Uno de los últimos informes de la OCDE ha analizado la riqueza por hogar de 28 de sus miembros. En el texto, los evaluadores comentan que, en los últimos tiempos, el salario per cápita (el índice más extendido hasta ahora) ya no es suficiente para medir el nivel económico de los ciudadanos entre los de su propio país y entre Estados, y que es mejor medir el patrimonio por hogar, muy vinculado a las herencias. Resumiendo: no es cuánto ganas en el trabajo, sino lo que tienes en el banco y lo que vas a heredar. Resultado: España es el segundo país donde las herencias y donaciones son más altas, solo superado por Austria y seguido de cerca por Italia.
¿Entonces somos los españoles ricos? No, más bien lo que señala es que hay una parte de la población acomodada más grande de lo que se pensaba, y es un tipo de riqueza pasiva, que no fomenta el desarrollo económico del país. La herencia media del 20% de hogares con más patrimonio de España es de 350.000 euros. El 20% con menos patrimonio, recibe 10.000 euros. Es decir, una diferencia de 35 a 1, cuando en Alemania está más cercano al 24 a 1, en Francia al 20 a 1 y la media de la OCDE es del 18 a 1. Ah, y quitando Italia, somos los que más invertimos en ladrillo: más del 80% de las herencias del 20% más rico son bienes inmuebles, mientras que el resto de países se prodiga mucho más heredar donaciones.
¿Y esto por qué es importante? Porque, en palabras de la OCDE, “las herencias contribuyen a la desigualdad económica y reducen la movilidad social”. Los analistas se han dado cuenta de que la concentración de riqueza en los países más desarrollados es ya el doble del nivel de desigualdad de ingresos: si, por ejemplo, en España las diferencias salariales de esos percentiles del 20% más rico y el 20% más pobre es de 4 a 1 (el hogar pobre gana 42.000 euros brutos al año, el hogar rico 158.000 euros).
Heredar, no trabajar: la diferencia de herencias como vemos es abismal, y así el salario (y por tanto, lo que has logrado por méritos propios) deja de ser tan representativo para analizar la pobreza y la riqueza. Como dato, en la OCDE el 10% de los más ricos poseen en promedio el 52% de la riqueza doméstica, y el 60% de los hogares pobres poseen el 12%.
Con estos datos, los analistas apuntan que el riesgo de exclusión social de los más pobres de los países desarrollados es mucho más alta de lo que se había dicho hasta ahora, habiéndose centrado en los sueldos. En vísperas de nuevas depresiones económicas: ¿qué pasará con los más pobres, sin patrimonio previo, cuando vayan a solicitar crédito para obtener una casa?
Mayores impuestos de sucesiones: ahí vamos. Todo el documento es una llamada a muchos países a repensar (subir) este impuesto para desatascar el ascensor social (heredar es frenar la meritocracia). A España le recrimina especialmente su mala aplicación de los impuestos a la herencia por haber permitido unas diferencias entre comunidades autónomas brutales. Pese a todo, no somos ni mucho menos uno de los países con este impuesto más bajo. Estamos en sintonía con los más recaudadores de nuestro entorno, como Francia o Alemania. De hecho, si hay una tendencia, es a la desaparición de este gravamen, como son el caso de Luxemburgo o recientemente Portugal.
¿Y qué pasaría si eliminásemos este impuesto? Es una de las propuestas electorales en distintos sitios del país de PP y Ciudadanos. Según los técnicos de Hacienda, la eliminación sólo beneficiaría a un 0,7% de españoles, los titulares de grandes fortunas, mientras que un 72,4% de los ciudadanos (los que tienen ingresos anuales de 6.000 y 60.000 euros) saldrían damnificados por la pérdida de recaudación de las arcas generales.
Foto: Álvaro Ibáñez.