"Zasca", "LOL", "WTF", "Emoji", "Selfie", "Wearable" y mucho más. El nuevo paradigma digital nos ha dejado infinidad de palabras y expresiones que han traspasado la barrera de nuestras pantallas para llegar al lenguaje del día a día. ¿Quién no ha dicho a alguien que le han dado un zasca en toda la boca? ¿Cuántas veces se ha dicho wearable en un informativo? Muchas palabras que suponen un problema para los millones de usuarios de las decenas de lenguas de signos diferentes que hay en el mundo.
Un mundo desconocido por muchos de los hablantes que no tienen ningún tipo de sordera o familiares/amigos, pero que puede suponer un auténtico quebradero de cabeza para las asociaciones encargadas de velar por estas lenguas. Profundizamos más en el reto de las nuevas expresiones y palabras en el lenguaje de signos.
La lengua de signos: qué, cómo y por qué
El primer contacto de muchos con la lengua de signos ha sido a través de infinidad de series y películas, así como algunos programas retransmitidos en televisiones públicas. Pero miles y miles de personas poseen esta lengua, en sus diferentes vertientes, como única forma de comunicación debido a sus problemas físicos (sordos, sordomudos, etc) y de las personas que se encuentran en el entorno de estos.
Diseñada como un tipo de comunicación manual, este lenguaje corporal busca transmitir el significado de las palabras a través de las manos de igual forma que utilizamos las cuerdas vocales para pronunciar sonidos que son identificables como letras. Pero la complejidad de la lengua de signos es impresionante. La combinación de la forma de las manos, su orientación, movimiento y expresiones faciales hacen las veces de sílabas a la hora de formar palabras o significados "traducibles" directamente como términos.
Esta similitud con las lenguas orales que dependen de los sonidos, es la principal razón por la cual los expertos no tienen problemas de aventurarse a considerar ambas lenguas naturales. Más incluso teniendo en cuenta que las personas que nacen sordo o sordomudos, se les enseña desde pequeños a utilizar la lengua de signos para comunicarse con su entorno.
¿Existe una lengua de signos internacional?
De forma simple: no. Contra todo lo que pudiera pensarse, no existe una lengua de signos a nivel internacional, lo que supone un gran problema para el problema que se plantea, de introducción de nuevas palabras del entorno digital. De igual manera que las personas tienen que aprender diferentes idiomas para moverse por el mundo (aunque el inglés es de uso mayoritario), las personas sordas y/o mudas tienen que aprender diferentes lenguas de signos por cada región que se muevan.
Aunque en este caso, la principal lengua de signos de Estados Unidos (ASL), es una de las más utilizadas con más de 1 millón de usuarios en Estados Unidos, México, Canadá y Reino Unido (además de muchos otros pequeños países caribeños). Pero en España, Francia, Alemania, China, Japón y muchas regiones del mundo, se poseen una o varias lenguas de signos diferentes.
En la edición de 2013 de Ethnologue, una de las principales publicaciones lingüísticas del mundo, se contabilizaron hasta 137 lenguas de signos diferentes. África es un caso paradigmático, donde conviven hasta 25 lenguas diferentes de signos, algunas con localizaciones tan locales que no han sido oficialmente reconocidas.
El error común: no es una traducción
Otro de los errores comunes que se cometen con las lenguas de signos, además de creer que se trata de una forma única de comunicación, es el de intuir que existe una relación directa entre este tipo de lenguas y las lenguas habladas de las regiones donde vivimos. Un hablante del español así como un sordomudo que utilice LSE (lengua de signos española), pueden diferir mucho tanto en el modo de expresar palabras así como la sintaxis de las oraciones.
De ahí la complejidad de introducir nuevas palabras en el léxico, puesto que en la práctica totalidad de los casos esto requiere de una nueva codificación de gestos capaces de ser entendidos y estandarizados por todos los usuarios de la misma (de igual manera que pasa con las lenguas habladas).
La lengua de signos frente a Internet
Aunque en España no ha habido, en primera instancia, intentos por trasladar al LSE de algunas de las principales palabras, términos y expresiones más utilizadas como Zasca, Emoji o Selfie; lo cierto es que en otros países como Estados Unidos si que ha habido primeros ensayos por introducir estas palabras al ASL. Hopes&Fears fue una de las primeras webs en proponerse esta reflexión, a través de la visión de diferentes expertos en lingüística. La premisa era sencilla: si el diccionario de Oxford (referente para la lengua inglesa) acepta términos como Photobomb, Selfie, Duck Face o incluso Food Coma, ¿por qué no introducirlos en la lengua de signos de Estados Unidos?
El proceso propuesto (que no posee caracter oficial) tenía una serie de pasos básicos:
- En primer lugar, analizar los diccionarios visuales de las principales lenguas de signos de todo el mundo, para poder descubrir si existe algo parecido como base para el nuevo término o evitar conflictos que puedan suponer un problema de entendimiento.
- A continuación, una investigación cualitativa de una serie de personas mudas y/o sordomudas usuarias de la ASL con el fin de averiguar si ellos han creado sus propios signos para comunicar estas palabras en el día a día y conocer sus insights al respecto.
- Por último, generar un posible signo o conjunto de signos para expresar los términos y publicarlos en la red para el escrutinio de miles de personas.
