Jennifer Lawrence ha abierto otra vez el melón del papel de la mujer en Hollywood, con el apoyo de Emma Watson, Sienna Miller, otras cuantas actrices y hasta de Bradley Cooper. Lawrence se ha quejado en una carta publicada en Lenny Letter (una iniciativa de Lena Dunham) por haber cobrado bastante menos en "La Gran Estafa Americana" que sus compañeros Christian Bale, el propio Cooper o ¡Jeremy Renner!
La queja de Lawrence es indiscutible: tiene un Oscar, dos nominaciones más, dos Globos de Oro y, sólo con Los Juegos del Hambre, ha generado una taquilla de más de 2.000 millones de euros en tres años. Pero la discusión que ha provocado Lawrence sobre si Hollywood siempre ha sido así nos ha hecho descubrir que, hace un siglo, las cosas estaban bastante mejor para las mujeres. Por ejemplo, durante el nacimiento de Hollywood, ellas fueron las guionistas de la mitad de todo el cine registrado. Aparte de directoras bien pagadas, productoras y hasta dueñas de prolíficos estudios.
“Estamos condicionadas socialmente para comportarnos así? Sólo hemos podido votar durante... ¿qué, 90 años? Lo pregunto en serio (...) ¿Es posible que exista un hábito persistente de intentar expresar nuestras opiniones de una manera que no 'ofenda' o 'asuste' a los hombres?”
En su carta, Lawrence no se declaraba cabreada con Sony, sino con ella misma. Pero, ya que pregunta, nos hemos asomado a Internet a descubrir más sobre los orígenes de la brecha salarial en Hollywood, animados por este tuit:
And around 50% of films made from 1911 to 1925 were written by women. I will repeat that until everyone knows it. https://t.co/b4udli6loA
— The Nitrate Diva (@NitrateDiva) octubre 9, 2015
"Y cerca del 50% de todas las películas rodadas entre 1911 y 1925 fueron escritas por mujeres. Lo repetiré hasta que todo el mundo lo sepa".
¿La mitad de películas? ¿Es una cifra correcta?
Sí, es algo que confirmó Cari Beauchamp en "Without Lying Down: Frances Marion and the Powerful Women of Early Hollywood" [Sin acostarse: Frances Marion y las mujeres poderosas del primer Hollywood"], en el que se repasa el peso que tuvieron las mujeres durante el nacimiento de Hollywood. También hay que entender las raíces del cine para ver cómo se llegó a esta situación: Hollywood nació a principios de la década de 1910 como respuesta a las presiones de Edison -un "trol de patentes" en toda regla que trataba de sacar dinero de todos los aspectos de una película, desde el rodaje hasta la emisión-. Sí, ese Thomas Edison.
Rodar en California suponía escapar del alcance de las patentes y los abogados de Edison, residente en la costa este de Estados Unidos. Se trataba de una industria frenética y caótica, en la que todo el mundo hacía de todo sin plantearse mucho el papel del hombre y la mujer. Como Gene Gauntier, que fue directora, actriz, guionista, productora, dueña de su propia compañía y a quien Universal apartó del negocio a finales de la década de 1910.
Pioneras a destajo
Lois Weber se considera, junto al director D.W. Griffith, una cineasta pionera en tratar el cine como obra de autor: directores con estilo propio, intereses narrativos y que aportaron innovaciones a la gramática audiovisual. En 1916 se convirtió en la directora mejor pagada de Universal, y eso que casi todos sus temas eran polémicos: aborto, pena de muerte... Un cine social y atrevido que la convirtió en una de las mujeres más poderosas de Hollywood durante unos años. Hasta que la taquilla le falló en los años 20, y el paso al cine sonoro, el "férreo control" que imponían los estudios y la censura terminaron con su carrera.
La primera mujer en dirigir un largometraje murió en 1939, sin un céntimo, y con apenas un par de párrafos en Variety sobre su fallecimiento. Había dirigido más de 100 películas.
Frances Marion pagó el funeral de Weber y la acompañó en su lecho de muerte. Marion consiguió sobrevivir a las transformaciones del cine y está considerada una de las guionistas más importantes del siglo XX. Y eso que no empezó en el cine, sino como corresponsal en la Primera Guerra Mundial. Fue Lois Weber quien le dio su primer trabajo en su empresa y le enseñó a hacer guiones. Sin embargo, Marion Benson Owens (su verdadero nombre), abandonó a Weber tras un único guión y se dedicó a escribir durante su vida más de 300 guiones e intervenir en al menos 130 producciones. Ganó dos Oscar, uno por cada categoría de guión, durante los años 30.
