El fútbol femenino vuelve a vibrar en España, un país donde hasta hace pocos años ni se planteaba una liga profesional y que ahora no deja de cosechar grandes éxitos en este deporte. La selección española femenina entrenada por Jorge Vilda y con superestrellas como Olga Carmona o Salma Paralluelo está en la final del Mundial. Un hito inimaginable.
Ayer, el equipo volvió a hacer historia imponiéndose por 2-1 a Suecia en semifinales. La maña adelantó a España a diez minutos del final, las rivales empataron y, cuando todo el mundo pensaba que nos íbamos a la prórroga, un golazo de Olga Carmona, capitana en estas semifinales, en el minuto 90 hacía historia del fútbol. El domingo España podría hacerse con su primer mundial femenino.
Es la recompensa por unos últimos años de trabajo muy duro. Y es que España, que apostó por su fútbol femenino, ahora está recogiendo los frutos que sembró. Es campeona del mundo sub-17, campeona del mundo sub-20 y ahora finalista del Mundial absoluto. Es decir, potencialmente se puede convertir en campeona total de todos los Mundiales disputados en esta modalidad.
Sus triunfos no son lo único destacable de una competición que está batiendo todos los récords. El empuje del fútbol femenino tanto en resultados, audiencias y profesionalización ha sido notable en casi todos los países. En el nuestro, aún cuando la diferencia de horario es un obstáculo enorme, las futbolistas están consiguiendo movilizar a miles de espectadores, con cuotas impresionantes, como el 37,1% que consiguieron en los octavos de final contra Suiza, donde ganamos 5-1.
Un mérito del fútbol femenino español que la Federación Española de Fútbol (RFEF) se está atribuyendo aunque no le corresponda tanto. Recordemos lo sucedido hace 10 meses con las "amotinadas", una crisis deportiva en el corazón de la Federación en la que 15 jugadoras comunicaron al organismo que deseaban no ser convocadas hasta que se realizaran cambios en la configuración actual. Algo que la RFEF consideró un intento de "golpe de Estado".
También hace unos días ABC denunciaba que había sido vetado por la RFEF por algo tan lógico como querer dar protagonismo a las futbolistas con entrevistas personales. "Después de lo de estos días y la noticia de ayer, me ha llegado la orden de que no hagáis más entrevistas individuales. Ya lo siento".
Más allá de los roces entre la Federación y las jugadoras (y las que faltan hoy por el suceso mencionado), el conjunto ha priorizado lo importante que era para el fútbol femenino español confirmar su potencial realizando esta hazaña.
Y lo cierto es que no se diferencia mucho de la Roja masculina de 2010, en el que gran parte del equipo estaba formado por azulgranas. Ante las suecas habían en el campo siete de ellas, más la llave que abre todas las puertas: Salma Paralluelo. Eso sí, el triunfo en las semifinales se la llevó la madridista Olga Carmona con su gol en el último minuto.
Como explicábamos antes, si España ganara el Mundial, sumaría el título a un increíble palmarés reciente. El año pasado, la selección femenina sub-20 se proclamó por primera vez campeona del mundo en Costa Rica, superando en la final a Japón por 3-1 y terminando el torneo siendo invictas y el equipo con más goles (14), encajando solo dos tantos.
También hizo una hazaña en el sub-17, venciendo a Colombia por un gol en propia puerta en una final de infarto que permitió a la selección española revalidar el título conseguido hacía cuatro años en Uruguay. Otro que confirma al fútbol femenino español como una de las grandes canteras del mundo.
La clave está siendo Salma
Y no parece para nada descabellado comentar el hecho de que Salma Paraluello los ha jugado todos. Sí, la futbolista ha jugado todos los mundiales. De hecho, en el que ahora se celebra en Australia, está siendo una pieza clave.
Esta deportista formidable ha conseguido una Champions League y la final de un Mundial en su primer año. Con solo 19 años, la delantera azulgrana ha sido la jugadora más determinante para que España dispute la primera final de un Mundial femenino de fútbol y ha recibido el premio a mejor jugadora (MVP) ante Suecia.
La futbolista, que debutó con 15 años en Segunda División con el Zaragoza, se convirtió en la atleta más joven de la historia en participar en un Campeonato de Europa absoluto. Hasta los 18 años, no pudo decantarse por una de sus dos pasiones: fútbol y atletismo. Pero tras su paso por el Villarreal (que le granjeó el histórico ascenso a Primera División en 2021), y tras una grave lesión, dijo adiós a su sueño olímpico para fichar por el el FC Barcelona en 2022.
El resultado de su carrera es lo que estamos viendo ahora en el Mundial: un juego vertical y un talento innato para romper las defensas del rival que impresionan.
El fútbol femenino, en auge
Tal y como hemos comentado en otros artículos de Xataka y como revelaba la FIFA de Gianni Infantino, esta edición está teniendo un seguimiento mucho más grande que la anterior. Si el Mundial de Francia en 2019 ya marcó un antes y un después en esta modalidad, este lo ha catapultado. De hecho, se amplió la convocatoria en ocho equipos: 32 frente a los 24 que compitieron en Francia.
Aunque aún hay mucho camino por recorrer. En España, el fútbol femenino se profesionalizó hace apenas un año (esta ha sido la primera profesional), tras varias décadas siendo un deporte federativo. Además, la brecha de salarios es visible: el sueldo de un futbolista masculino de Segunda B que una jugadora de Primera es 19.000 euros mayor.
En las competiciones internacionales también es clara la desigualdad, aunque se está impulsando recientemente la categoría: el Mundial de Francia duplicó la inversión con respecto al anterior en Canadá y en este Mundial de Australia casi ha cuadruplicado al francés. Hace cuatro años, la FIFA asignó casi 45 millones de euros entre preparación, bolsa de premios, gastos y compensación a los clubes. En Australia y Nueva Zelanda, la cifra se ha disparado a 152 millones de euros.
Imágenes: GTRES
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