Este último paso era el más importante puesto que, como define la RAE, la lengua la hace el uso y no la normativa. Si los propios usuarios de la ASL no estaban de acuerdo con la codificación sugerida, la cambiarían para adaptarla a su uso o incluso directamente no sería usada.
De este curioso ejercicio surgieron infinidad de signos, todos ellos que nos recuerdan a los no-usuarios de lenguas de signos al significado real de los términos expresados. Pero la polémica rápidamente saltó: muchos referentes y hablantes de la ASL clamaron por la poca naturalidad de la creación artificial de signos que no eran utilizados.
La creación de signos definitivos es muy difícil, requiere mucho tiempo y un consenso entre todos los usuarios; explicó Douglas Ridloff, actor especializado en ASL y educador en esta lengua de signos. En términos lingüísticos, la historia nos ha demostrado que el proceso de formación de nuevas palabras (en este caso, a través de los gestos) debe realizarse en forma de cono: un gran número de usuarios usan varios términos similares para explicar un concepto, a continuación (a modo de selección natural) se tiende a usar uno de forma mayoritaria frente al resto y en última instancia, es un organismo oficial quien tiende a reglarlo y formalizarlo para su inclusión en el diccionario de referencia de una lengua.
La propuesta de Hopes&Fears, aunque bien intencionada, seguía un proceso inverso donde tan sólo una pequeña investigación cualitativa inicial tenía en cuenta los usos actuales de la comunidad de usuarios. De ahí los problemas siguientes que pudiesen afectar a la aceptación del término por los usuarios de ASL.
¿Y en España?
La situación en España es prácticamente similar a la que podemos encontrar en Estados Unidos. Si bien es cierto que en este segundo si que ha habido intentos por consensuar y sugerir una serie de signos, en España la organización encargada de velar la LSE realiza su labor de forma diferente. Eva Aroca, coordinadora técnica de la Centro de Normalización Lingüística de la LSE (CNLSE) arrojó más luz al reto de los nuevos términos digitales en el lenguaje de signos.
"La introducción de nuevos términos en la LSE es muy sencillo si partimos del hecho de poner a la misma altura esta lengua con respecto al español hablado", recalcó Eva. Lo cierto es que, dejando a un lado las características propias de la lengua de signos, la aceptación de nuevos términos sigue un esquema muy similar: la propia comunidad es quien sugiere nuevos signos a través de su uso mayoritario. "Un ejemplo muy interesante fue la evolución del signo para designar "Euro". Comenzaron a utilizarse variedad de signos y al final se acabó estandarizando uno de forma natural.
"Hay que ir al terreno, al campo e investigar sobre qué signos se están usando mas o menos por los usuarios. Ese es el signo que tenemos que recoger y estandarizar en un glosario/diccionario de término", explica Eva. De igual manera, desde el CNLSE tienen muy claro que la imposición de términos artificiales para la expresión de términos como Telegram, WhatsApp o Facebook lleva a un rechazo natural por parte de los usuarios. "A nadie le gusta que le digan cómo tiene que decir algo, surge un rechazo inmediato".
De igual manera, un signo tiene más visos de ser introducido finalmente en el diccionario o glosario si es utilizado por una persona famosa o influyente dentro de la comunidad de usuarios del a LSE. "También hay que tener en cuenta la economía del lenguaje: el signo debe ser sencillo de hacer y fácil de entender.", explica Eva poniendo como ejemplo el signo de Facebook, que es una combinación entre los signos de "libro" pero realizándolo sobre la cara. "Cualquier persona, sea o no usuaria de la LSE, podría entenderlo"
Hacia una selección natural de signos
Internet supone tanto una barrera como una oportunidad para los usuarios de lenguas de signos. De igual manera que muchos de los contenidos de la red no son accesibles para las personas con discapacidades auditivas, también ha permitido la generación de una comunidad de usuarios nativos digitales que están comenzando a formar sus propios signos a través de la red. "Estos usuarios se envían por WhatsApp en video sus propios mensajes como si de texto se tratase, es el germen de los nuevos signos", explica Benjamín Conde, coordinador técnico de Euskal Gorrak (Federación Vasca de Personas Sordas).
Desde esta federación han sido testigos de cómo el uso de las nuevas tecnologías ha desembocado en una mayor necesidad para captar las nuevas tendencias que surgen a a través de herramientas como los blogs o las redes sociales. "Se están creando signos a una velocidad impresionante", declara Benjamín. "He visto signar aplicaciones como Telegrama de maneras muy diferentes, pero al final el más básico es el que prevalece. Existe una verdadera selección natural de signos favorecida por Internet". Ellos incluso, apuestan de lleno por el uso de las redes sociales para la normalización de la lengua de signos, con su propia televisión online adaptada.
Ante el reto de decir, "hay que me LOL" en la lengua de signos, ya que por el momento no se encuentra disponible en los principales diccionarios y/o glosarios de términos es necesario acceder a los propios usuarios para ver cuál es su uso. Encontramos desde aquellos que lo expresan como una concatenación de letras L-O-L hasta otros que realizan versiones más irónicas con una carcajada simulada. El lenguaje está vivo y son los usuarios quienes lo hacen evolucionar.
Imagenes | Sarasmo, Elvert Barnes, Reddit
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