Hace muy poco saltaban las alarmas por Xylella fastidiosa: el Ministerio de Agricultura confirmaba la infección en Villarejo de Salvanés. Al menos un olivo ha sido identificado con la presencia de esta bacteria. ¡Hecatombe! ¡Destrucción! El miedo a la propagación de este organismo es justificado, según apuntan los expertos. ¿Pero lo es también la gran alarma con la que recibimos la noticia? Hablemos de Xylella, sus implicaciones y sus consecuencias.
¿Qué es Xylella fastidiosa?
A estas alturas, la bacteria conocida como Xylella fastidiosa ha aparecido en todos los medios. Mal llamada en ocasiones el "ébola de los olivos", este microorganismo es, ciertamente, peligroso y preocupante para nuestros cultivos. Desde Xataka nos hemos puesto en contacto con Juan Antonio Navas-Cortés, del Instituto de Agricultura Sostenible, IAS-CSIC, para tratar de comprender mejor la verdadera importancia que tiene Xylella en el mundo agrónomo.
"Xylella fastidiosa es una bacteria cuyo nombre explica su relación con el xilema de las plantas [que conduce la savia] y lo difícil que es trabajar con ella en el laboratorio, de ahí lo de fastidiosa", comenta al otro lado del teléfono. Según nos explica el experto, Xylella crece en los vasos que irrigan al vegetal, "las venas" de las plantas, por explicarlo de otro modo. En ellos se reproduce y obstruye estos canales.
La bacteria bloquea los canales del xilema de la planta, obstruyendo sus "venas"
"Mientras que en Italia, por ejemplo, provoca unos síntomas muy graves y rápidos, en otras plantas estos son más tenues. Al fin y al cabo, son muy parecidos a los que sufre la planta ante un estrés hídrico". Esto se traduce en partes del árbol que no pueden recibir el agua y sus nutrientes, secándose o mostrando los efectos de la desnutrición: marchitamiento, chamuscado, desecación y, en el peor de los casos, muerte de toda la planta.
La diferencia, como explicaba el investigador, se debe a muchos factores. En primer lugar, existen diversas subespecies. La de Italia corresponde a Xylella fastidiosa pauca, que en connivencia con una planta muy susceptible con la que no había convivido y un clima favorable, ha resultado especialmente devastadora**. "El caso más grave conocido es el del sur de Italia", confirma el experto, "aunque también causa epidemias graves en viñedo [enfermedad de Pierce] en EE.UU. o la clorosis variegada de los cítricos en Brasil, por mencionar algunas" . En otros, como los encontrados en la península ibérica, nos hemos topado con reacciones no tan virulentas debido, precisamente, a esta relación entre las variedades vegetales, el clima y la cepa en cuestión.
¿De dónde sale Xylella fastidiosa?
Muchas veces se repiten hasta el tedio que Xylella fastidiosa ha ido saltando de un país a otro. Pero esto no es cierto, como bien nos explica Juan Antonio. "En octubre de 2013 se constata por primera vez la infección en Europa. En concreto, en el sur de Italia". Pero este no es el origen de los focos detectados en Europa, ni mucho menos.
Sabemos que Xylella fastidiosa está presente en el continente Americano, desde donde se ha extendido
Tal y como nos cuenta, Xylella ha ido apareciendo en diversos puntos de Europa más o menos al mismo tiempo. Esto se demuestra, precisamente, por las diversas cepas o, incluso, por los grupos genéticos a los que pertenecen. Según el investigador, dichos grupos muestran que no provienen todos los organismos de un mismo origen europeo (como podría ser Italia, por ejemplo). Y eso es importante ya que no todas las cepas y grupos son igual de agresivos sobre los mismas plantas o se desarrollan de forma óptima en los mismos ambientes.
Pero también es malo porque nos da a entender que el foco inicial es mucho más complejo de dilucidar. Sabemos que Xylella fastidiosa está presente en el continente Americano. Probablemente llegó hasta aquí en plantas infectadas y, una vez en territorio europeo, su transmisión ha sido algo natural.
Esto se debe a que una vez que hay un vegetal infectado está instalado, los insectos que se alimentan del xilema de la planta pueden "infectarse" con la bacteria, aunque estos no sufren ningún síntoma. Al ir a alimentarse de otra planta, la bacteria puede seguir su expansión, con todas sus consecuencias. "La enfermedad se transmite mediante insectos que solo se alimentan del xilema de las plantas", comenta Navas-Cortés.
Dichos insectos, cosmopolitas, pertenecen a varias familias y géneros. En Europa, por ejemplo, la gran mayoría de los vectores no son considerados plagas, por lo que nunca se había controlado su población. Estos insectos, así, se convierten en propagadores accidentales de una enfermedad potencialmente muy peligrosa para el vegetal.
¿Qué se puede hacer ante Xylella?
Por desgracia es cierto que no existe ningún remedio concreto contra la enfermedad que provoca. Esto se debe, como decíamos, a multitud de factores. "No existe solución, pero sí podemos mantener un control sobre la propagación", afirma el investigador. Como decíamos, el quid está en los vectores, por ejemplo. Aunque no pueden ser fácilmente controlados, el ciclo de vida de estos insectos nos indica que es muy difícil que emigren y transmitan la enfermedad.
