La función ECG llega a los Fitbit Sense en España: el smartwatch ya es capaz de hacer electrocardiogramas

La función ECG llega a los Fitbit Sense en España: el smartwatch ya es capaz de hacer electrocardiogramas
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El Fitbit Sense es el primer smarwatch de Fitbit en contar con función ECG. Sin embargo, cuando el dispositivo se lanzó (y como reflejamos en su análisis) esta función todavía no estaba disponible, ya que Fitbit necesitaba el beneplácito de la FDA estadounidense y los organismos europeos. Dicho beneplácito se consiguió recientemente y, finalmente, la app ECG ha llegado al Fitbit Sense.

Tal y como hemos podido comprobar desde Xataka, la aplicación ECG se ha instalado automáticamente en el reloj al sincronizarlo con la app para smartphone. Antes de hacerse un test, el reloj nos insta a leer una serie de recomendaciones y consideraciones previas en las que se destaca, por ejemplo, que el reloj "puede hacerte saber si tu corazón presenta signos de la enfermedad [fibrilación auricular]" y que "esta evaluación no puede detectar un infarto, coágulos sanguíneos, un accidente cerebrovascular ni ninguna otra enfermedad cardíaca".

Así funciona la app ECG del Fitbit Sense

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Una vez hemos leído la información sobre la función en la app, podemos abrir ECG en el Fitbit Sense y comenzar con la prueba. La app ECG analiza los "signos de un ritmo cardíaco irregular", llamado fibrilación auricular (FA). Antes de proceder hemos de confirmar que somos mayores de 22 años, que no llevamos marcapasos, que la evaluación no puede detectar las enfermedades cardíacas mencionadas y que "esta evaluación no es un diagnóstico".

Según explica Fitbit, el dispositivo cuenta con unos sensores eléctricos situados en la parte posterior del reloj y en el marco metálico que lo rodea. Ambos sensores "registran las señales eléctricas que emite tu latido". El resultado puede ser ritmo sinusal normal, fibrilación auricular (en cuyo caso habría que acudir al médico) o no concluyente. Este último caso puede darse si el ritmo cardíaco supera las 120 ppm o no pasa las 50 ppm, si nos movemos mucho o si no dejamos la mano sobre una mesa.

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Para hacerse un test, solamente hay que abrir la app, elegir la muñeca en la que llevamos el reloj, dejar la mano sobre una mesa y tocar la esquina superior derecha y la esquina inferior izquierda con los dedos índice y pulgar, respectivamente. Cuando el sensor detecta los dedos comienza el test, que dura 30 segundos. Una vez acabado devuelve los resultados y genera un informe en PDF accesible desde la app.

Informe
Informe generado por la app ECG del Fitbit Sense.

Es importante tener presente que en ningún caso estamos ante un diagnóstico. La FA ocurre cuando el movimiento de las aurículas se descoordina y produce un ritmo cardíaco irregular y la práctica habitual para hacer un ECG requiere que se coloquen 10 electrodos para obtener 12 gráficas distintas desde diferentes zonas del cuerpo (o usar un Hotler). Lo que Fitbit (y el Apple Watch) nos ofrece es un test rápido, pero no un diagnóstico.

Como ya explicamos cuando la función ECG llegó a los Apple Watch, usar esta funcionalidad si no formamos parte de algún grupo de riesgo puede dar más problemas que beneficios, como falsos positivos, pruebas médicas y tratamientos innecesarios. También está el caso contrario, que el reloj diga que no nos pasa nada y se equivoque. En última instancia, esta función ha de usarse con la ayuda y asesoría de nuestro médico, que siempre será el que tenga la última palabra.

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