—Buenos días, le llamo por el anuncio que he visto en Milanuncios sobre que quiere comprar un par de pisos okupas en Córdoba. —Sí, serían dos, uno es para mí con mi marido y mis hijos; el otro es para mis padres, mis hermanos, la mujer de uno de ellos y sus hijos. —¿Qué tenían en mente? —Pues lo que dice el anuncio, tendrían que ser dos pisos, aunque no estén cerca no pasa nada, pero si puede ser juntos, mejor. Pagamos 500 euros por cada uno. Lo ideal sería que al menos tuvieran un par de habitaciones cada uno, y que estuviesen algo céntricos. —¿Cuánto de céntricos? —Ahora es que estamos en una urbanización, y para ir a cualquier cosa a la ciudad son 5 kilómetros y tenemos que coger el coche, me vale cualquier cosa si puedo llegar al centro a pie. ¿Usted qué ofrece? —Tengo un piso disponible, pero solo uno. —Bueno, yo necesitaría dos, porque nos mudaríamos desde otra ciudad y no puedo dejar al resto en la calle. ¿Tiene fotos del piso?
Esta ha sido una llamada real con una mujer que busca un par de pisos que ocupar en Córdoba. Ha publicado su demanda en Milanuncios, único gran portal de compraventa donde hemos encontrado anuncios así.
Por si a alguien se le escapaba, los 500 euros que ofrece por piso no son en concepto de alquiler mensual: es la cantidad a entregar a quien se limite a revelar la ubicación de un piso vacío con un acceso mínimamente viable para cualquiera que quiera entrar a vivir en él. Una ventana rota, una puerta que en realidad no cierra, un boquete en una tapia. Si se hace entrega de un juego de llaves, el precio tiende a subir, igual que conforme aumentan las comodidades de la casa.
De pisos de banco a herencias olvidadas
El perfil de los pisos que suelen acabar en manos de okupas es, sobre todo, el de la banca. La banca española contaba con carteras inmobiliarias por valor de 31.700 millones de euros (datos de marzo de 2018), el 80% de ellas acaparadas por Altamira (Banco Santander), Haya / Anida (ligada a Cerberus tras la compra a BBVA), Anticipa / Aliseda (Blackstone), Servihabitat (Caixabank) y Solvia (Banco Sabadell).
Son pisos familiares, la mayoría comprados durante la era de la burbuja (1997-2007) y con desahucios ejecutados desde 2008 hasta hoy, cuando una muchachita llamada "Crisis" llegó al país. No tienen vigilancia y los procesos de desalojo se pueden alargar mucho más que cuando hay un propietario particular entre medias, aunque la reciente ley de "desahucios exprés" trata de recortar esos plazos.
Por supuesto, también hay quienes ofertan el piso okupa. Con llaves o sin ellas. "Vendo piso okupa por 1.500 euros, el precio es el que es, no escribáis si no tenéis ese dinero", reza otro anuncio. Incluso añade que es una cuarta planta con certificado de eficiencia energética G. Otro, en Prat de Llobregat, se oferta por 600 euros y se especifica que es de banco. La lista de ofertados es larga.
Milanuncios sirve de plataforma de "compraventa" de pisos ocupados... Y de otros servicios asociados
Naturalmente, la usurpación de vivienda es un delito, como nos explica Santiago Fernández, abogado penalista de Ponce de León Abogados. "Hay dos supuestos: la ocupación de una vivienda ajena con violencia e intimidación hacia las personas, o el que simplemente ocupa un inmueble sin la autorización de su propietario".
El primer caso acarrea pena de prisión de entre uno y dos años, dependiendo de variables como el daño causado. El segundo caso implica una multa de tres a seis meses. "Este segundo caso es el mayoritario", dice Santiago. "Normalmente por parte de personas con situaciones de necesidad".
"¿Tienes hijos? Lo ideal es que okupes con un menor"
Otra llamada, esta vez para "comprar" un piso en Madrid:
—Hola, te llamaba por lo del anuncio del piso. —Sí, sabes que es ocupado, ¿verdad? —Sí sí, claro, por eso te llamo. —¿Para quién sería? —En principio para mí solo, necesito un sitio para dormir. —Uf... No te aconsejo eso, ¿eh? Ten en cuenta que si dejas el piso vacío es más fácil que te tiren la puerta y entren para recuperar el piso. ¿Tienes hijos? Lo ideal es tener algún niño pequeño, eso puede hacer que te quedes más tiempo en el piso.
