La de 2024 está siendo una de las temporadas de huracanes más extrañas que se recuerdan. Empezó muy fuerte tal y como habían avisado las principales organizaciones meteorológicas. Pero, de repente, el Atlántico se quedó en calma. Una calma que ha pasado a los libros de historia. Luego, tan rápido como se calmó, el océano volvió a la carga.
Un fin de semana terrorífico. Porque mientras el huracán Helena se convertía en un huracán potencialmente 'catastrófico', provocaba 52 muertes a su paso y dejaba a millones de personas sin electricidad; la costa pacífica de México sufría el impacto de John (categoría 3), Isaac se convertía en huracán en un lugar muy anómalo y Joyce se organizaba en el pasillo de tormentas del Atlántico.
Hemos estado muy cerca de tener tres huracanes activos en la cuenca el Atlántico y uno más en el Pacífico oriental. Es decir, hemos estado muy cerca de vivir algo raro. Otra cosa más.
Raro, pero no excepcional. Como explicaba Juan Cárdenas, del Global Forecast Center de The Weather Company, "el hecho de que haya tres huracanes activos simultáneamente no es habitual, pero tampoco es insólito, ya que ha venido sucediendo aproximadamente una vez cada quince años".
La última vez que vimos algo así fue en 2017. No obstante, aquella temporada fue mucho peor. Sobre todo, porque antes de la coincidencia, la cuenca había visto cómo Irma (un huracán solo comparable con el de Miami de 1926) dejaba toda la región temblando.
¿Qué podemos esperar? Es una gran incógnita. Nadie sabe (nadie puede saber) qué va a pasar durante lo que queda de la temporada, pero sí cabe preguntarse si este tipo de fenómenos se están haciendo más frecuentes. No en vano, han pasado solo siete años desde 2017.
Y el asunto central es que, como estamos descubriendo este 2024, sabemos mucho sobre cómo ha sido el mundo en los últimos años, pero sabe muy poco de hacia donde vamos.
Agosto de este año es un ejemplo fantástico. Durante meses, las principales organizaciones meteorológicas del mundo nos dijeron que nos preparáramos porque iba a ser una temporada de huracanes histórica. Sin embargo, cuando el Atlántico "se quedó en silencio", nadie sabía muy bien qué estaba pasando. Habría teorías, claro; pero ningún modelo era capaz de explicar qué estaba pasando con precisión.
Y esto es el gran tema de nuestro tiempo: ¿estamos caminando a ciegas? ¿Es lo que ha pasado este fin de semana en el Atlántico un aviso de lo que está por venir o una simple casualidad?
Imagen | Katia, Irma y José en 2017. NOAA
Ver 2 comentarios