Imagina por un momento que tienes algo que ver con el grupo editorial Malpaso. Puede que seas un representante literario que ha colaborado con ellos, o tal vez el relaciones públicas, el responsable de comunicación. Ahora imagina que el dueño de la empresa ha escrito el siguiente comentario en Twitter:
¡No seas ridícula! Se te deben poco menos de 4.000 euros. Entendemos que es una cantidad importante para un profesional autónomo. La empresa sufrió grandes pérdidas por apostar a libros fallidos, ha tenido que reorganizarse y reestructurar todo su quehacer. A todos les pasa.
Sí, a nosotros también se nos haría muy cuesta arriba entrar al día siguiente a la oficina a trabajar.
Todo empezó con un tuit de la traductora Ana Flecha Marco. “Como hace mucho que no saco el tema”, recordaba que Lince Ediciones, bajo el paraguas de Malpaso, le debía el pago de una traducción. Un tuit con apenas 50 retuits.
La indignación venía, en parte, por la combinación de dos factores. El primero, que Lince volvía a ver en activo a un grupo que, según ella, le racaneaba el pago de su traducción alegando problemas financieros. También a que, pese a su mala economía a la hora de pagar a proveedores y empleados, sí había podido permitirse una caseta para la Feria del Libro.
Acabo de pensar que, como hace mucho que no saco el tema, igual os pensáis que @LinceEdic (@MalpasoEd), me ha pagado por mi trabajo, y qué va. Sigo esperando. No se me olvida ni un solo día, pero a veces hago como que sí por conservar un poquito de salud mental. #MalpasoPagaYa
— Ana Flecha Marco (@anaflesh) February 5, 2019
Responde Linde ediciones. “Lince es la que te debe, no Malpaso, por favor, no te confundas. Lince no niega sus deudas y tampoco la voluntad de pagar, si no lo ha hecho es por la imposibilidad de hacerlo”. Sólo el comienzo de lo que estaría por venir. Pero antes hay que explicar los antecedentes.
El emporio mexicano con pies de barro
El organigrama es como sigue: el magnate mexicano Bernardo Domínguez Cereceres es el centro de todo. Él es el propietario del conglomerado empresarial DSC, más vinculado a la hostelería y la construcción y con un activo de cientos de millones de euros acumulados en los últimos treinta años.
Domínguez decidió entrar en el mundo editorial español en 2013 (una decisión extraña, por no decir kamikaze), y no entró con timidez, sino a lo grande. Montó Malpaso, fue comprando distintos y pequeños sellos (Dibbuks, Salto de Página, Lince) y también hizo contraofertas escandalosas, llevándose los derechos de edición en España de memorias de Bob Dylan o Elthon John, más propias de grupos como Planeta. Se había convertido en un sello ineludible en el sector, con volúmenes lujosos de las memorias de Bruce Springsteen y sacando inéditos de gigantes como Kurt Vonnegut.
Desde 2017 los rumores sobre los impagos han sido constantes, tanto por parte de pequeños acreedores tipo Flecha como por parte de los mismos empleados de la empresa. Sin embargo, nunca ha llegado a entrar en concurso de acreedores, y según dicen va saldando las cuentas con esporádicas inyecciones de dinero de DSC.
Por si fuera poco, Domínguez pasó por la cárcel en México en 1999 por fraude fiscal, y también estuvo investigado por fraude procesal y abuso de confianza. En julio de 2018 fue detenido por la justicia española, que le quitó el pasaporte, para que explicara su estrecha relación con el clan de los Pujol. Según Domínguez, en 2018 dejó de ser el dueño de Malpaso para convertirse en el presidente.
Se supone q se vendieron los 3.000 ejemplares de la 1era edición de "Hijos del fútbol". Pero @MalpasoEd y @LinceEdic no pagan, ni el adelanto, ni la liquidación, ni dan noticias.
— Galder Reguera (@GalderReguera) July 26, 2018
Hace semanas envié un requerimiento a través de mi abogado. Sigo sin respuesta. #MalpasoPagaYa pic.twitter.com/M21mG8He0M
Flecha es una acreedora más de todo un grupo de gente a la que se le debe dinero. Otro ejemplo parecer ser Galder Reguera, quien ya ha denunciado en multitud de ocasiones que publicó con ellos Hijos del fútbol, cuyos 3.000 ejemplares, según dice el interesado, se vendieron al completo, pero Malpaso decidió no sacar una nueva edición y sigue a día de hoy sin pagarle.
Y cuya traducción ha quedado impagada. No logro entender vuestra desvergüenza y desfachatez. Por favor, cumplid con el contrato. https://t.co/te9hADqgsk
— Bea Galán (@beagalane) April 10, 2019
We haven't been paid for the rights either I think
— Dr Meena Kandasamy (@meenakandasamy) April 11, 2019
Más: este mismo año Malpaso se vanagloriaba de haber editado un libro sobre la poeta india Meena Kandasamy. La que dijo ser su traductora denunció entonces que Malpaso no le había pagado… Acto que completó la propia poeta india denunciando que ella tampoco había recibido ningún pago por los derechos de edición del libro.
David Saavedra también se ha animado a denunciar las supuestas corruptelas de Malpaso cuando le ofrecieron, según cuenta, escribir en negro la biografía de "un polémico productor español, y ex bajista de un grupo heavy".
