Hace unos años, en una maratón en Londres, a los corredores se les dieron 30.000 cápsulas comestibles que llevaban dentro agua y bebidas isotónicas. Estos líquidos, en lugar de estar embotellados, estaban envueltos en algas marinas. El objetivo de tal iniciativa era reducir los desechos plásticos, es decir, las casi 760.000 botellas de plástico que quedan en las calles después de los eventos de este tipo.
Durante la maratón, las cápsulas se llenaron con la bebida energética Lucozade Sport Orange y se entregaron a los corredores. Estas cápsulas biodegradables, que parecen gelatina, pueden llenarse con agua u otras bebidas y tragarse o morderlas para liberar el líquido que hay dentro. El envoltorio está hecho de una sustancia a base de algas marinas y se descompone de forma natural en cuatro a seis semanas, aproximadamente el mismo tiempo que una fruta.
En este caso en particular, las llamadas cápsulas "Ooho" repartidas en el evento habían sido creadas por Skipping Rocks Lab, una startup en crecimiento que se dedica a su comercialización, pero lo cierto es que hay toda una tendencia que apunta a las algas como nueva forma de packaging para todo tipo de alimentos y bebidas. Incluido el café.
Rodrigo García González y Pierre Paslier comenzaron a desarrollar esta tecnología en 2013 tras graduarse en el Imperial College London. Hoy fabrican sus cápsulas utilizando un material que han desarrollado y denominado Notpla, abreviatura de "no plástico".
"Las algas marinas son un recurso increíble. No utiliza tierras de cultivo, no es necesario regarlas ni utilizar fertilizantes", explican sus creadores. Además, el concepto es bastante simple, ya que se trata de una membrana, y estas son la tecnología que usa la naturaleza para encapsular cosas usando la mínima cantidad de material. De hecho, Notpla también se puede utilizar como revestimiento impermeable y antigrasa en envases de cartón para alimentos.
Este tipo de envoltorio puede usarse para cualquier bebida, sean refrescos, alcohol, leche o agua. De hecho, ya las han utilizado para ofrecer cócteles en festivales de música, y también como bolsitas de ketchup y otras salsas. Los martinis espresso se han convertido en toda una experiencia. Y cientos de marcas están interesadas en el producto.
Por otro lado, los diseñadores ya han creado versiones a menor escala que están diseñadas para contener líquidos como pasta de dientes, café y crema solar. "El objetivo final es evitar que se fabriquen miles de millones de envases de plástico de un solo uso proporcionando una alternativa positiva", cuentan los desarrolladores.
Adiós a las antiguas cápsulas de café
Las cápsulas de café actuales pueden tardar hasta 500 años en descomponerse y enviamos alrededor de 29.000 al vertedero cada año. Es por eso que los envoltorios biodegradables a base de algas pueden convertirse en un punto crucial para mejorar la sostenibilidad del planeta en el futuro. Y ya hay varias empresas que se dedican a implementarlas.
El gigante minorista suizo Migros está lanzando un sistema patentado de preparación de café destinado a reemplazar las cápsulas de café de un solo uso. Denominado CoffeeB, utilizan unas cápsulas envueltas en una fina capa protectora de algas que contiene café, un recubrimiento que no se disuelve durante el proceso de preparación. Esa capa biodegradable, según la compañía, es insípida e incolora. Además, es totalmente compostable en unas cuatro semanas.
Aunque no contienen plástico, las nuevas bolas de café (que parecen más bien bombones Lindt pero sin envoltorio) requieren su propia máquina. Esta, llamada The Globe y patentada por la marca suiza Café Royal, puede preparar una bola de 5,3 a 5,9 gramos de café molido puro. De momento, este sistema de cápsulas CoffeeB se ha implementado sólo en Suiza y Francia pero está planeado expandirlo a Alemania durante este 2023.
Si bien la idea es genial en sí misma, los únicos inconvenientes por el momento parecen ser el precio. Debido a que el envoltorio de algas actualmente requiere un procesamiento manual, es más costoso que el plástico. Otro obstáculo es descubrir cómo escalar la producción, por lo que se necesitarían más recursos y empresas que apuesten por este sistema.
Hacer desaparecer los residuos plásticos es una misión complicada. De los miles de millones de toneladas de plástico que se producen cada año, National Geographic señala que el 91 % no se recicla. Se estima que los humanos compran un millón de botellas de plástico cada minuto. Y encontrar una alternativa a todos estos residuos es algo vital.
Pero, teniendo en cuenta que las algas marinas llevan décadas en nuestra cocina y que la planta tiene aplicaciones más allá del sushi u otras recetas, nunca es tarde para estudiar hasta qué punto puede ayudarnos a eliminar el plástico que pone en peligro nuestro planeta.
Imágenes: Skipping Rocks Lab / Migros