La alta fidelidad se ha granjeado la fama de ser una afición cara, y, en cierto modo, elitista. Y sí, desafortunadamente es una imagen que se ha ganado a pulso. Buena parte de los fabricantes que compiten en este mercado lo hacen poniendo a punto productos de gama muy alta que son absolutamente inalcanzables para la mayor parte de los aficionados, que son los que realmente sostienen esta afición.
Por fortuna, hoy en día en este sector también podemos encontrar componentes de mucha calidad a precios muy razonables. Y es que marcas como NAD, Rotel, Cambridge Audio, Opera, Jelco o Hana, entre muchas otras, nos demuestran que con un esfuerzo económico razonable un aficionado a la música con un poder adquisitivo medio puede configurar un equipo de auténtica alta fidelidad.