Europa se prepara para un invierno sin el gas de Rusia. Puede salir muy mal si no hay solidaridad

Europa se prepara para un invierno sin el gas de Rusia. Puede salir muy mal si no hay solidaridad
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Estamos en pleno verano, pero Europa ya empieza a mover ficha para lo que se plantea como un invierno muy duro para el sector energético. Mientras Gazprom ha anunciado que el gasoducto Nord Stream 1 solo operará al 20% de su capacidad, la Unión Europa ha cerrado esta semana un acuerdo para reducir el consumo de gas. Un pacto entre los 27 ministros de Energía donde no todos han defendido las mismas posiciones. Mientras países como Alemania se ven directamente afectados, desde España se defiende la excepcionalidad que supone la península ibérica.

La nueva excepción ibérica del gas. Europa reducirá el consumo de gas en un 15% a partir de agosto, con la idea de llegar a invierno con más reservas. Sin embargo, España se negó en rotundo. Y finalmente ha conseguido salirse con la suya. Una vez más, la normativa energética pactada por la Comisión Europea se aplicará de forma distinta a España y Portugal.

De forma voluntaria se ha planteado un recorte del 15%, que pasará a ser obligatorio en caso que se declare emergencia energética. Sin embargo, España disminuirá el consumo entre un 7 y un 8%. Este nivel es suficiente para no tener que introducir ninguna medida obligatoria de racionamiento y sí medidas de ahorro y "flexibilización", según lo describe el ministerio para la Transición Ecológica.

Excepciones y más excepciones. Conseguir una política energética común en toda Europa es muy difícil. Cada país tiene un perfil distinto y se ve afectado a diferente escala. El acuerdo energético tiene múltiples excepciones, no solo la de España. Entre ellas encontramos medidas específicas para los países que tienen un sistema conectado con Rusia como Estonia, otro para los países que están en una isla como Irlanda, otro para los que cuentan con infraestructuras críticas que dependen del gas y otro para los que consigan tener reservas por encima del 80%.

Hay otras dos excepciones adicionales, que son las que se acogerá España. La primera es la de tener interconexiones limitadas y la segunda es aquellos países donde el consumo de gas ha aumentado el último año más de un 8%. Aquellos países que cumplan alguna de estas condiciones podrán recortar el consumo de gas en una cantidad inferior. Lo que ocurre es que a la práctica, una gran cantidad de países podrán recortar menos gas del planteado inicialmente.

Dardos a Alemania. Es uno de los países más afectados por la falta de gas ruso. Y Europa así se lo está haciendo saber. Desde España los mensajes y las declaraciones han sido bastante evidentes. "Somos solidarios pero no se nos puede pedir un esfuerzo desproporcionado", comentaba la ministra Teresa Ribera. "España no había vivido por encima de sus posibilidades energéticas".

La famosa solidaridad europea vuelve a vivir un episodio crítico. En los tiempos de la crisis bancaria Alemania tuvo que derivar fondos a los países del sur. Ahora la situación es al contrario. España, Portugal, Irlanda, Grecia o Italia, en menor medida, no dependen tanto del gas ruso como Alemania. Olaf Scholz, canciller alemán, pide "unidad" a Europa y espera que "los estados miembros no bloqueen egoístamente las decisiones europeas". En respuesta, desde España la ministra Ribera subrayó la necesidad de mostrar "solidaridad".

El gas bate récords por encima de los 200€/MWh. Mientras Europa discute, el precio del gas sigue totalmente disparado. Esta semana el índice TTF llegó a alcanzar los 227€/MWh. Un precio de infarto que muestra la gravedad de la situación. Para hacernos una idea, en pleno invierno de 2021 el gas alcanzó su récord de entonces. Eran 180€/MWh.

Uno de los motivos es la reducción de suministro del gasoducto Nord Stream. De los 66 mcm/d de las últimas semanas, desde hoy solo está enviando unos 33 millones de metro cúbicos diarios. La excusa es la falta de una turbina Siemens bloqueada en Canadá debido a las sanciones económicas.

Si no fuera por el tope al gas, el precio de la electricidad en España estaría disparado. Países como Francia tienen estos días un precio de la energía que supera los 500€/MWh. A estos niveles, la viabilidad de algunas empresas que requieren de mucha electricidad empieza a verse seriamente afectada.

La guerra por el gas lleva a Europa hacia la recesión. "Los altos costes de la energía llevarán a Europa hacia la recesión", afirman los analistas de S&P Global Market. Los precios excepcionalmente altos del gas y la electricidad ahora colaboran para la inflación, pero harán perder competitividad a la industria alemana y europea, lo que derivará en una pérdida de confianza de los consumidores. Una situación difícil de sostener, alimentada por Putin y donde cada país de Europa reflexiona sobre su propio modelo energético.

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