Scarlett Johansson reconoce que luchar contra los 'deep fakes' pornográficos "es básicamente una causa perdida"

Scarlett Johansson reconoce que luchar contra los 'deep fakes' pornográficos "es básicamente una causa perdida"
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“El hecho es que tratar de protegerse de Internet y su depravación es básicamente una causa perdida”. No son palabras nuestras, sino de Scarlett Johansson. La actriz reflexionaba en el Washington Post sobre sus intentos por frenar los "deep fakes" porno: el uso de la Inteligencia Artificial para fabricar vídeos pornográficos de celebridades.

Si hace poco más de un año os hablábamos de estos vídeos, doce meses después se han convertido en todo un fenómeno de la Internet profunda. Johansson, sin ir más lejos, ha sido superpuesta en docenas de escenas con sexo explícito en este tiempo. Según el Washington Post, solo uno de ellos (presentado falsamente como material de archivo ‘filtrado’) ya lleva un millón y medio de reproducciones.

“Un abismo online virtualmente sin ley”

johansson

Scarlett Johansson no es precisamente una recién llegada al mundo del uso ilegítimo de su imagen en productos pornográficos, eróticos o asimilables. Hay robots con su cara por 50.000 dólares y basta con darse un paseo por las webs pornográficas más populares para encontrar cientos de vídeos que usan montajes de sus películas para 'simular' escenas porno.

Sin embargo, los 'deep fakes' son un salto cualitativo. Por su verosimilitud, sí; pero, sobre todo, porque han generado toda una industria de falsificación de vídeos que va mucho más allá de famosas o políticas y alcanza de lleno a "personas privadas" abriendo la puerta a una nueva era donde estos vídeos pueden usarse para destruir reputaciones o como venganza.

La cosa se volvió tan seria que Pornhub prohibió los “deep fakes pornográficos” en febrero de 2018, aunque no tuvieron demasiado éxito. Google también sacó esos vídeos e imágenes de sus resultados de búsqueda. Pero los 'deep fakes' siguen ahí.

No tenemos muy claro cómo enfrentarnos a los deepfakes

Sobre todo, porque como explica Scarlett Johansson en la entrevista, “nada puede impedir que alguien corte y pegue mi imagen o la de otra persona en otro cuerpo y haga que se vea tan realista como desee”.

Por eso, concluye Johansson, “creo que es algo inútil, legalmente, sobre todo porque Internet es un enorme agujero de gusano de oscuridad que se devora a sí mismo”. Suena dramático, pero también reconoce que “hay muchas cosas más perturbadoras en la Dark Web que esto, lamentablemente”, continúa. Y, puede parecer que "esto no me afecta tanto porque la gente asume que en realidad no soy yo en una película porno, por muy degradante que sea”.

Sin embargo, hay algo en lo que Johansson tiene razón: Que sea "una causa perdida" no significa que no debamos seguir trabajando en solucionarla.. No solo es un ejemplo del mundo que viene, si no de la verdadera naturaleza de la red. Lo peor de los deepfakes (la difamación, el robo de identidad o el fraude) crecen en el mismo terreno donde florece (y echa raíces) la libertad de expresión.

Imagen | Gage Skidmore

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