Francia lanzará este año su sistema de identificación por reconocimiento facial y obligará a usarlo en trámites administrativos

Francia lanzará este año su sistema de identificación por reconocimiento facial y obligará a usarlo en trámites administrativos
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Francia quiere ser el primer país de la UE en el que la tecnología de reconocimiento facial brinde a sus ciudadanos una identidad digital segura... y el primero en imponer sus uso como condición para consultar servicios de la administración a través de sus móviles.

El gobierno de Emmanuel Macron lleva un tiempo impulsando la puesta en marcha de este programa, bautizado como ALICEM (siglas de Autenticación en Línea Certificada en Móviles), y quiere lograr tenerlo en marcha, aunque sea en pruebas, antes de Navidad. Por ahora, sólo será posible usar la app oficial en dispositivos móviles Android compatibles con pagos contactless.

Y eso pese a la oposición de los grupos pro-privacidad y a las reservas del regulador nacional de la privacidad de datos (el CNIL), que alegan que Alicem viola las normas europeas que regulan el consentimiento en la cesión de datos.

La asociación activista La Quadrature du Net presentó un recurso de anulación ante el Consejo de Estado en julio (aunque eso no frenará la puesta en marcha del proyecto, porque no se debatirá hasta dentro de año y medio). Uno de sus portavoces, Martin Drago, avisa: "Nos dirigimos hacia la implantación masiva del reconocimiento facial".

Un comunicado de esta organización, emitido en mayo, poco después de la presentación del proyecto por parte del ministro del Interior, afirmaba:

"Aquí la libertad de consentimiento no existe porque la app no permite evitar el reconocimiento facial y esto es ilegal. La normativa sobre protección de datos de las informaciones biométricas define esta información como sensible, por lo tanto la recopilación y tratamiento de estos datos está prohibida".

Didier Baichere, legislador del mismo partido que Macron e integrante de la Comisión de Nuevas Tecnologías de la Asamblea Nacional francesa, reconoce que apostar por este sistema constituye "un riesgo importante" si se adopta de forma masiva antes de establecer los controles adecuados.

La app crea una identificación a través de un proceso de inscripción basado en comparar la foto del pasaporte biométrico del usuario con un 'vídeo selfie' tomado por él mismo desde la app; el gobierno asegura que los datos usados para el reconocimiento facial se borrarán al terminar la inscripción. Pero eso no está evitando que muchos se preocupen por potenciales malos usos de dicha información.

Y es que, aunque las autoridades aseveran que la seguridad de Alicem es "máxima", sólo hace unos meses desde que el hacker francés Robert Baptiste tardó poco más de una hora en violar la seguridad de una app de mensajería de alta seguridad desarrollada por el estado francés. Baptiste afirma ahora, con respecto a Alicem, que el gobierno debería premiar a aquellos hackers que fueran capaces de encontrar vulnerabilidades en esta nueva tecnología antes de su lanzamiento.

Los aeropuertos parisinos se suben también al carro del reconocimiento facial

Paralelamente a esta iniciativa, el consorcio que gestiona los aeropuertos de París (el ADP), junto a Air France y otra aerolínea cuyo nombre no ha transcendido, han anunciado que pondrán en marcha otro proyecto piloto para utilizar el reconocimiento facial como sistema de identificación en el aeropuerto de Orly, de tal nidi que permita depositar el equipaje y embarcar con el único requisito de mostrar la cara.

En la primera etapa del proyecto, que se iniciará en 2020, sólo 3 vuelos regulares, fundamentalmente de ámbito europeo, formarán parte de esta experiencia. Tras el primer año, el ADP confía en poder generalizar el sistema para que, a partir de 2024 o 2025, todos los aeropuertos parisinos puedan recurrir al mismo durante todo el recorrido del pasajero.

De nuevo, el CNIL ha tomado cartas en el asunto exigiendo que "el dispositivo no capte la mirada de los transeúntes que circulen en segundo plano", que "no se deberán conservar los datos" y que el pasajero, que deberá dar su acuerdo, "estará obligado a repetir el procedimiento cada vez que pasa por un aeropuerto". No está previsto, en todo caso, que el ADP cruce información con la base de datos del ministerio del Interior con el fin de vincular a los pasajeros a alertas de los servicios de inmigración o aduana.

Vía | The Business Times & France24

Imagen | Rama (vía Wikipedia)

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