Los ataques en el Mar Rojo golpean con fuerza la industria del automóvil: Tesla, Volvo y Volkswagen las más afectadas

  • Volkswagen ya desvía barcos por el sur de África y Stellantis confía en el transporte aéreo

  • El 70% de los componentes que se ensamblan en las plantas europeas llegan de Asia

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La industria del automóvil vuelve a demostrar su fragilidad en lo que a producción se refiere. Los ataques en el Mar Rojo confirman que la cadena de suministro es lo suficientemente frágil como para paralizar el trabajo en algunas de las compañías más importantes del mercado cuando el contexto geopolítico se complica.

Hace unos días, Tesla ya empezaba a deslizar que tendrían que detener, puntualmente, su producción de vehículos en Alemania si los ataques a barcos en el Mar Rojo continuaban. Ahora ha tenido que confirmar que su planta germana estará, finalmente, parada por completo durante dos semanas.

Será del 29 de enero al 11 de febrero, al menos de momento, cuando de Giga Berlín no salga ni un solo Tesla. La compañía de Elon Musk cerrará sus puertas por la falta de suministros. Ésta no ha confirmado qué componentes le faltan exactamente pero desde Automotive News apuntan a su dependencia china en las baterías como la causa principal del parón.

Pero Tesla no es la única compañía que tendrá que cerrar sus puertas. Volvo seguirá el mismo camino, aunque en principio sólo detendrá su producción durante tres días. Su planta de Gante dejará de producir sus XC40 y el C40 por falta de suministro en sus cajas de cambio.

Buscando alternativas

Aunque de momento no se avistan paros en la producción, el funcionamiento de las plantas de Volkswagen y Stellantis en Europa penden de un hilo. Ambos gruspo automovilístico están tratando de encontrar las mejores soluciones para salvar el escollo del Mar Rojo con el menor impacto posible en su producción.

Volkswagen, de momento, ha optado por desviar sus barcos rodeando África, lo que retrasa sensiblemente el envío de suministros pues esta ruta aumenta los tiempos de espera en unos 10 días y encarece el transporte. En Automotive News estiman que optar por esta ruta encarece los costes en unos dos millones de dólares, sólo en combustible, por cada viaje de ida y vuelta a Asia.

Stellantis, por su parte, asegura que los ataques en el Mar Rojo no dañarán su producción en Europa. Confían en el transporte aéreo para solventar las dificultades que puedan surgir en lo que dure esta situación. BMW y Renault, recogen en Reuters, dicen no tener ningún tipo de problema con el colapso producido en el Canal de Suez.

Con todo, la sombra de posibles cierres o retrasos en las entregas de automóviles sigue pesando sobre las compañías. La crisis de Covid-19 y la Guerra de Ucrania han demostrado la fragilidad de la cadena de suministro del automóvil en los últimos tres años.

Según Bloomberg, el 70% de los componentes que ensamblan las compañías en Europa provienen de Asia. En Automotive News recogen que, si hablamos de baterías, el 67% de los componentes de las mismas también provienen de este continente por lo que, de nuevo, los coches eléctricos pueden ser los más afectados por esta problemática.

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Foto | Volkswagen

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