Puede que te hayas enterado en los últimos días de la revolución en la higiene femenina que está teniendo lugar. Un señor en Kansas ha inventado una barra de labios que en vez de cacao segrega un pegamento que sellará los labios vaginales de las mujeres mientras tengan la regla, para que el fluido menstrual no salga. En el momento en el que la mujer intentase orinar, la protección labial desaparecería mágicamente, y sin gastar tampones o compresas que dañen al medio ambiente.
Y sí, muchas mujeres han salido a criticar duramente en un primer instante la iniciativa de Daniel Dopps. Como mujer, entiendo muchas de las preguntas que han asaltado las mentes de las críticas con la propuesta en redes sociales: ¿Cómo es posible que ese pegamento distinga entre mi orina y mis fluidos menstruales? ¿Qué pasa si el pegamento decide no separarse cuando quiero ir al baño o cómo afectarían a mi vagina semejantes químicos? Y sobre todo, ¿cómo de doloroso sería sellarme los labios de manera incorrecta?
El pegamento "natural" que se disuelve con el amoniaco de tu vagina
Vamos a tomarnos Mensez en serio. Sabemos que el invento ha conseguido una patente estadounidense para su fabricación, y que según alega el quiropráctico que la ha inventado (ojo, un quiropráctico necesita un certificado sanitario, pero no tiene la categoría de un doctor) ya hay compañías de productos de higiene interesados en manufacturar y comercializar su propuesta, así que es justo hacerse y responder a esas preguntas.
Según Dopps, él sabe perfectamente cómo funcionan las vaginas, a pesar de lo que algunas personas están diciendo en Internet maliciosamente para desacreditarle. Y la gente está causando mucho revuelto por algo que no es exactamente “pegamento”, sino una “combinación natural” de “aminoacidos y aceites” que se disuelve de forma sencilla por el “amoniaco” de la orina”.
Sí, la orina tiene un poco de amoniaco.
Las ginecólogas hablan: abrasiones, infecciones y vaginas doloridas
Algunos médicos han opinado ya sobre esta innovadora idea de la higiene femenina del pegamento vaginal. Según Jen Gunter doctora estadounidense de Obstetricia y Ginecología que colabora habitualmente con USA Today, el invento no tiene demasiada base tal y como es descrito por su creador, aunque alegue que su hija lo ha probado y le funcione. como ella misma explica en su blog.
“Aplicar insistentemente en la vagina algún tipo de pegamento, incluso uno que fuese mágicamente disolvente, podría causar abrasiones de los labios menores. Ese tipo de uso adherente podría provocar trastornos similares a los que se producen cuando labios vaginales crecen juntos y deben ser después separados quirúrgicamente”, dice la doctora.
Para Gunter, la idea de lograr el sellamiento hermético de la vagina con alguna aplicación externa es una locura, y, de base algo “más doloroso que la aplicación de un tampón”, aunque sí técnicamente posible.
“En mi experiencia para que eso ocurra las mujeres deben sufrir previamente condiciones inflamatorias de la piel, como el liquen plano, el liquen escleroso e incluso ocasionalmente la atrofia severa. Cuando he visto esto en mi consulta es, básicamente, como si la piel de ambos lados de la abertura vaginal crecieran juntos, y esas mujeres sufren retención urinaria. Así que sí, creo que es posible, pero no con un ‘pegamento’. Y por cierto, no todas las mujeres tienen labios lo suficientemente grandes como para cubrir su introito cómodamente sin una tracción significativa”.
Para concluir, la doctora Gunter dice que el invento de un pegamento de piel seguro, reversible, no tóxico, lo suficientemente fuerte como para mantener los labios juntos durante ocho horas y que sólo se disuelve con orina y no con sangre sería algo tan revolucionario en el mundo de la medicina que “tanto Pharma como el ejército estarían luchando fuertemente por hacerse con la patente”.
Para otra doctora ginecóloga, Alyssa Dweck, el invento podría tener potencial, aunque ve algunos escollos. “Desde luego, sellar los labios mantendrá la regla dentro de tu cuerpo”, pero espera que las mujeres orinen con suficiente frecuencia.
"La sangre es un enorme medio bacteriano, así que si la sangre está dentro de tu cuerpo durante muchas horas aumenta el riesgo de infección". Dweck también explica que, si se acumula suficiente sangre, se pueden llegar a experimentar en extremo calambres y molestias generales. Pero es optimista y cree que el invento podría probarse en una pequeña muestra de pacientes para ver cómo funciona.
El doctor que sólo quería acabar con ese "problema que distrae a las mujeres"
Dopps, que ha sufrido un ataque salvaje en redes, sabemos que está dispuesto a llevar lejos su invento. Dice que su inspiración se la causó una vecina que perdió las dos piernas por el síndrome de shock tóxico, una grave infección que causan los tampones en rarísimas ocasiones.
Pero no todas las respuestas del quiropráctico han sido del todo tranquilizadoras. Entre las razones que ha aportado para fabricar su invento está el haber estudiado la historia del cuerpo de la mujer. Según él, como no ha encontrado información anterior a hace dos siglos de cómo lidiaban las mujeres con el flujo menstrual, eso significa que el cuerpo femenino debía segregar de forma natural ese mismo pegamento que él pretende comercializar ahora.
“Soy un doctor y sé cómo funciona la anatomía humana. He visto cómo están diseñadas las mujeres, así que creo firmemente que los cuerpos de las mujeres tenían esta característica en el pasado”. "No estoy loco” le explicó a Gizmodo a raíz de su rechazo en redes. "No se deja a los hombres tener una opinión en estos temas. Si se fijaran bien lo que he hecho es darles una solución elegante a su problema”. Dopps no tiene el título necesario para ejercer como médico.
Aquí tienes un reportaje de cómo lidiaban con el flujo menstrual las mujeres en el período romano, con unos trozos de lana muy similares a los tampones actuales.
Tal y como [recoge Forbes](en Forbes), antes de cerrar la página de Facebook de Mensez, la organización llegó a comentar a una mujer que le criticó en redes sociales que “Tú, como mujer, deberías haber llegado ya a alguna solución más inteligente que pañales y tapones, pero no lo has hecho”. También comentó que “la razón por la que las mujeres son un 25% menos productivas que los hombres es porque están distraídas por culpa de la regla”.