con campañas publicitarias y maniobras legales, hicieron que sus reivindicaciones tuviesen cada vez más cabida en la prensa, lo que facilitó que su mensaje fuese calando poco a poco en la sociedad.

Y, aunque Vogue no se hizo eco de ninguna noticia relacionada con las reivindicaciones de los activistas, los autores sí señalan que su creciente presencia en medios de comunicación hizo que los periodistas y editores de la revista norteamericana se replanteasen su posición en cuanto al uso de pieles en la moda. Esas dudas las trasladaron a sus coberturas y críticas sobre desfiles y nuevas colecciones, que fueron las que acabaron por influir en los diseñadores de forma definitiva.

Imagen | Charisse Kenion

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