Otro paso más hacia la vacuna contra el Alzheimer: por fin empezamos a aprender a sacarle todo el partido a nuestro sistema inmune

Otro paso más hacia la vacuna contra el Alzheimer: por fin empezamos a aprender a sacarle todo el partido a nuestro sistema inmune
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Durante años, el principal escollo de las vacunas contra el Alzheimer ha sido que el sistema inmune tiene un carácter complicado. Hasta ahora, incluso los más prometedores intentos de vacuna tropezaban con el mismo escollo: lo que daba buenos resultados en algunos pacientes, producía efectos secundarios (algunos muy muy serios) en otros. Sin embargo, llegan noticias nuevas.

Según informa Bloomberg, United Neuroscience parece haber conseguido una tasa de éxito de casi el 96% en un pequeño ensayo clínico con su nueva vacuna UB-311. No es la cura del Alzheimer, ni mucho menos: pero la ausencia de efectos secundarios graves y las mejoras en la función cerebral son señales que nos permiten volver a creer en la posibilidad de una vacuna.

¿Qué hace UB-311? La vacuna de United Neuroscience estimula al sistema inmune para atacar las concentraciones de amiloide que, según la mayoría de los expertos, es la causa principal de la enfermedad. De esta forma, no solo reduce la aglomeración de proteínas, sino que intenta revertir algunos daños.

¿En qué fase estamos? No obstante, los resultados siguen siendo muy preliminares. Hablamos de un ensayo en fase II con 42 pacientes en las primeras etapas de la enfermedad. El tamaño del estudio (y su diseño) solo nos permite concluir que es relativamente segura y que tiene algún efecto positivo. También nos permite dar el siguiente paso: descubrir si es mejor que los medicamentos de los que disponemos actualmente. Algo que no siempre ocurre

¿Qué problemas tiene? Bastantes, de hecho. El principal es que la vacuna, como digo, se centra solamente en el amiloide. Algo que está muy bien si resulta que es cierta la teoría del amiloide. Otras hipótesis centradas en la proteína tau o en la inflamación atesoran también bastante evidencia científica y un enfoque tan cerrado puede no ser efectivo.

Un elemento más: Hay muchas vacunas en camino. Muchísimas. El Alzheimer, por ser una de las grandes enfermedades del futuro de los países ricos, se ha convertido en un campo muy estudiado. El problema es que probar este tipo de vacunas es costosísimo. Mucho más de lo que una empresa como United Neuroscience puede permitirse. Aunque los resultados son prometedores y la conducta de la empresa parece correcta, solo ese elemento nos debería llevar a atemperar nuestro optimismo. Por lo que pueda pasar.

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