Santiago nos explica que los anuncios que conminan a convivir con un menor de edad en un piso ocupado "pretenden contraponer la situación de necesidad social a la titularidad jurídica. Un anuncio así no dice que esa persona vaya a permanecer indefinidamente allí o no vaya a tener ningún problema, sino que, asumiendo que la persona va a terminar siendo desahuciada, se pueda posponer todo lo posible ese proceso, dificultarlo".
Ese extremo, en efecto, sirve a la hora de argumentar necesidad social, algo que ralentiza plazos para el desahucio. "Tampoco es lo mismo un piso de un banco que uno de un particular para estos casos", apunta Santiago. Cuando se trata de un piso de un banco, los plazos se pueden alargar aún más, algo que muchos de los que quieren ocupar conocen. "Imagino que quien dice lo del menor quiere favorecer su propio negocio, genera una pseudoexpectativa para favorecer la situación".
Lo cierto es que hay algún precedente.
Hace unos meses una sentencia judicial consideró que la "precaria situación" de una familia justificaba su ocupación en una vivienda de un "fondo buitre" dados sus condicionantes: la madre había agotado todas las fórmulas previas y tenía cuatro hijos a su cargo. Riza el rizo un anuncio publicado directamente por una menor de edad (o al menos está redactado como tal) que busca una casa en la que instalarse junto a sus padres de forma gratuita, pagando suministros y manteniéndola cuidada, a cambio de no tener que abonar un alquiler.
Todo esto viene igualmente recogido en el Manual de Okupación que va distribuyendo el movimiento okupa para facilitar el proceso a los interesados. Lo que no viene recogido es que se utilicen plataformas como Milanuncios para ofertar y demandar pisos así. "La plataforma que anuncie ocupaciones así, desde el punto de vista penal, habría que ver cada caso concreto para saber cómo se podría enfocar. Su responsabilidad se me escapa. Desde el punto de vista práctico, está cometiendo un perjuicio a la propiedad", dice Santiago.
Otro punto es qué ocurre con quienes ofrecen los pisos ocupados a través de estos anuncios. Su rastreo suele ser una tarea puramente policial, ya que en los procesos penales lo habitual es que el okupa no tenga información sobre él, más allá de poder ofrecer un nombre de pila y la cantidad que le entregó por el piso. "En cualquier caso estaría cometiendo un delito al ofertar un piso sobre el que no tiene ningún derecho", según nos explica el abogado.
A nivel penal tampoco importa si el okupa ha accedido al piso engañado por alguien que simulaba ser su propietario legítimo. "La entrada sigue siendo ilegal aunque se alegue desconocimiento de cómo se ofreció".
"Servicios especiales" para pisos okupados
Milanuncios funciona para los okupas en doble dirección: hay oferta y demanda de pisos que ocupar, pero también aparecen ofertas de "mediadores" contra los okupas, que ofrecen técnicas más o menos agresivas para desalojos al margen del proceso judicial.
Uno de los que ofrecen estos servicios es "M", que se define como un chico español de 35 años que cuida casas o negocios para evitar que entren okupas, añadiendo que tiene un perro (entrenado) y que hace "todo tipo de trabajos (especiales)". Sin embargo, no ha respondido a nuestras llamadas.
Otro anuncio habla de que "ofrece una rápida intervención amistosa con los okupas de los inmuebles". Sin embargo, cuando nos ponemos en contacto con el anunciante rechaza hablar con nosotros por llamar desde un número privado. "Si me llamas desde tu número te doy detalles, pero con número privado no".
En la misma Milanuncios podemos encontrar múltiples anuncios asociados: desde puertas blindadas hasta hombres con perro
También hay múltiples anuncios de cerrajeros que ofrecen sus servicios pero especificando que no atiende peticiones de okupas. Héctor, un cerrajero catalán, es uno de ellos. Nos cuenta que ha visto con sus propios ojos cómo ha habido un auge en la ocupación de pisos turísticos, y cómo tiene que tomar cada vez más medidas de seguridad para no abrir la puerta o cambiar la cerradura a quien no debe. Habitualmente recibe llamadas en las que directamente le preguntan si abre pisos de bancos.
"Yo siempre pido el DNI para ver que esa persona vive ahí. Y además, pido recibos bancarios, o una descripción de la casa, me fijo en los nombres del buzón, trato de hacer ruido para que salga algún vecino y ver su reacción...". Tenemos que colgar: Héctor está a punto de cambiar la cerradura de un local de la Caixa que también fue ocupado.
Desde Magnet hemos contactado con Milanuncios para incluir sus declaraciones en este reportaje sin haber obtenido respuesta en el momento de su publicación.
Imagen: Commons