Investigadores utilizaron el encierro de Pamplona para estudiar cómo las personas huyen en una situación de peligro real

El encierro de San Fermín en Pamplona, 2019
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Si pudiésemos entender cómo actúan las multitudes en momentos de peligro en las que deben escapar, podríamos elaborar planes de evacuación más efectivos. Pero analizar experimentalmente este tipo de situaciones en escenarios reales es algo muy complejo. No obstante, un grupo de investigadores ha llegado a la conclusión que el encierro de Pamplona es un gran laboratorio del comportamiento humano.

El encierro de Pamplona como laboratorio científico

Basándose en los encierros, un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS, por sus siglas en inglés) señala que los corredores aumentan su velocidad a medida que la densidad de personas se eleva en medio de la carrera. Según los investigadores, los sistemas estudiados hasta ahora indican lo contrario, es decir, a mayor densidad de personas, menor velocidad.

Para llegar a estos resultados, Daniel Parisi, del Instituto de Tecnología de Buenos Aires y sus compañeros registraron los encierros del 8 y el 9 de julio de 2019. Las tomas en vídeo se centraron en captar a los corredores y a los toros desde dos ángulos diferentes de la calle. Luego, extrajeron las trayectorias de los animales y de las personas individualmente, y analizaron la relación entre densidad y velocidad.

Los investigadores observaron que los corredores, alertados por el peligro inminente, empezaron a moverse rápidamente segundos antes de que llegaran los primeros toros. Su ritmo fue en aumento a medida que la densidad aumentaba, pero cuando la multitud alcanzó una o dos personas por metro cuadrado, algunas personas empezaron a chocar y caerse. Por consecuencia, la velocidad disminuyó drásticamente.

Estudio sobre dinámica de peatones en situaciones extremas

El análisis de las imágenes determinó que en general las caídas coincidían con el paso de los toros en las calles más estrechas. Una vez que los corredores y los toros pasaron, quienes iban detrás de ellos llevaban una velocidad mucho menor. Al cabo de aproximadamente 50 segundos, la mayoría de los peatones ya estaba caminando tranquilamente a lo largo de la calle.

“Estamos muy orgullosos por el alcance del estudio. Este sistema tan particular (San Fermín), permite la recopilación de datos reales sobre la dinámica peatonal en condiciones extremas que podrían ser claves para lograr una mejor gestión de la infraestructura”, destaca Daniel Parisi en la página web del ITBA.

Imágenes | Flickr |ITBA

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