El coche eléctrico del futuro quizá lleve años inventado sin darnos cuenta: los caddies de golf

El coche eléctrico del futuro quizá lleve años inventado sin darnos cuenta: los caddies de golf
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No importa que no seas un gran apasionado del golf, seguramente estarás cansados de verlos en pelis. Los buggies —o carritos de caddie— son una de las piezas más características de los campos en los que podemos echar unos hoyos. Y, quién lo iba a decir, quizás ofrezcan también la cuadratura del círculo en cuanto a movilidad se refiere: ecológicos, seguros, prácticos, y —lo importante y más complicado— asequibles para una amplia franja de población que ahora no puede permitirse los precios de los coches eléctricos y a la que no acaban de convencerle las bicis o scooters.

La tendencia. Desde hace algún tiempo los vehículos eléctricos de vecindario —NEV, por sus siglas en inglés—, que no son exactamente buggies para golfistas pero parten de la misma filosofía, ganan puntos como una alternativa de movilidad urbana sólida en EE. UU. Su modelo de vehículo, eléctrico y de baja velocidad, también pisa fuerte en otras latitudes del globo, como China.

En líneas generales, en EE. UU. los NEV pueden definirse como vehículos eléctricos de batería, diseñados para alcanzar los 40 km/h y un peso máximo con carga de 1.400 kilos. Sus características los incluyen en la clasificación de modelos de baja velocidad (SLV) del Departamento de Tráfico.

Allí pueden encontrarse, entre otros muchos sitios, circulando con el personal encargado de la vigilancia en las instalaciones de Googleplex, en Mountain View, California.

¿Qué son exactamente? Como precisa GEM, uno de sus fabricantes, los NEV se parecen a carritos de golf, aunque con algunas características bien diferenciadas: funcionan con batería eléctrica, se mueven a una velocidad máxima de 40 km/h y su peso cargado no excede 1.361 kg.

Debido a la limitada velocidad que alcanzan, los conductores de los NEV pueden moverse por las vías públicas en las que el máximo se sitúa en los 50 kilómetros por hora, lo que los convierte en una opción pensada sobre todo para desplazamientos en los cascos urbanos o a destinos próximos, como las playas o campus. Para facilitar su uso, en EE.UU. algunas ciudades han creado incluso carriles especiales. Los NEV tienen que estar registrados y asegurados. Para manejarlos es fundamental, además, que el conductor disponga de la licencia necesaria.

La clave, el precio de los vehículos eléctricos. El futuro de la movilidad es eléctrico. Al menos eso es lo que quiere la Unión Europa, que ya se ha marcado la meta de poner fin a la venta de coches de combustión interna, gasolina o diésel, en los estados miembros a medio plazo, en 2035; pero uno de los hándicaps que ahora presenta la alternativa, los vehículos eléctricos, es el precio.

Aunque hay opciones relativamente baratas, como el biplaza Citroën Ami, que anda por los 8.000 euros con la matriculación; o el Renault Twizy E-Tech, que parte de aproximadamente los 11.800 euros, los vehículos eléctricos habitualmente arrancan —al menos sin ayudas— de una horquilla de precios base ligeramente inferior a los 20.000 euros. Más representativo es por ejemplo el modelo Renault Zoe E-Tech, que parte de 28.900 euros; o el Nissan LEAF Acenta, con unos 20.000.

Los NEV apuntan más bajo. El modelo GEM e2, por ejemplo, parte de alrededor de 12.400 dólares y el GEM e4, de mayor capacidad, con cuatro plazas, de 14.600, tarifas que se podrían rebajar con respaldo de las instituciones. Su objetivo no es exactamente el mismo que los coches eléctricos al uso. Los NEV se plantean como una alternativa para quienes quieran tener en el garaje una "opción B" para moverse por la ciudad, un recurso ágil, económico y respetuoso con el medio. La idea ya no sería tanto tener el eléctrico perfecto, como sí el eléctrico low cost. Los NEV se cargan con tomacorrientes estándar y algunos, más recientes, incluso con cargadores EV de nivel 2.

Su punto débil: tienen un enfoque limitante. Precisamente esa filosofía hace que los NEV no sean vehículos adecuados para todo tipo de usos. Su propio nombre avanza que están pensados como coches “de vecindario”, no para viajes de mayor duración. Incluso los fabricantes apuntan que son legales en las vías con velocidades máximas de 50 km/h, lo que restringe el tipo de carreteras por las que pueden circular. En cuanto a autonomía, el modelo GEM e2, por ejemplo, ofrece un alcance de hasta 152 kilómetros, aunque depende en gran medida del tipo de batería; y el e4, de 144 km.

A pesar de esas limitaciones, las marcas los presentan como vehículos dotados de todas las comodidades de un coche. El GEM e4 tiene una capacidad de carga útil de 522 kilos y el modelo Kandi K27, comercializado por alrededor de 12.000 dólares parece un coche al uso e incluye aire acondicionado o frenos antibloqueo. Sus limitaciones llevan también a algunas voces a destacar sus ventajas en materia de la seguridad, en especial pensando en los conductores nóveles y más jóvenes, sin experiencia y que ahora pueden optar a vehículos de mayor potencia.

El panorama en España. Aunque la etiqueta NEV sale de la normativa estadounidense, en España encontramos opciones con una filosofía similar. A mayores del Renault Twizy 45 o Citroën Ami, que se pueden manejar sin el carné B, hay otras opciones pensadas precisamente como vehículos auxiliares y centrados sobre todo en empresas y organismos públicos.

Teycars, por ejemplo, ofrece vehículos 100% eléctricos, como UTV, buggies o vehículos ligeros de carga. La compañía asegurar que entre las entidades que ya han recurrido a ella se cuenta, por ejemplo, Aena o el FC Barcelona. En el caso de los UTV eléctricos, por ejemplo, el Teycars TT, de dos plazas, dispone de una autonomía de hasta 80 km y alcanza velocidades punta de 60 km/h.

Imagen de portada | [GEM

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