Sin embargo, el movimiento de una planta desde lugares donde la bacteria está presente puede ocasionar su introducción en lugares libres de ella. "Los controles y la prevención son esenciales". El experto nos explica que es fundamental controlar y hacer un seguimiento del material vegetal**. Así, antes de la detección en 2013, durante años se detectaron y bloquearon en inspecciones a nivel de frontera partidas de diversas plantas huésped, incluidas ornamentales infectadas, impidiendo que la bacteria fuese introducida en nuestro territorio.
Controlar a estos vegetales debe ser la primera línea de defensa, algo que es bien conocido con las plantas destinadas al consumo alimenticios. Pero Xylella fastidiosa es una bacteria poco exquisita y muchas veces podemos encontrarla en plantas ornamentales y otros lugares inesperados.
No todas las plantas muestran los mismos síntomas ante Xylella
"No todas las plantas con Xylella muestran los síntomas", explica. Como decíamos, es una cuestión de factores diversos y muy complejos, que hacen que una planta no muestre aspecto de esta afectada y sin embargo está infectada por la bacteria. ¿Y qué ocurre cuando sabemos que hay una infección? ¿Existe algún medio para minimizar el daño? "En zonas donde la bacteria está presente es esencial el muestreo y monitorización constantes constantepara evitar en lo posible su propagación. Además, se puede llevar a cabo el control biológico con una Xylella no virulenta, que compite con otras cepas peligrosas, o el uso de fagos antibacterianos, pero estos sistemas están todavía en fase de investigación y aun no podemos emplearlos como tratamiento".
Otro método de control, explica Juan Antonio, es repoblar las zonas afectadas con variedades resistentes a la bacteria. "Se pueden conseguir, mediante cruzamiento plantas a las que no les afecta tanto la presencia de la bacteria. En ese sentido ya se han conseguido varias vides y cítricos en Estados Unidos o Brasil. También pueden obtenerse mediante transgénesis, que es mucho más efectiva, pero esto presenta otro problema y es que en Europa no está permitido su uso comercial".
El uso de antibióticos y otros compuestos antimicrobianos también ha sido empleado, pero presenta problemas legales que conlleva, ya que no se pueden emplear para vegetales en alimentación. Así que, por el momento, nos toca confiar en el control de especies infectadas para la prevención y el muestreo, que se realiza gracias a técnicas moleculares avanzadas, unido a la aparición de variedades vegetales resistentes. ¿Qué consecuencias puede traer Xylella a nuestro mundo?
El impacto de una bacteria
Como decíamos al principio, el problema es tratar el tema de Xylella fastidiosa como una hecatombe de proporciones bíblicas. Eso no quiere decir que no sea grave. Por supuesto, esta bacteria tiene un potencial aterrador para destruir cultivos enteros en poco tiempo. Pero para ello han de darse, como comentábamos, una serie de circunstancias. Todavía hay mucho que desconocemos sobre ella, a pesar de la gran cantidad de conocimiento acumulado al respecto.
"Ahora mismo no podemos predecir el impacto que va a tener la bacteria en Madrid. Esto dependerá de la susceptibilidad que tengan las variedades afectadas y de cómo actúe la subespecie en ellas", comenta el experto al preguntarle por las recientes noticias de Madrid. "No podemos considerar que el afectado vaya a ser solo un olivito en Madrid, pero bajo ningún concepto podemos hablar de catástrofe. Las prospecciones que se están llevado a cabo en la zona permitirán conocer su alcance y establecer medidas que impidan su propagación ".
"Es imprescindible comunicar cuanto antes cualquier cosa inusual. El tiempo juega en nuestra contra"
Para el investigador, es imprescindible que ante cualquier apecto inusual en sus plantaciones, el agricultor informe a las autoridades fitosanitarias correspondientes lo antes posible. "Si nota que el olivo presenta un estado extraño, o que hay algo que no le cuadra, lo importante es ponerse en contacto cuanto antes para hacer los muestreos y tomar medidas en caso necesario. El tiempo es un factor que juega en nuestra contra".
Lo que se consigue así es un mayor control y la posibilidad de prevenir, que, como decíamos, es la mejor arma contra Xylella fastidiosa por el momento. La bacteria, al fin y al cabo, tiene un potencial destructor que depende de una serie de matices: su confinamiento en los vasos del xilema, su plasticidad de desarrollo en climas diversos, la poca especificidad de sus vectores y hospedadores... Pero eso no significa que no se pueda mitigar su daño.
"El caso de Italia, que fue devastador, no es lo normal. Se dio un conjunto de factores concreto. En Mallorca, los mayores daños se han sufrido en plantaciones de almendro tradicionales en secano... pero ya han eliminado muchas de las plantas afectadas." Esto mismo podría ocurrir en otros puntos de España o Europa. O no.
Como ya hemos dicho varias veces, depende de los factores. Otra cuestión importante es que Xylella fastidiosa puede afectar también a especies silvestres en ambientes naturales. Esto significa que podría tener un impacto ecológico grave.
Cada día sabemos más sobre este patógeno y sus efectos. Está claro que su presencia es algo de lo que preocuparse y que hay que tomar medidas inmediatas, p. Pero el alarmismo innecesario y el terror a la palabra Xylella tampoco nos ayudará en una necesaria batalla que no ha hecho más que comenzar.
Imágenes | Wikimedia.
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