James Harrison tiene 78 años, una hija, varios nietos y casi dos millones y medio de australianos -incluyendo a su propia hija- le deben la vida. Porque la sangre de Harrison, que lleva donando desde hace más de 60 años, es el elemento indispensable de una vacuna que necesitan casi un 17% de las australianas para llevar su embarazo a término.
Harrison, viejo conocido de Internet -es la única persona que tiene página de Wikipedia por donar sangre- ha donado sangre más de 1.000 veces en todo este tiempo, y el perfil de su vida que ha realizado la cadena CNN le ha convertido en un ídolo de las redes sociales y el ejemplo más inspirador de que ceder parte de tu sangre salva vidas.
Pero Harrison no necesitaba que le convenciesen para colaborar: empezó a donar a los 18 años (nació en 1936) porque cuando era adolescente tuvo que pasar por una operación en la que perdió un pulmón. Operación en la que recibió 13 litros de sangre de otros donantes y que le motivó a "devolver" el favor. Aunque su sangre no fuese especial, Harrison habría sido donante. Algo que hace casi cada semana.
Curiosamente, los médicos sospechan que fueron las transfusiones recibidas durante la operación las que alteraron su sangre y le convirtieron en el Hombre del Brazo de Oro (condecorado con la Medalla de la Orden de Australia en 1999, también). Las donaciones de Harrison fueron claves en el tratamiento de la incompatibilidad RH y en el desarrollo de la vacuna Anti-D. No es el único participante en el programa -hay otros 150 donantes en su país, apróximadamente-, pero ninguno tiene una sangre tan "potente" como la de Harrison.
Salvar tres vidas puede salvar millones
Que, además, sirvió para que los médicos supiesen qué buscar. Antes de Harrison, el tratamiento de la incompatibilidad Rh no estaba extendido, y ponía en peligro uno de cada diez embarazos en todo el mundo. A partir de los años 70, ya con una vacuna desarrollada y un programa de búsqueda entre donantes en varios países, se convirtió en un tratamiento prenatal tan habitual que a día de hoy apenas se dan casos.
Harrison no habría sobrevivido a la operación sin la intervención previa de otros donantes. Cada vez que donamos sangre, contribuimos de media a salvar tres vidas. Eso sí, en España es casi imposible superar el récord de Harrison, porque la media recomendada anual es de cuatro veces. Pero cada donación podría ayudar a la medicina a encontrar al próximo James Harrison: cada gota cuenta.
_
Imágenes CNN | Jeremy L. Grisham