Por ahorrarse unos euros en un taxi, un turista madrileño ha tenido que pagar 63 euros por cada uno de los kilómetros que recorrió en la noche del pasado 3 de enero para comprobar con sus propios ojos las famosísimas luces de Navidad de Vigo.
Por ver las luces de Navidad y por meter siete menores de edad en un Seat León, circulando con dos de ellos en el maletero. Y cubrir los 27 kilómetros (incluyendo algunos kilómetros de la autopista AP-9) que tardaron los agentes en descubrir la temeridad.
En total, un combo de multas de tráfico que pueden sumar, mínimo, un total de 1.700 euros. Y no es lo peor para el conductor, pues circulaba sin carné de conducir y no se había presentado ante el juzgado pese a haber sido requerido por un juzgado madrileño. La historia la cuenta con todo lujo de detalles La Voz de Galicia.
Lo peor no es el dinero
Ni mucho menos. Porque además de haber provocado daños gravísimos a los pasajeros, todos ellos niños y menores de edad, el conductor circulaba sin carné de conducir después de haberse quedado sin puntos en la licencia y no haber cumplido con el curso de sensibilización exigido para recuperar éstos, según cuentan en el medio local.
Esto está considerado un Delito contra la Seguridad Vial y, además de la multa económica, que parte de los 500 euros pero que puede ser aumentada por el juzgado, conlleva penas de prisión de tres a seis meses. Desde luego, es un (grave) problema para una persona a la que un juzgado de Madrid ya buscaba y de la que había solicitado información para conocer su domicilio.
La sorpresa debió ser mayúscula para la conductora que alertó a la Policía. Eran las diez de la noche del pasado 3 de enero en Vigo. Tomando una rotonda que da salida a la AP-9, esta persona llamó a las autoridades asegurando que un Seat León, del que dio la matrícula, viajaba con dos menores en el maletero, a los que veía porque asomaban la cabeza por encima de la bandeja del mismo. El coche entraba entonces en la autopista, circulando en dirección a Pontevedra.
La situación, se defendía el conductor, era consecuencia de un despiste. Los niños eran de un grupo de turistas madrileños que estaban pasando unos días de vacaciones en O Morrazo, cerca de Vigo. Para ver las luces, habían cruzado la ría en barco pero perdieron el barco de vuelta a Moaña. Entonces, buscaron un taxi que los llevaran al destino pero los niños encarecían mucho el trayecto. La solución: que los adultos viajaran en un taxi y todos los menores viajaran como buenamente pudieran en el coche avistado por la denunciante.
Poco después del aviso, la Policía interceptó al conductor y del interior del coche comenzaron a salir niños. En total, hasta siete menores abandonaron el vehículo. Uno de sus hijos, el de mayor altura, superior a 135 centímetros, viajaba legalmente en la plaza del copiloto. Su segundo hijo también viajaba correctamente en una de las plazas traseras. No así los cinco niños restantes.
Otros dos niños, sobrinos del conductor y que necesitaban silla de retención infantil para viajar, estaban sentados en las plazas traseras pero sin este elemento indispensable. Otro niño más viajaba tumbado sobre las piernas del resto de menores, para no ser visto desde el exterior. Y dos pequeños de tres y cuatro años, los que alertaron a la conductora, estaban metidos en el maletero.
Si se empiezan a sumar infracciones, cinco niños viajaban sin los elementos de retención infantil indispensables, una falta considerada grave y que se castiga con 200 euros de multa y la retirada de cuatro puntos del carné de conducir, por cada uno de ellos. Con siete menores a bordo, se excedía el 50% de las plazas homologadas por el vehículo, lo que es una infracción grave castigada con 200 euros de multa. Todo ello suma, al menos, 1.200 euros de sanción.
Como decíamos, a lo anterior hay que añadir otros 500 euros por circular sin carné de conducir y haber perdido todos los puntos previamente, lo que eleva la cuantía a 1.700 euros. Todo ello sin considerar la posibilidad de que un juez determine que se estaba incurriendo en un grave peligro para los pasajeros, pues circular con la licencia en estas condiciones está considerado como delito, lo que puede hacer crecer todavía más la suma final.
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Foto | Anton Luzhkovsky
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