Estados Unidos se enfrenta a una decisión histórica. El Tribunal Supremo está decidido a anular el derecho al aborto que ese mismo tribunal consagró en 1973 en la histórica sentencia del caso Roe contra Wade. En la práctica, esa derogación supondría la libertad de los Estados para decidir sobre los derechos reproductivos de 166 millones de mujeres. Y algunos no han estado perdiendo el tiempo: cuando el fallo definitivo llegue, las leyes promulgadas por todo el país por gobernadores de signo republicano en los últimos meses entrarán en vigor inmediatamente.
Roe v Wade, el contexto. Durante 49 años, el aborto ha sido legal en EEUU por el proceso legal lanzado por la texana Rhonda McCorney (bajo el seudónimo 'Jane Roe', con el que se preservó su anonimato) contra el fiscal de su distrito, Henry Wade, en 1969 para reclamar su derecho a abortar en ese Estado. Tras cuatro años de batalla legal, el caso llegó al Supremo, que declaró que el aborto se ajusta a la Constitución y, además, estableció plazos amplios para llevarlo a cabo.
Pero la decisión de los jueces nunca aplacó a la opinión pública. De hecho, el Congreso de EEUU ha dejado pasar estas cinco décadas sin promover ni una sola ley que consolide la sentencia. ¿Los motivos? Los congresistas saben que el aborto es un pantano de arenas movedizas políticas en el que la muerte política está garantizada.
El borrador. Hace unas horas, el medio de comunicación Politico informaba de una exclusiva que ha generado un impacto instantáneo en Washington, tanto por su contenido (el aborto es el tema más perseguido), como porque no consta que nunca un borrador de estas características se haya filtrado mientras un caso estaba en estudio. No solo afirmaban que "el Tribunal Supremo votó para anular la histórica decisión de Roe v. Wade", sino que también ha publicado un borrador de 98 páginas firmado por el juez Samuel Alito en el que se justifica la puesta en marcha del proceso.
Si el proyecto se convierte en ley, el aborto se volvería inaccesible de inmediato en al menos 22 estados y sería uno de los pocos casos globales de una nación que cambia de rumbo del día a la mañana. Hay que tener en cuenta que el movimiento legal conservador, y el Partido Republicano en general, han soñado con invalidar el aborto durante décadas. Y ahora tienen una gran mayoría en el Tribunal Supremo.
La situación actual. Al menos 18 estados tienen prohibiciones totales o casi totales del aborto. Algunas de estas leyes se promulgaron antes del caso Roe v Wade, mientras que otras son más recientes. Muchas contienen excepciones limitadas para proteger a las personas que necesitan un aborto para salvar su vida o para evitar una discapacidad permanente, pero no todas contienen excepciones para condiciones médicas que no ponen en peligro la vida. Otras también tienen previsto prohibir el aborto incluso cuando el embarazo sea el resultado de una violación.
¿Por qué ahora? La tesis principal es que "el derecho al aborto no está profundamente arraigado en la historia y las tradiciones de la nación", y que la resolución de 1973 "arrancó" el debate del ámbito político de manera ilegítima. De hecho, el proyecto de sentencia del Supremo tiene como origen una ley del estado de Misisipi que prohibía el aborto a partir de las 15 semanas de gestación. Un tribunal anuló esta norma por ser contraria a la doctrina Roe. Era la enésima vez que esto ocurría, pues se cuentan por decenas los estados gobernados por republicanos que en su momento trataron de sacar adelante leyes similares y se toparon con el muro de la misma doctrina y su ratificación por las cortes de apelación.
Pero claro, ahora la corte cuenta con una supermayoría conservadora inédita en décadas de seis contra tres y que son clave para avanzar varios asuntos de la agenda conservadora hasta entonces limitados por el equilibrio de poderes en el Tribunal. En el Supremo son 9 nunca o casi nunca se había dado el caso de seis de un lado contra tres de otro. También hay que recordar que los jueces que llegan al Supremo tienen un claro significado político en la dirección de las legislaciones que se aprueban.
La tendencia. La mayoría del público estadounidense ha apoyado sistemáticamente que el aborto sea legal en todos o al menos algunos casos desde mediados de la década de 1970, mientras que solo uno de cada cinco estadounidenses dice que el procedimiento debería ser ilegal en todas las circunstancias. Otras encuestas muestran tendencias similares. Una de la Universidad de Marquette a principios de este año concluyó que el 72% de los estadounidenses se oponen a anular el fallo de Roe v. Wade.
Las dudas entorno al texto. Nadie ha confirmado que el borrador filtrado sea auténtico, pero tiene muchas características que sí lo son. Resume de manera integral los argumentos conservadores contra Roe, con citas de siglos de tratados legales, artículos académicos y estatutos y jurisprudencia antiguos. Está escrito en un tono sarcástico que es reconociblemente de Alito, e incluye varios apéndices que resumen las antiguas leyes estatales sobre el aborto, algunas de las cuales tienen casi 200 años.
Todavía es posible que uno de los cinco jueces más conservadores se resista y tal vez se una al presidente del Tribunal Supremo para adoptar un enfoque menos maximalista. Aunque la mayoría conservadora y sus intentos previos para derrocar la actual norma hablan por sí solos.
La filtración. Lo que ha ocurrido no ha pasado nunca en el país. Puede que no haya un precedente moderno para una fuga de información de esta magnitud en la política estadounidense. La Corte normalmente opera bajo un estricto código de silencio hasta el momento en que se emite una decisión. Los secretarios judiciales del Tribunal Supremo incluso tienen un comedor especial en la cafetería de la Corte, donde pueden discutir casos durante el almuerzo sin correr el riesgo de que alguien les escuche.
Aunque ocasionalmente se filtran algunos detalles sobre las deliberaciones internas de los jueces, incluido el resultado de la decisión original de Roe v. Wade, no hay conocimiento de ningún precedente para la publicación de un borrador completo antes de que la decisión sea definitiva.
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