Nuno Silva era un desconocido futbolista portugués hasta hace un par de horas, cuando se personó con una camiseta de Francisco Franco en su presentación como nuevo futbolista del Real Jaén Club de Fútbol. ¿Un segundo, Franco? En efecto, existen camisetas pop de Franco y sí, hay muchas personas repartidas por todo el continente europeo que no tienen ni la más remota idea de cómo es la cara del dictador que gobernó España durante cuatro décadas. Pero, ¿qué hay de ti?
Hablemos de los innumerables dictadores que se han repartido por el siglo XX a lo largo de toda Europa: Austria, Polonia, Hungría, Grecia, Estonia, Portugal, etcétera. ¿Sabrías identificarlos visualmente a la primera? Es improbable, dado que durante la Secundaria o el Bachillerato, las dos fases educativas en las que todo alumno está obligado a estudiar Historia, todos ellos ocupan un lugar marginal, cuando no inexistente, en el currículo.
Hablemos de los innumerables dictadores que se han repartido por el siglo XX a lo largo de toda Europa: Austria, Polonia, Hungría, Grecia, Estonia, Portugal, etcétera. ¿Sabrías identificarlos visualmente a la primera?
Tú también podrías estar llevando la camiseta de un dictador cualquiera sin saberlo. Es cierto, alguien en el Real Jaén debería haber informado a Nuno Silva de que quizá esa no era la mejor forma de presentarse a España (!), pero esa es otra cuestión. Veamos entonces con qué otros dictadores podríamos marcarnos nosotros un Nuno Silva en cualquier otro país.
Engelbert Dollfuss en Austria
Canciller de Austria durante los tensos años treinta. Dollfuss llegó al poder por la vía democrática pero instauró una suerte de sistema autoritario (austrofascismo) durante seis años, en los que a pesar de contar con relativamente pocos apoyos internos consiguió gobernar el país de forma sostenida a través de decretos varios. Su caída se vio ligada al ascenso del nazismo en Austria y a los planes de Hitler para anexionarse la histórica nación de habla germana.
Miklós Horthy en Hungría
Tras la Primera Guerra Mundial, Hungría perdió grandes lotes de terreno y quedó relegada a las llanuras del Danubio. La creación de un sistema democrático y liberal posterior a la guerra no fructificó, como no lo hizo en casi ningún lugar del Este de Europa, y Hungría se echó en brazos de Miklós Horthy, militar autoritario que gobernó el país hasta su caída precipitada en los meses finales de la Segunda Guerra Mundial. Su figura aún es vista con agrado por ciertos sectores políticos.
Józef Piłsudski en Polonia
Del mismo modo que Horthy, Józef Piłsudski llega al poder en Polonia como un héroe militar tras la Primera Guerra Mundial. Al contrario que éste, sin embargo, Piłsudski lo hace como artífice de la independencia tras dos siglos de particiones del país. Gobierna hasta 1926, cuando se retira momentáneamente. La inestabilidad de una democracia embrionaria y en constante disputa le hace dar un golpe de Estado y tomar el poder por la fuerza. Gobierna hasta su muerte en 1935.
Ion Antonescu en Rumanía
Militar de gran proyección en el Reino de Rumanía nacido a finales del siglo XIX, Ion Antonescu alcanzó el poder absoluto en su país, tras una progresiva escalada, en la década de los '40. Dura hasta 1944, cuando cae derrotado por los comunistas. Fue uno de los principales aliados de los nazis en el Este de Europa, aplicando políticas antisemitas, abrazando al autoritarismo pseudofascista y enviando tropas del Ejértito Rumano a combatir en la campaña rusa.
Enver Pashá en Turquía
Líder de la dictadura militar que gobernó el Imperio Otomano durante sus últimos años de existencia. A consecuencia, Pashá es uno de los principales responsables del exterminio sistemático de armenios en el este del país. El Imperio Otomano, por aquel entonces un crisol de etnias y razas, utilizó la vaga excusa de deslealtad y traición para limpiar étnicamente a los armenios. El genocidio sigue sin ser reconocido a día de hoy por Turquía, y otros países son reticentes a hacerlo.
Georgios Papadópoulos en Grecia
La historia de Grecia posterior a la Segunda Guerra Mundial es una de las más complejas del continente. El país se vio envuelto en una cruenta guerra civil entre partisanos comunistas y el ejército monárquico griego, apoyado militar y políticamente por Reino Unido y Estados Unidos. Perdieron los primeros y el país mantuvo un Estado monárquico altamente represivo. En 1967 una junta militar tomaría el poder, encabezada por Georgios Papadópoulos, que gobernaría hasta 1974.
António Salazar en Portugal
António de Oliveira Salazar es una de las figuras claves del siglo XX portugués. De forma casi paralela al ascenso de Franco en España, Salazar instauró una dictadura conservadora, autoritaria y corporativista (Estado Novo) que gobernó el país luso hasta su caída durante la Revolución de los Claveles, en 1974 (Salazar murió antes, en 1968, pero el régimen continuó). ¿Cuántos futbolistas españoles podrían llevar en su camiseta una imagen de Salazar y no ser conscientes de ello?
Konstantin Päts en Estonia
Estonia obtuvo su independencia del Imperio Ruso tras la Primera Guerra Mundial. Durante sus primeros años, mantuvo un sistema democrático y liberal, pero al igual que el resto del continente, se vio arrastrada al autoritarismo durante los años '30, Konstantin Päts, líder político del país, se convirtió en dictador de Estonia en 1934 con el objetivo de neutralizar, por la vía de la suspensión de los derechos y de la normalidad democrática, el ascenso del Movimiento Vaps, un grupo pseudofascista. Cayó cuando la Unión Soviética invadió Estonia en 1940.