June Mathis, la ejecutiva mejor pagada de la MGM y una de sus mejores guionistas, tal vez podría haber hecho algo para mantener el estatus de las mujeres en el nuevo Hollywood de estilo empresarial y el cine sonoro, pero murió en 1927. Un año después que Rodolfo Valentino, al que había lanzado al superestrellato al fichar al semidesconocido actor para "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis", de 1921. Curiosamente, fue ella quien cedió un espacio de la cripta familiar cuando Valentino murió en 1926. La productora y el actor están enterrados juntos.
Anita Loos escribió 105 guiones entre 1912 y 1915. Sólo cuatro quedaron sin rodar. Y eso sólo fue el principio de una exitosa carrera, hasta que en los años 20 se mudó a Nueva York. Allí escribió una serie de piezas para Haarper's Bazaar que se convertirían en Los Caballeros las Prefieren Rubias, que nos suena por su segunda adaptación al cine. La primera, de 1928, se perdió. Loos alternaría teatro (con Gigi lanzaría la carrera de Audrey Hepburn), musicales, artículos, manuales y medio centenar de guiones y adaptaciones más hasta bien entrados los años 50.
Mary Pickford, Jeanie McPherson, Dotothy Arzner, Alice Guy-Blaché (pionera absoluta al dirigir un filme en 1896 en Francia)... Son sólo algunos nombres de una lista enorme, y eso sólo teniendo en cuenta a las primeras espadas: directoras, guionistas, productoras, ejecutivas, dueñas de estudios de funcionamiento familiar capaces de sacar adelante varias películas por año. El Hollywood del cine mudo y el primer cine sonoro tenía, en gran parte, nombre de mujer.
En 1923, el magazine Business Woman citaba hasta 29 profesiones abiertas a las mujeres en Hollywood, desde técnicos de laboratorio hasta productoras, pasando por las habituales de telefonista, secretaria, mecanógrafa...
¿Qué fue lo que cambio?
Desde el principio de ese Hollywood caótico, un grupo de estudios trataron de convertirse poco a poco en grandes empresas. Desde 1920 en adelante estaba claro el rumbo que tomaría la industria: los presupuestos se desbordaron, las estrellas cada vez demandaban más dinero, las finanzas se "profesionalizaron" y el paso al cine sonoro machacó la influencia de todos los que no pudieron adaptarse al cambio. Donde antes cada cineasta de éxito tenía su propia compañía, se pasó a un sistema donde sólo quedaban cinco estudios grandes (las majors míticas: Fox, MGM, Paramount, RKO y Warner Bros) y tres "pequeños" (Columbia, Universal y United Artist, que se resistía a aplicar el mismo modelo). Dirigidos por hombres de negocios que veían el cine como cualquier otra fuente de dinero.
La investigadora Karen Ward Mahar sostiene en "Women Filmmakers in Early Hollywood" (2008), que aquel cambio trajo consigo la "masculinización de la industria del cine" y el progresivo destierro de las mujeres de la dirección y la producción, limitadas como mucho al éxito como guionistas en todo lo tocante a estar detrás de las cámaras.
"La industria se apartó de la meta de la legitimidad cultural hacia un modelo que primaba el éxito como negocio. Este cambio acabó por marginalizar definitivamente a las mujeres cineastas"
La estructura "jerárquica" de las majors, que crearon departamentos para cada aspecto de las producciones, se caracterizó por una segregación laboral en cuanto al sexo: "salvo excepciones, las tareas de dirección, producción y edición se reservaron exclusivamente a los hombres". Ese dominio de hierro, donde todo el cine estaba controlado por unas pocas empresas, tardaría décadas en romperse. Hasta 1969, el Hollywood "grande" no abriría las puertas a una película realmente independiente: Easy Rider.
Es cierto que actualmente la industria cada vez tiene más figuras poderosas femeninas, como la productora Kathleen Kennedy o Amy Pascal, defenestrada precisamente por el hackeo de Sony. Pero aún son muy pocas y la brecha salarial es un hecho, detrás o delante de las cámaras. Y el papel que reclaman las mujeres en Hollywood ya existió: hace 100 años.