El derrumbamiento público de Malpaso
Y de ahí volvemos a la noticia del día, al mismísimo Bernardo Domínguez respondiendo a la traductora en un tuit que todavía no ha borrado y que lleva acumuladas más de 400 respuestas de internautas reprochándole su comportamiento.
Entre otros comentarios del empresario a Flecha y otros internautas encontramos "Tú calumnias a Malpaso. Es cómo si yo le cobro a tu madre tus deudas. Es bastante tramposa tu postura" o "Sinvergüenza y cobarde tú, ven a decírmelo a mi cara, imbécil. Y yo lo debo nada a esta persona. Se lo debe una empresa a la que ella prestó un servicio que no ha podido cobrar".
Por si fuera poco, también apareció una cuenta (ya cerrada) llamada @Lector1231 y ahora renombrada a @anoflecho con apenas horas de creación con sólo una decena de likes a las cuentas de Lince y Domínguez que empezó a defender al grupo editorial y a menospreciar a la traductora, lo que llevó a muchos tuiteros a asumir que se trataba de un perfil falso del propio magnate.
Finalmente, y como se desprende de sus comentarios, la filosofía de la editorial es la de prever la rentabilidad de sus lanzamientos y, en caso de que esta no llegue, hacer que el ahogo financiero lo paguen los demás. Es justo esta forma de ver el negocio editorial, de ética dudosa, lo que ha ayudado a crear un bombardeo de comentarios de otros compañeros de profesión. Casas editoriales como Alpha Decay o Blackie Books han salido a reírse y a denunciar las acciones de Domínguez con sus traductores.
También la Red Vértice, grupo español de asociaciones de traductores, intérpretes y correctores, dice haberles puesto en su lista negra, como también ha hecho la Unión de Correctores. ACE Traductores, asociación que engloba a buena parte de los traductores editoriales en España, ya había roto relación con ellos en 2016.
Hay que tener un rostro muy duro para soltarle algo así a alguien a quien le debes 4000 euros. Nos encargaremos de darle toda la publicidad del mundo en @Red_Vertice para que vuestra chulería no la sufra ni un solo profesional más. https://t.co/RD3lRH8EPa
— Jose Luis - Traductor jurado (@jldiezlerma) June 4, 2019
¿Esto está pasando de verdad?
— Blackie Books (@BlackieBooks) June 4, 2019
No nos lo podemos creer. https://t.co/s4YxymmBrN
Sobre #MalpasoPagaYa: es indecente que personas como @anaflesh no hayan cobrado por SU TRABAJO. Y es todavía más indecente el trato que está recibiendo vía redes sociales por parte del director de la editorial. https://t.co/H1WwNMLkub
— Alpha Decay (@alphadecayed) June 5, 2019
Lo que a todos nos puede pasar es que los libros fallen en el mercado, pero lo de no pagarles a los colaboradores les pasa sólo a los que deciden seguir publicando libros y poniendo casetas en la feria a costa de no pagarles a los trabajadores. Nuestro apoyo para @anaflesh. https://t.co/OJ8Cbg70nD
— Editorial Dioptrías (@dioptrias) June 4, 2019
A los correctores, como a los traductores, nos encanta nuestro trabajo y lo hacemos de mil amores, pero no gratis. Compañeros traductores afectados, tenéis todo nuestro apoyo. #MalpasoPagaYa #LincesRatas. pic.twitter.com/JNnRhVB9Au
— Unión de Correctores (@unico_es) June 5, 2019
Por supuesto, también los trabajadores del libro han aprovechado la oportunidad para visibilizar muchas de las malas prácticas y miserias del sector. Los hasgtags #MalpasoPagaYa y #LincesRatas están preñados de denuncias.
Las traductoras no vivimos del aire y estamos hartas de los morosos desaprensivos.
— Mari Illescas y sus felinos (@mar_illescas) June 5, 2019
Sube tu foto para recordarles a Grupo Malpaso (@MalpasoyCia) y Lince Ediciones (@LinceEdic) que una editorial decente siempre paga sus deudas.#MalpasoPagaYa #LincesRatas pic.twitter.com/mqE0Gps5EL
Como tal vez no os han dado prueba de ello, @MalpasoyCia y @LinceEdic, os demuestro qué ocurre cuando los traductores intentamos vivir del aire.#MalpasoPagaYa
— InsideLoc (@insideloc) June 5, 2019
@BDweekly @anaflesh pic.twitter.com/YhxFNKsVzb
Ya está bien de reírse de la gente. Pagad lo que debéis. No tenéis vergüenza. #MalpasoPagaYa #LincesRatas pic.twitter.com/72j9Lpt2pW
— Blanca Rodríguez «Bandarrita» 🍉 (@bandarrita) June 5, 2019
Los traductores NO vivimos del aire. Nos gusta comer y salir a tomar cervecillas.
— Olli Carreira (@ollicarreira) June 5, 2019
Grupo Malpaso @malpasoycia, Lince Ediciones @Linceedic, PAGAD YA#malpasopagaya #lincesratas pic.twitter.com/PqxbVOJ4XJ
Domínguez acaba de hacer público un comunicado en representación de Malpaso. Afirman que el problema de la compañía no fue la falta de capital sino una gestión inadecuada, y que se pagará a los acreedores en los próximos meses. Sin disculparse por sus comentarios, le desean a las editoriales que han apoyado a la traductora que "nunca tengan que pasar por nuestra situación actual". A los demás nos piden que "no se nos intente perjudicar con declaraciones contraproducentes".