Un estudio de Microsoft confirma lo que sospechábamos: dos horas de reunión virtual sin descanso nos provocan estrés

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De video llamada en video llamada y tiro porque me toca. Acabar una y empezar otra. Desde que la pandemia irrumpiera en nuestras vidas, muchos profesionales se encuentran, casi a diario, con una concatenación de reuniones virtuales que se acaban prolongando durante horas. Incluso los hay que se tienen que bloquear determinadas horas para poder comer.

¿La consecuencia? Más estrés. Algo que ha confirmado un estudio de Microsoft. Un análisis que demuestra lo que pasa cuando se somete el cerebro de alguien a dos horas de reuniones sin interrupciones.

Los descansos son importantes

El estudio, realizado por el Laboratorio de Factores Humanos de la compañía, demuestra que los descansos, incluso de las reuniones virtuales, son necesarios.

Para hacer esta investigación, se contó con 14 voluntarios, quienes participaron en reuniones por videoconferencia y empleaban unos gorros especiales (equipo de electroencefalograma, EEG) encargados de medir la actividad eléctrica de sus cerebros. Además, esas personas fueron sometidas a dos sesiones de agotadoras reuniones.

Las sesiones tuvieron lugar dos lunes consecutivos. En un día asistieron a tramos de cuatro reuniones de media hora consecutivas, y cada llamada se dedicó a diferentes tareas. Otro día, las cuatro reuniones de media hora se intercalaron con descansos de 10 minutos.

¿El resultado? Las personas sin descansos sufrieron niveles de estrés más altos. Según la compañía, estos resultados “confirman” lo que muchas personas sienten: “las reuniones virtuales consecutivas son estresantes”. Pero, según Microsoft, la investigación también apunta a un remedio simple: descansos breves.

Cerebro

Cómo se descansa

Para garantizar el estudio y que los resultados fueran comparables, todos los participantes que pudieron descansar lo hicieron meditando.

Según Microsoft, el estudio muestra que esa actividad permitió un "reinicio" de sus cerebros, por lo que comenzaron su siguiente reunión en un estado más relajado. También conllevó que el nivel medio de ondas beta se mantuvo estable durante cuatro reuniones, sin acumulación de estrés, incluso mientras continuaban cuatro videollamadas.

El estudio también demuestra que el no poder descansar entre reunión y reunión aumenta los niveles de estrés. Eso podría deberse a que "estás llegando al final de la reunión, sabiendo que tienes otra próxima y vas a tener que cambiar de marcha y usar tu cerebro para pensar mucho en otra cosa", explica Bohan.

Microsoft también aprovecha para hacer una serie de recomendaciones sobre cómo deben ser esas pausas y descansos entre reunión y reunión.

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